Dalila
Hasta su espalda es sexy.
Que desperdicio de espécimen. En fin.
- Me encanta su chimenea Alfa. Tienes una casa muy bonita. - Dije con sinceridad y tratando de aliviar la tensión que Jacob había causado.
Tal vez no estaba acostumbrado a ver a su padre con una loba y por eso su actitud. Ciertamente, yo tampoco estoy acostumbrada a ver a mi madre así; a ella solo le encantaba coquetear en casa y nunca la he visto ni siquiera abrazar a un hombre desde que papá murió. Y no me ves haciendo un alboroto por ello.
Madurez, le llaman.
El Alfa Gabe perdió un poco de tensión en sus hombros y me dio otra sonrisa. ¡Qué bonita sonrisa! Me pregunto si su hijo tendría una así de bonita si se sacara el palo del...
- Gracias, pequeña. Muse, nuestra cocinera, tiene otros talentos además de hacer el mejor pastel de chocolate de la ciudad. Ella estudió en el mundo humano para ser arquitecta, luego decidió que también quería ser decoradora de interiores. ¿Por qué se contenta con solo ser nuestra cocinera? Es un misterio para mí, pero mi estómago lo agradece...
Y hablando de estómagos, el mío acaba de rugir bastante alto. Sentiría vergüenza en este momento si no hubiera sido porque el estómago de mi madre también gruñó.
- ¡Por supuesto no hablemos de comida! Mejor pasemos a la acción. Si me siguen, señoritas.
Mi madre soltó una risita divertida y tomó directamente la mano del Alfa. Era una bonita imagen, me preguntaba si habría alguna historia ahí.
Seguimos al Alfa por el corredor hasta unas puertas dobles de estilo industrial.
Al abrirlas no estaba yo preparada para ver la cantidad de sillas y mesas por toda la habitación. Era ridículo, este edificio parecía más pequeño por fuera. Ahora parece que estoy en el Gran Comedor de Hogwarts.
- Por el momento solo estaremos nosotros, en media hora más o menos esto será una locura con la cantidad de personas entrando y saliendo. A la manada le gusta comer junta y los miembros que no pueden venir por alguna razón, Muse se encarga de llevarles comida.
En ese momento se abrió una puerta en el extremo de la habitación y entraron varias personas con carritos de comida. El olor me hizo salivar.
Me equivoqué, ahora si definitivamente estoy enamorada.
- Buenos días, Alfa Gabe. Buenos días, señoritas. He traído el desayuno, si gustan sentarse les serviré en un minuto. - dijo una señora mayor. Su pelo estaba recogido bajo una cofia, por lo que ver su cara llena de arrugas y marcas de expresión por la edad me sorprendió.
Un hecho curioso de nuestra especie es que nos conservamos jóvenes sin importar nuestra edad. Me parece que nuestro cuerpo reduce su nivel de envejecimiento cuando llegamos a los 30. Entonces si un lobo tiene cerca de 60 años, nos veríamos como un joven de 38. Así que dudo que ésta persona sea una loba.
- Gracias Muse, huele divino como siempre. Por favor, tú y los chicos acompáñennos a desayunar- dijo Gabe mientras ayudaba a mí ruborizada madre a sentarse después de sacarle una silla.
Adorable, si no estuviera obviamente hipnotizado por mi madre le pediría una cita. No es que esté desesperada por salir con chicos, pero creo que mi castidad autoimpuesta comienza a ser ridícula al ver a tantos buenos especímenes.
Me senté rápidamente al otro lado de la mesa, de ninguna forma iba a comer viendo cómo mi madre "comía" Alfa. No quería vomitar preciosa comida, muchas gracias.
- Gracias, Alfa, pero aún tenemos mucho trabajo en la cocina...
- Oh ¡Vamos Muse! Tú y yo sabemos que a esta hora solo tienes que lavar trastos sucios porque has estado cocinando desde antes del amanecer. Solo ven y siéntate con nosotros. ¿O vas a dejar que esos pobres jóvenes mueran de hambre? Míralos, llevan esperando toda la mañana por un pedacito de pastel... ¡Pero si ese buen muchacho está por desfallecer!- dijo el Alfa Gabe dando una pequeña señal a los chicos para que le siguieran el juego mientras ésta volteaba rápidamente a evaluar a los "pobres muchachos".
No pude evitar soltar una carcajada al ver el lamentable espectáculo de los chicos. Parecían ser de mi edad, por lo que su actuación fue doblemente divertida.
El chico que "estaba a punto de desfallecer" comenzó a balancearse como si estuviera borracho mientras la chica a su lado hacía una imitación de un pez recién salido del agua: Abría y cerraba la boca, todo su cuerpo estaba rígido y sus ojos estaban mirando algún punto en el infinito; otro chico de cabello rubio subía y bajaba sus manos como si estuviera a punto de volar; por último, un chico con una playera que decía "Si pruebas una vez..." balanceaba su cabeza como siguiendo un ritmo imaginario mientras una de sus piernas subía y bajaba.
Definitivamente a los lobos no les daban clases de actuación.
-! Está bien! ¡Paren, bribones! Ayúdenme a poner todo en la mesa y comamos un poco de pastel- dijo Muse riendo con buen humor.
Los chicos se apresuraron a dejar las cosas en la mesa y enseguida me rodearon para sentarse conmigo.
- Hola, chica loba. Nunca te había visto por aquí- dijo el chico que quería volar.- Mi nombre es Evan y definitivamente quiero saber el tuyo.
-! Basta Evan! Ya te he dicho que no coquetees delante de mí... ¡Es grotesco! - dijo la chica pececito- Hola, soy Clara y este pedazo de asquerosidad con piernas es mi hermano.
Me dio un medio abrazo mientras colocaba un pedazo de pastel de tamaño gigante delante de mí. Fue en ese momento en que la hice mi mejor amiga en el mundo. Si me pidiera un órgano en este momento ni siquiera le preguntaría cuál, simplemente le entregaría el cuchillo con una sonrisa y que se sirva.
- Eres mi nueva mejor amiga, te amo- Dije mientras casi estampaba mi cara en el plato.
Los chicos rieron mientras yo me zampaba todo lo que podía poner en mi boca.
- ¡Modales cachorra! Juro que le enseñé a comer...- dijo mi madre desde el otro lado de la mesa. - Esto está delicioso, gracias Muse. Gracias Gabe.
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