La verdad de nuestra historia romance Capítulo 68

Andrés y Bautista procedieron a comparar a Abril con Roxana de pies a cabeza y, al final, sintieron que estaba muy por debajo de su madre. «¿Papá en verdad abandonó a mamá por esa mujer? ¡Qué ciego!». Después de sentir desprecio por él, Andrés recordó la conversación en el restaurante.

—Mami, ¿a qué te referías cuando dijiste que la mujer te saboteó? ¿Acaso te atacó? —preguntó el niño inclinándose cerca de Roxana.

—No es nada. Solo era un problema de trabajo y ya se resolvió —lo negó, ya que no quería involucrar a sus dos hijos en ese enredo.

En cuanto dijo eso, escuchó la voz determinada de Andrés junto al oído.

—¡Entonces sí te atacó! ¿Qué sucedió con exactitud? Date prisa y cuéntanos, mami. —El pequeño rostro del niño estaba tenso y frunció el ceño como un adulto.

—¿No nos prometimos que no puede haber secretos entre nosotros, mami? No puedes mentirnos —la regañó Bautista.

Roxana frunció el ceño, exasperada; casi se había olvidado de que Andrés y Bautista eran diferentes a otros niños, ya que su coeficiente intelectual era demasiado alto. Ante sus miradas inquisitivas, Roxana cedió y les dijo que Abril se asoció con los proveedores de hierbas medicinales en Horneros para boicotear al instituto de investigación. Cuando los niños escucharon que esa mujer en verdad fastidió a su madre, se enfurecieron tanto que apretaron los puños.

—¡Esa mujer es demasiado malvada!

Abril se despertó sobresaltada cuando lo escuchó, por lo que se higienizó y salió corriendo hacia la oficina. Solo cuando llegó allí, descubrió que todo el sistema de la compañía se había caído. Los empleados estaban de pie a un costado con expresiones peculiares, mientras que aquellos del Departamento Técnico intentaban arreglar el sistema. Nadie sabía cuál era el origen del virus, pero no importaba el método que utilizaran, no podían solucionarlo.

Cuando Abril apareció, los empleados que estaban a un costado bajaron la cabeza al mismo tiempo como si ocultaran algo, mientras que los empleados del Departamento Técnico tenían expresiones sombrías.

—¿Qué sucede? ¿De qué sirven todos ustedes si no pueden solucionar nada después de tanto tiempo?

Abril caminó directo hacia la computadora y, en cuanto vio la imagen en la pantalla, se enrojeció de la ira. Dos personajes de dibujos animados peleaban en la pantalla; mejor dicho, uno de ellos le daba una golpiza al otro. El personaje que recibía la golpiza tenía el nombre de Abril escrito en el rostro y las palabras «mujer malvada» impresas en la camisa. Junto al personaje que daba la golpiza había un globo de diálogo que decía: «Vamos a golpear a la mujer malvada». Era evidente que la persona detrás del virus la estaba atacando a ella.

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