Las intenciones del hombre no podían ser más evidentes. A pesar de que ella no mencionó el asunto del suministro de medicamentos, él estaba al tanto de sus intenciones; de hecho, también estaba interesado en explorar el asunto con ella. Sin embargo, Roxana vaciló al ser recompensada por una tarea que aún no había completado. A fin de cuentas, la familia Quevedo había declarado que solo proporcionarían medicamentos a mitad de precio a quien curara a Alfredo.
Cuando ella no dijo una palabra, Jonatan la miró con una sonrisa y Roxana le devolvió el gesto.
—Para ser honesta, vine para tratar al gran señor Quevedo después de que un amigo me dijo que su familia estaba dispuesta a vender medicamentos a mitad de precio a quien lo curara. Sin embargo, ahora que acaba de despertarse y que su estado no se ha estabilizado, no creo que sea apropiado hablar de la recompensa. Como mínimo, podemos esperar hasta que la situación mejore.
Jonatan sonrió aún más tras escuchar la respuesta de Roxana.
—Doctora Jerez, el hecho de que el abuelo haya despertado ya es un milagro para nosotros. En cuanto al tratamiento a seguir, tenemos absoluta confianza en usted. Por lo tanto, ya se ganó el derecho para que discutamos su recompensa —respondió con la mayor sinceridad.
Roxana se quedó sorprendida y un poco atónita al ver la confianza que tenía en ella. Cuando salió de su ensueño, se sentó en el sofá.
—El doctor Galarza la recomendó. Cuando él vino a ver a mi abuelo, habló sobre la situación en el instituto; no obstante, dado que no pudo ayudarlo, el asunto terminó en un limbo. —Jonatan continuó—: Ahora que la envió a usted, estoy seguro de que tiene algo que ver con el instituto de investigación. ¿Estoy en lo correcto?
—Ahora que el abuelo despertó después de recibir su tratamiento, esperamos que continúe cuidándolo. En cuanto a la recompensa que nuestra familia prometió, tengo autoridad para tomar una decisión. Para empezar, le proporcionaré al instituto de investigación su primer lote de medicamentos de forma gratuita como muestra de agradecimiento. Luego, nuestra familia firmará un contrato a largo plazo con el instituto para suministrar medicamentos a mitad de precio.
Roxana comenzó a comprender la situación. Después de ver que Alfredo recobró la conciencia debido a su tratamiento, Jonatan estaba convencido de que ella podía curarlo. En cuanto al primer lote de medicamentos gratis, era tanto un regalo como un esfuerzo por tranquilizarla. A fin de cuentas, ese lote resolvería el desabastecimiento en el instituto y ello permitiría que ella se concentrara en curar a Alfredo sin distracciones. No hacía falta decir que la propuesta de Jonatan era bastante tentadora.
—De acuerdo. Tenga la seguridad de que haré todo lo posible para curar a su abuelo.
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