Me duele el amor excesivo romance Capítulo 7

Podían sentir la cálida respiración del otro en sus rostros, así como los latidos de sus corazones. El sofá se hundió, y apenas los envolvió, como si no pudiera soportar más peso. Elisa parecía estar inusualmente excitada ese día. Por primera vez, arrinconó a Cristóbal y él sintió que perdía la cordura. Estaba tan asfixiada por los besos que solo pudo gemir y jadear mientras lo miraba con sus ojos brillantes y almendrados. Separó un poco los labios rojos, aunque era difícil distinguir si su expresión era de suficiencia o satisfacción.

—Pensé que se quedaría en el dormitorio de la señorita Vargas esta noche, señor Bermúdez.

Con eso, consiguió apagar la pasión de Cristóbal al instante. Él la apartó de inmediato, se levantó y la miró. Elisa se sintió abatida por un momento, pero no dijo ni una palabra más porque sabía que había conseguido enfadarlo de nuevo. No debería haberle preguntado por eso, pero, por alguna razón, ella quería traspasar ese límite.

Justo en ese momento, se abrió la puerta del departamento y la figura nerviosa de Luis apareció en la puerta. Cuando los vio, exclamó sorprendido y se dio la vuelta al instante.

Cristóbal se limitó a mirarlo antes de ordenar con indiferencia:

—Limpíala.

Luego recogió su chaqueta del traje y salió del departamento sin mirar atrás.

Elisa se sentó en el sofá sin siquiera despedirse de él y, sin darse cuenta, se puso la mano en el vientre con una mirada tierna pero confundida. Luis, por su parte, no tardó en reaccionar; se acercó a ella y suspiró consternado al ver sus heridas. Sin embargo, en lugar de preguntarle qué había pasado, tomó de inmediato el botiquín y empezó a curar sus heridas.

-No es que quiera criticarla, señorita, pero su belleza es en lo único que puede confiar para trabajar en esta industria. ¿Cómo va a seguir trabajando en el mundo del espectáculo si está desfigurada?

Como estaba un poco enfadado, ejerció demasiada fuerza sobre la herida de Elisa, lo que la hizo que gritar de dolor. Esbozó una sonrisa amable, pero no dijo nada.

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