La venganza de la ex esposa romance Capítulo 13

La noche junto a Bastián había sido agradable, eso no podía negarlo. Adalet pensaba en lo ocurrido, y aun cuando seguía sintiendo temor porque aquel hombre dijera algo sobre su hijo, la tranquilizaba también el que él le hubiese hecho una promesa.

Hacia demasiado tiempo que no pasaba un agradable momento junto a un hombre que no fuese Nick; era natural pues ella había dejado de confiar en el género masculino después de la traición de Enzo y sus terribles sufrimientos en la cárcel.

Bastián parecía ser diferente, aunque ella había aprendido a no volver a confiar plenamente en nadie. Miraba a su pequeño Dante desayunando tranquilamente, mientras ella se preparaba para ir a la oficina y seguir con su plan maestro a flote.

—Te ves muy animado hoy Dante, ¿Puedo preguntar a que se debe eso? — cuestionaba Adalet alegre de ver a su hijo contento.

Dante miro a su madre y luego le mostro una enorme sonrisa de felicidad.

—Es que me gusto mucho tu amigo, el que me compro helado, es amable, como dicen mis amigos que son sus papis, pero se que el no es mi papi, pero igual me gusto que fuéramos a comer helado con el — dijo Dante aun sonriendo mientras desayunaba cereales.

Adalet sonrió, Bastián en verdad se había portado amigable con su hijo, habían jugado y tenia mucho tiempo que no miraba a Dante divertirse tanto. Era algo normal, aun cuando ella era su madre, sabía que no podía llenar el vacío que tener un padre ausente, dejaba en un niño pequeño, aunque Bastián Myers tampoco podía ocupar ese lugar, nadie podría hacerlo.

Acercándose a su pequeño, lo abrazaba dulcemente, ella habría deseado otra vida para su hijo.

—Bastián es solo un buen amigo, es bueno que sepas que el no puede ser tu papá, sé que el difícil Dante, pero estaremos bien, te lo prometo — dijo Adalet sintiendo como se apretaba su corazón al verse incapaz de cumplir el mayor deseo de su hijo.

Dante abrazó a su madre. — Lo se mamita, se que tu me amas mucho y yo también a ti — aseguro el pequeño.

Adalet apretó aún más a Dante en ese abrazo, y secretamente deseo que Bastián no se alejara tan pronto.

En su despacho, Enzo bebía casi frenéticamente. Aun estaba furioso por el desprecio de Adalet. Decidido a verla e intentar hablar con ella una vez más, el hombre salió de su residencia, su ex esposa tenia que escucharlo, ella tenia un hijo con otro hombre y no descansaría hasta saber quien era el padre.

Una vez que había llegado hasta el edificio de Triade Corp., Enzo se sintió aún más furioso cuando los guardias de la entrada le prohibieron el acceso. Adalet, por supuesto, había dado la orden de que no lo dejaran entrar a menos que viniese acompañado de Bastián Myers. Decidido a verla por la fuerza, el hombre subía a su auto dispuesto a esperarla de nuevo, Bastián y ella parecían haberse vuelto muy cercanos, y eso también lo enfurecía demasiado.

En su departamento, Bastián pensaba de nuevo Adalet y lo que parecía comenzar a sentir por ella. Aquella mujer parecía haberse metido incluso dentro de sus huesos; le estaba resultando imposible dejar de pensar en ella. Aquella situación le resultaba bastante mala y compleja, pues él tenía muy en claro lo que tenia que hacer con sus deberes familiares, y tomar por esposa a esa mujer detestable que le habían impuesto por la fuerza, sin embargo, Adalet le resultaba realmente fascinante y le gustaba más de lo que podía ignorar, además, su pequeño hijo era sumamente dulce y tierno, no se sentía bien dejarla a la deriva con los problemas que seguramente tenía.

Pensando más a fondo en el pequeño Dante, Bastián se preguntaba ¿Cómo era que Adalet había terminado siendo una madre soltera? Era una mujer hermosa, interesante e inteligente en extremo, no le resultaba lógico que alguien quisiera dejarla cuando el ni siendo el más estúpido de los hombres lo hubiese hecho. También, estaba el hecho de que ella parecía estar asustada; no era normal que tratara de mantener oculto a su hijo, y según lo que ella misma le había dicho, tan solo su asistente Charles sabia del niño ya que mantenía contacto con la niñera del pequeño mientras ella estaba ocupada.

—¡Basta! ¡Auxilio! ¡Alguien ayúdeme! Ayu…—

Adalet no pudo gritar más pues la fuerte mano de Enzo la había golpeado duramente en el rostro haciendo que cayera violentamente contra el suelo.

—¡Cállate! ¡Tu te vienes conmigo! ¡No pienso permitir que nadie que no sea yo ponga sus manos sobre ti! — grito Enzo encolerizado.

Adalet se tocaba el rostro, mirando que había un rastro de sangre que provenía de su labio roto. El rostro le ardía, le dolía, aquel maldito se había atrevido a golpearla.

—¡¿Cómo te atreves a lastimarla?! — gritó Bastián que al mismo tiempo le propinaba un fuerte golpe a Enzo logrando derribarlo. Había alcanzado a ver como este lastimaba a la pelirroja.

—Tu, maldito — respondió Enzo apenas logrando levantarse, estaba ebrio, enfurecido.

Lanzándose sobre su mejor amigo, Bastián defendía a Adalet, comenzando una pelea que asusto a la pelirroja terriblemente.

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