La mujer a mi lado tiene la piel morena más suave con los ojos verdes más claros que jamás haya visto, la recuerdo anoche con el sexy vestido rojo mientras cenamos en el ático de su apartamento aquí en Nueva York, deslizo mi mano sobre su espalda mientras duerme, después de una intensa noche de sexo, sentada aquí en la cama, sonriendo y pensando en la suerte que tengo de tener en mi cama a una de las mujeres más famosas y deseadas.
Sus hermosos ojos se abren mostrando un verde intenso, luego sonríe y me da los buenos días, en su linda carita veo lo feliz que está y sé que yo fui la gran causante de esta felicidad.
- Cariño, estoy aquí - la voz resuena por el apartamento.
- Mierda mi marido volvió temprano, tienes que salir de aquí Emhre.
- No dijiste que no volvería hasta la semana que viene - le digo ya recogiendo mi ropa del suelo.
- Eso es lo que me dijo - mientras me ayudaba con la ropa - Tienes que salir de aquí - Los pasos del viejo Senador Thompson, las escaleras de mármol se hacen más audibles - Anda, sal por la ventana sube a la otra habitación y sal por la puerta abajo el pasillo – me empuja hacia la ventana – Ve rápido o estaremos arruinados.
- Adiós mi hermosa – le doy el último beso y me voy.
Menos mal que los edificios más antiguos y elegantes de Nueva York tienen grandes ventanales y aleros, en los que ahora me encuentro desnudo y agarrando la ropa que me puse anoche.
Por suerte para mí, mi ropa interior se cae y vuela como un pájaro hasta llegar al piso de la Quinta Avenida, por suerte para mí la gente aquí siempre tiene prisa y no pierde el tiempo mirando los edificios.
Estoy pegado a la pared, sintiéndome como Spider-Man, solo que sin la red para moverme de un edificio a otro.
Los aleros donde estoy en el exterior del edificio son del tamaño exacto de mi pie, trato de no mirar mucho hacia abajo para no darme vértigo y paso a paso, muy lentamente, logro llegar a la ventana de otro dormitorio para sal de aquí.
Hago una nota mental de que realmente necesito dejar de salir con mujeres casadas y no caer en estos líos en los que me meto al huir de mis maridos, pero sé que no puedo resistirme a una mujer hermosa.
Rajj
Sentado en la silla de mi oficina, recibo una foto vergonzosa de mi hijo Emhre, colgado desnudo de un edificio en Nueva York, no sé cuántos pies de alto, probablemente huyendo de algún esposo.
Helena incluso pensó que se había equivocado en la educación de nuestro hijo del medio y lloraba muchas veces, siempre haciéndonos la gran pregunta ´´ ¿DÓNDE EXTRAÑO A RAJJ?``.
Pero le di dos meses para que se mejore y se haga un hombre de verdad y se ocupe de las empresas o vivirá de su trabajo y dinero, ya no le pasaré la mano por la cabeza.
Nádia, mi pequeña, mi princesa y la más parecida físicamente a su madre, es una mujer fuerte, sobre todo en genialidad y cuando quiere algo, no hay nada que la haga desistir, trabajadora desde muy pequeña, cuidó algunos de nuestros negocios y era implacable, conocida como la Hija del Jeque, nunca perdía y siempre añadía.
Esa es mi chica.
Mis hijos son lo más preciado que tengo junto con el resto de familiares y amigos que acuden a este palacio.
Pero mi diamante siempre será la mujer de mi vida, Helena.
Les dejo la historia de mis hijos.
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