¿Mi hijo es tuyo? romance Capítulo 190

«¿En verdad ella atrapó a ese hombre tan sexy antes que yo? ¡No puedo dejar que eso suceda! ¡Anastasia no puede quitarme a ese hombre!». 

—Mamá, ese es el hombre del que te hablé, hay que preguntarle a papá quién es —dijo Érica, al tiempo que señalaba a Elías.  

Noemí levantó la mirada y miró en la dirección señalada, podía ver la figura de un hombre joven, parecía ser alto y decente, pero solo era su espalda lo que podía ver, sin embargo, se podría decir que tenía buen aspecto. Entonces, Noemí caminó en dirección a su marido y preguntó: 

—Franco, ¿quién es ese invitado? —Señaló en dirección a Elías. 

A lo que el hombre rio por lo bajo. 

—Él es el joven de la familia Palomares, el invitado más importante de esta noche.  

—¿Es el joven de la familia Palomares? ¿Cuál familia Palomares? —preguntó la mujer un tanto confundida, dado que no estaba familiarizada con la gente del mundo de los negocios. 

—¿De cuál otra podría estar hablando? Sus oficinas están en el edificio más grande de toda la ciudad, además, están ubicados en el centro. ¿No lo has visto cuando vas de compras? —Franco trató de explicar la identidad del joven de la manera más sencilla posible.  

En ese instante, Noemí y Érica se miraron mutuamente, porque rápidamente entendieron de quién se trataba; después de todo, ese edificio era un punto de referencia para todos, la estructura más emblemática de toda la ciudad.  

—¡Oh, Dios! ¿Es el presidente del Corporativo Palomares? ¡Tiene mucho dinero! 

—¡Su fortuna es casi la misma que la de un país! Su empresa está dentro del mercado internacional —dijo Franco emocionado.  

—¡Mamá, tengo que conocerlo! ¡Tengo que conocer al joven Palomares! —Érica estaba tan emocionada que casi se vuelve loca, pues ni en un millón de años creyó que conocería a alguien tan importante en la celebración de su padre.  

Justo en ese instante, Noemí entrecerró los ojos con molestia. 

—¿Anastasia está con él? ¿Por qué?  

—Anastasia, déjame decirte algo: alguien tiene la empresa de tu padre en la mira, quieren hacerse de varias constructoras pequeñas y la empresa de tu padre está en su lista, ¿en serio sigues pensando que no debería ayudarlo? —susurró Elías.  

Anastasia no podía creer lo que había escuchado, levantó la mirada y miró la seriedad en los ojos del hombre, lo que decía que sus palabras no eran mentira.  

—¿Estás hablando en serio? —preguntó.  

—La industria constructora siempre es rentable, además, siempre habrá inversores siempre y cuando haya beneficios —comentó despreocupado.   

Anastasia estaba sorprendida. Sabía que el mundo de los negocios era traicionero, aunado a varias reglas de supervivencia, pero jamás imaginó que algo así podría pasarle a su padre.  

En esos mismos momentos, alguien más la miraba con mucha desilusión a la distancia; apenas había tenido la oportunidad de entablar una conversación con ella cuando descubrió que el nuevo hombre que tenía a su lado era alguien importante, ya que acababa de enterarse de que se trataba del joven Elías Palomares, el alto y poderoso líder del Corporativo Palomares. 

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