—Tiene que pagar el precio por fastidiar a mamá —se burló Andrés con desdén.
Bautista asintió con vehemencia y comenzó a escribir en el teclado de nuevo.
—¿Qué haces? —Andrés estaba confundido.
—Su sistema técnico es demasiado débil. Mi virus es bastante simple, aun así, no han podido eliminarlo hasta ahora. En ese caso, incrementaré la dificultad y haré que esa malvada mujer se enfade más —le explicó su hermano con entusiasmo.
Andrés asintió al escucharlo para expresar que estaba de acuerdo.
—Es mejor si no pueden eliminarlo; de esa manera, más personas se reirán de ella. Veamos si aún se atreve a hostigar a mamá en el futuro.
Los niños depositaron su atención en el portátil. De repente, una serie de pasos se escucharon cerca de la puerta. Andrés, quien tenía sentidos agudos, escuchó los ruidos de afuera y le dio un codazo a Bautista, quien terminó de codificar enseguida y le pasó el portátil a su hermano. Cuando Roxana ingresó a la habitación, vio a Andrés abrazando el ordenador y a Bautista tumbándose en la cama, mirando la pantalla con curiosidad.
—¿No se sentían mal? ¿Por qué usan el portátil en lugar de descansar? —La mujer frunció el ceño mientras se sentaba junto a los niños—. Vengan aquí. Déjenme revisarlos de nuevo.
Los pequeños se pusieron nerviosos cuando escucharon lo que dijo su madre. «Mamá tiene habilidades increíbles. Si nos examina, sin duda, quedaremos expuestos, por lo que todo lo que hicimos en secreto también lo descubrirá».
Roxana extendió la mano para tomar la de Bautista, pero él la esquivó.
—¿Qué sucede? —Lo miró perpleja.
Bautista se tomó la muñeca con recelo y, dado que no sabía cómo reaccionar, se giró hacia Andrés por ayuda. Este estaba mucho más tranquilo, así que extendió la mano hacia Roxana.
—En realidad, me siento mucho mejor después de haber tomado el medicamento. Sin embargo, puedes volver a revisarnos si sigues preocupada —le dijo.
Capturó la atención de Roxana con éxito y ella procedió a examinarlo. Después de confirmar que Andrés no tenía nada malo, miró a su otro hijo y recordó que sus síntomas eran más graves. Después de ver el método que utilizó Andrés, Bautista volvió en sí y se acercó a su madre con una sonrisa.
—Estoy estudiando la tendencia de las acciones de hoy. Invertí en unas compañías del extranjero y gané un poco de dinero.
—Andrés ganó alrededor de cincuenta millones. —Bautista se veía más orgulloso que su propio hermano.
Cuando Roxana escuchó la cantidad, no pudo evitar sentirse asombrada.
—¿Tanto? ¡Andrés, eres increíble!
—¿Qué hay de mí? —le preguntó Bautista de forma divertida.
La mujer sonrió.
—Tus habilidades informáticas también son excelentes. Ambos son increíbles. ¡Los amo tanto! —Les dio un beso en la frente a ambos y los niños sonrieron con inocencia.
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