MÍ HUMANA FUERTE (COMPLETO) romance Capítulo 30

POV'S OMINISCIENTE

En la manada todos estaban listos; demonios y lobos se habían unido para acabar con la Bruja pero ahora ellos contaban con más aliados que querían ver muerta a Samira y algunos de ellos eran vampiros, brujas, Ninfas, muchos seres místicos habían sido heridos por ella y tenían sed de venganza pero algunos de ellos iban para ayudar a As, ella los salvo a pesar que no debía hacerlo.

Por otro lado la Bruja Blanca estaba en los más profundo del bosque de los territorios del Alfa Dominic peleando con un el Lobo Negro, mejor dicho el animal escuchaba las locuras de la Bruja, aunque ya estaba cansado, así que le lanzó un gruñido feroz que asusto a la bruja.

—Maldito pulgoso—musito ella—¡Esta bien! Me callo, por favor cuídala—pidio la ella.

El Lobo Negro se levanta y dio un asentamiento con la cabeza. Sin más preámbulos procedió a irse, su misión era proteger a As desde que nació pero, él era su guardián pero la bruja Blanca me le había dicho que aún no era el momento, que debía esperar, en ese momento no logro comprender pero dado la circunstancias de este momento comprende.

Llego a un lago, sentía levemente la esencia de su dueña, subió sobre una roca y olfatea para seguir el rastro de ella, sintió el aroma de otro lobo, ese era el camino que debía tomar sin duda, cruzó el lago y siguió caminando hasta llegar a una parte del bosque pero el aroma de ambos era muy leve, ya que el aroma a vampiro estaba por todos lados, gruño por ello, vio alguno vampiros conversar entre ellos, camino con sigilo hasta a la cueva que estaba a un metro de él, no quería ser descubierto, no aun. Llegó a la entrada de la cueva y su aroma se hizo más fuerte, lo había encontrado, sigo adentrandose más y la vio sentada con la mirada perdida. Él se acercó, la olfateó, trataba de cruzar el limbo,  él mordió la mano para unir su lazo, ella no hizo nada, no demostró dolor alguno, hecho eso lamió la herida para cerrarla  y se hecho a su lado.

Mientras tanto As estaba por terminar de cruzar para salir del limbo cuando sintió que su mano izquierda comenzó arder, su vista fue hacia allí y vió como una mordida se hacía presente, se arrodilló por el dolor de está, grito de dolor, sentía que por su sangre corría fuego. Todo de volvió negro unos segundos hasta que su vista volvió y se percato que su alma volvió a su cuerpo pero aún no podía recuperar el control, aún así, iba luchar por su felicidad. La mordida que sintió ya no ardía.

En la manada todos estaban listos para la guerra, ya que está no era una batalla sino la guerra, bueno, eso creían ellos. Samira iba pagar por todas las personas que mato hijos, hermanos, madres, tíos, parejas iba pagar por el daño que causó. Todos estaban atentos, nadie sabía en qué momento iba atacar.

El Alfa Dominic se sentía angustia por Luna, lo único que quería en esos momentos era estrecharla entre sus brazos, pero ahora temía porque Deamon estaba con vida y apesar de lo que esté le dijo no se quede tranquilo, ya que todo depende de la decisión que tome su Luna, si ella quería irse con Deamon, él lo iba aceptar. Después de todo de eso se trata el amor; si amas a esa persona pero no es feliz a tu lado lo dejas ir, porque su felicidad es la tuya, aunque no sea a tu lado y eso iba hacer el Alfa, ya que él amaba.

A las mellizas Blacks les costó asimilar las cosas, todo estaba pasando tan rápidos que se sentían perdidas, pero lo que si estaban seguras era que estaban feliz que Deamon estuviera vivo, pero también preocupadas por su lider, ella sufre más que nadie en este miembro. Le avisaron a Sol y Luca sobre la situación y estos dijeron que iban a venir inmediatamente, pero el Consejo no se los permitió por peligro que había en estos momentos en la Manada Luna Azul.

Por otro lado el Alfa Drake había decidido llamar aquellos Alfas anteriores para que lo apoyen en esta situación, sin dudarlo cada uno de ellos envío a sus mejores guerreros para ayudar a rescatar a la niña que una vez les salvó a su respectivas familias y acabo con aquella batalla.

La niña Zoe D'Angelo estaba algo nerviosa con el movimiento que había en su manada pero su madre le explicó que la Luna de su hermano había sido secuestrada por persona malas y tenían que ir buscarla. Ella también quería ayudar así que fue en busca de su hermano mayor.

—¡Dominic!—exclamo la niña entrando al despacho y corrió hacia los brazos de su hermano, quien estaba hablando con el Rey de los Demonios.

—¿Que sucede princesa?—pregunta el Alfa Dominic cuando la alzo entre sus brazos.

—Mama me contó que la señorita As fue secuestrada por personas malas, así yo también iré—dijo la niña en tono serio

—No, tu te quedas aquí con nuestra madre y los demás niños hasta nosotros estemos de regreso—dice el Alfa serio.

Maldecía en su interior porque conocía a su pequeña hermana, cuando se le metía una idea en la cabeza nadie se la sacaba, ni si quería su padre.

—¡No!—ruge le pequeña Alfa y sus ojos se ponen rojos.

El Alfa se asombro y antes que pueda decir algo al respecto ella se bajo de sus brazos para ir a los brazos del Rey de los Demonios, quién la alza mientras reía por el pequeño berrinche de la niña, ella se esconde en cuello del Demonio y aspira su aroma, su loba había tomado el control y se percato de ese aroma rico.

—Mio—gruñio la pequeña dejando pálido al Alfa.

Esto no estaba pasando, no era imposible, ya que es hija de un Alfa, pero que su mate sea el Demonio era como el karma.

—Helen, suelta a Deamon—gruñe el Alexter.

Ambos hermanos habían dejado que sus lobos tomarán el control de la situación.

—¡Es mío!—exclamo la pequeña Alfa mirando a su hermano —Mío, solo mío—murmura intensificando su agarre y volvió a esconder su cabeza en cuello del demonio.

El Rey de los Demonios quede helado ante esto, él cuando vió a la pequeña sintió un escalofrió, pero esto era mucho, aún así cuando la niña lo reclamó su instinto protector se despertó más.

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