Me duele el amor excesivo romance Capítulo 5

-No temas, Elena. -Elisa la abrazó con fuerza-. Padre, ¿estás loco? Puedes hacerme a mí todo lo que quieras. ¿Por qué le levantaste la mano a Elena?

Sin embargo, Juan enloqueció al ver a Elisa, levantó un taburete y se lo lanzó de inmediato mientras gritaba:

—Eres una zorra igual que tu madre.

Elisa estaba desprevenida, por lo que el taburete la golpeó y sufrió heridas tanto en la cabeza como en el brazo, y la dejó en un estado lamentable. Sin embargo, no lo esquivó en lo absoluto, sino que miró fijo a Juan mientras protegía a Elena con su cuerpo.

-Padre, ¿cuánto dinero perdiste apostando esta vez? -preguntó sin rodeos.

Juan se rio como un maníaco.

—En verdad eres sensata como una celebridad. No quiero mucho, solo cinco millones.

La expresión de Elisa cambió, pero no dijo nada. A pesar de su incomparable fama durante los cinco años que llevaba en la industria, no tenía una residencia permanente, a excepción de la casa en ese viejo vecindario que había comprado para que viviera Elena. Eso se debía a que el dinero que había ganado durante los últimos cinco años los había utilizado para saldar las deudas de las apuestas de Juan y, el resto, para pagar los gastos médicos y la niñera de Elena. Por lo tanto, era probable que Elisa fuera la celebridad más pobre de la industria. Nadie, salvo Benjamín, estaba al tanto de esas cosas, ni siquiera Cristóbal.

Por supuesto que nadie sabía que la madre biológica de Elisa era Naomi Blasco, la una vez ganadora del premio conocido mundialmente a mejor actriz. Ella se casó con Juan cuando se encontraba en la cima de su popularidad, solo para sufrir violencia doméstica, infidelidades de su marido y un divorcio, lo cual la sometió a infinitos chismes. Al final, abandonó la familia con un gran resentimiento cuando Elisa tenía cinco años. Ella ya no se dedicó a la familia ya que años de un matrimonio infeliz habían causado que sufriera depresión. Se mudó a Francia después de haberse convertido en el hazmerreír del

mundo del espectáculo.

-Además, esta será la última vez que te daré dinero. Si vuelves a endeudarte con las apuestas, ya no me preocuparé por ti incluso si alguien te quiebra una pierna.

-¡Elisa! -Juan pisó fuerte exasperado-. Si no me das dinero, te expondré delante de los reporteros. Les diré cómo te niegas a atender a tu padre y lo inhumana que eres; vamos a ver cómo sobrevivirás en la industria. -Se acercó a ella mientras hablaba—. Quisiera ver cómo vas a poder pagar el alto costo de la cirugía y el tratamiento para la discapacidad cuando ya no seas una celebridad. —Juan era muy bueno para aprovecharse de la debilidad de Elisa -. Transfiere los tres millones a mi tarjeta de inmediato. Te daré tres días para que juntes el resto y, si no lo haces, solo espera...

Después de que obligó a Elisa y observó que transfiriera todo el dinero de su cuenta bancaria, se alejó satisfecho. La sala, que quedó en un desorden caótico, se convirtió en la burla más cruel hacia ella.

-Elisa... -Elena sollozaba mientras la abrazaba. Los labios de Elisa se abrieron, pero su teléfono celular volvió a vibrar antes de que pudiera hablar.

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