Mi Resiliencia (COMPLETA) romance Capítulo 41

Dicen que el amor es la fuerza más poderosa del mundo, sin lugar a dudas lo es, pero no se trata de un sentimiento momentáneo que nos hace hacer tonterías alegando “lo hice por amor” el amor es más que un impulso de nuestras emociones que nos hace actuar sin medir consecuencias, eso no es amor, porque el amor es consiente y perfecto, todo lo analiza y escudriña, el amor toma decisiones certeras en el momento oportuno, muchas cosas son confundidas con amor y ese es un gran error que cometemos los seres humanos, solemos dejarnos llevar por nuestras emociones, cosa que es normal tomando en cuenta que por ellas somos quienes somos, pero el amor es más que un sentimiento, es más que un estado de enamoramiento, es un poder que domina nuestros sentidos y conecta nuestra alma, cuerpo y espíritu en un solo ser capaz de actuar con integridad, honestidad, nos convierte en seres apasionados y decididos a enfrentar las adversidades que se nos presenten.

Las personas del círculo de Anika Brown y Arthur Jones llegaron a la conclusión de que ambos son la verdadera representación del amor más puro, cálido y profundo que antes habían visto, era más que obvio que esos dos tortolos estaban enamorados el uno del otro hasta los huesos, no solo sus miradas los delataban, sus acciones, sus comportamientos eran una clara señal de que el amor se había apoderado de sus vidas, ambos habían pasado difíciles situaciones que aprendieron a superarlos solos, a sanar las heridas causadas en el pasado y en medio de esa sanación tuvieron la bienaventuranza de conocerse, una fuerza poderosa los había unido para que juntos sanaran las secuelas de los duros momentos antes vividos.

—Bien, necesito la lista de canciones que Arthur te hablo— pide Nahomi a Lissy.

—Ya descargue las canciones, Alexa las reproducirá en cuanto entren— responde la hija mayor de Arthur feliz.

—Perfecto, creo que todo está listo— dice Ritha observando la decoración romántica de la cabaña en donde se encuentran, el escuadrón “Anika y Arthur son unos tontos que se aman” así decidieron llamarse, para sorprender a esos dos, habían preparado todo un escenario para que ellos estuvieran al fin a solas y hablaran sobre lo obvio, que se aman, el escuadrón estaba compuesto por: Nahomi, Lissy, Lili, Ritha, Miriam, Elizabeth, Rodrigo y Lourdes, estas ocho personas se dieron a la tarea de idear un magnifico plan en el que los tortolos caerían sin rodeos.

Arthur le había pedido un poco de ayuda a sus hijas y a Nahomi para preparar un espacio y sorprender a Anika, le urgía confesar lo que la rubia provoca en su ser, pero deseaba que fuera lo más romántico posible, sabe perfectamente que Anika ama los pequeños detalles y se debía esmerar al máximo para complacerla.

Anika se había pasado la tarde organizando con los padres de Arthur, sus hijas y Lourdes los detalles para la que sería la noche en la que confesaría su amor.

En pocas palabras ambos estaban preparando el escenario perfecto, sin darse cuenta de los que pasaba, Nahomi y las hijas de Arthur al ver lo que pasaba decidieron sorprenderlos a ellos y por tal razón, alquilaron una cabaña al norte de la ciudad de Londres, era del tamaño adecuado y la habían habilitado y equipado con lo necesario para que sobrevivieran por lo menos durante una o dos semanas, el centro de la ciudad estaba a más de una hora por lo que tendrían un momento a solas, solo para los dos.

Para que las cosas se dieran en tiempo record, decidieron comprar las decoraciones y decorar la cabaña ellas mismas, Nahomi fue muy astuta al traer manos extra, Lourdes se encargó de cocinar una rica cena que guardo en el horno de la estufa, Ritha por su parte limpio y organizo el lugar, coloco sabanas limpias en la cama y aromatizo el ambiente con un ambientador de lavanda y canela.

Lili no se queda atrás y ayudo a su hermana mayor a combinar la decoración junto a Nahomi, Miriam estaba supervisando los pasos de su nieta y los mantenía al tanto de los ocurría en casa de Anika, ya que esta se encontraba ansiosa porque llegara el momento de ver a Arthur.

—Todo está perfecto—concluye Nahomi al observar las paredes rusticas de madera y los muebles acogedores que ocupaban el lugar, en el piso de madera se encontraban pequeñas luces recargables que hacían un camino que llegaba hasta la habitación principal, la cual estaba repleta de flores blancas y la tenue luz del atardecer se filtraba por el ventanal que daba una perfecta vista al lago que estaba ubicado en la parte trasera de la pequeña cabaña de solo dos habitaciones, dos baños, una sala cocina, un pórtico y una terraza en la parte superior la cual estaba cubierta por un techo bien fortificado.

Elizabeth y Rodrigo habían hecho posible alquilar este lugar con el propósito antes mencionado, para ellos Anika representaba la armonía, la paz y la restauración, la admiraban por su valor y talento, la amaban por ser quien es, en los últimos años se habían acercado más a ella y la impresión que les dio cada día hicieron que ambos ancianos se sintieran inmensamente felices, por eso no dudaron ni un instante en aportar su granito de arena cuando sus nietas los llamaron para contarles su plan.

Todas observan sonrientes su magnífica labor y se abrazan, todo está saliendo a la perfección, la hora del encuentro se aproxima por lo que deciden abandonar el lugar dejando una llave debajo del tapete de la entrada a la cabaña.

Al mirar la fachada de la cabaña todos se maravillas al ver las luces que forman los rostros de Anika y Arthur, Nahomi había hecho un cuadro fuera de serie al imaginarse a Anika y Arthur uniendo sus frentes, sus rostros muy cerca y sus labios rosándose, fue un trabajo muy duro en el que llevaba ya más de un mes trabajando pero todo había salido a la perfección, el cuadro media la estatura de 2 metro de largo y ancho, decidieron colgarlo en frente de la cabaña, marcando con luces de neón para resaltar en la oscuridad.

—Ellos merecen toda la felicidad del mundo— asegura Nahomi.

—De eso no hay duda— secunda Lourdes –es hora de irnos— todos asienten y abordan los autos en los que vinieron.

Mientras tanto en casa de Anika esta se encontraba algo nerviosa y pensativa, Nahomi no le había enviado las ultimas fotos de la decoración y eso la preocupaba, “y si no le gusta la decoración” y “si no se siente cómoda y es un desastre” pensaba la rubia mientras miraba el vestido se organza color champagne, el cual le llegaba hasta las rodillas, calzaría sus pies con sandalias de tacón, dejaría caer su cabello en largas cascadas sobre su espalda y maquillaría su rostro de forma sencilla, esta consiente de que cuando Arthur la vea se sorprenda un poco ya que cree que hablaran de asuntos referentes al trabajo pero cuando llegue el momento buscara una excusa.

—Me alegra mucho por ti mi amor— Miriam besa la cabeza de su nieta —estoy segura de que Arthur aceptara— dice la abuela, Anika se voltea a verla y sonríe abrazando a su abuela.

—Es lo que espero.

—Veras que si.

—Empezare a arreglarme.

Anika entra a la tina y sumerge su cuerpo en el agua con espuma y sales relajantes, deja que la música suave de los latidos del corazón de su hija inunden sus oídos, esa la melodía que la calmaba y le saca una sonrisa siempre, por eso decidió instalar un estéreo en toda la casa donde siempre se reproducían melodías suaves y el sonido el corazón de su bebe formaba parte del repertorio.

Al cabo de un rato se viste con lo que había elegido, su cita ya está por llegar por lo que Miriam le ayuda hacer hondas en las puntas de su cabello, los labios pintados de rosa suave, mira el reflejo de su figura en el espejo y sonríe auténticamente, lucia tan hermosa que a su abuela le salieron varias lágrimas.

Por otro lado Arthur daba vueltas en círculos en su habitación preocupado por su aspecto, hace muchos años que no sale a cenar con una mujer, las manos le cosquillean y sudan.

— Papá vas a asustar a Anika con tus nervios& le dice Lili sonriendo viendo a su padre.

—Creen que luzco bien— le vuelve a preguntar Arthur a sus hijas.

—Por enésima vez papa siiiii, estas precioso—Lissy le besa la mejilla a su padre –Anika quedara impresionada— le garantiza.

—Repasemos el plan—dice Arthur sentándose al borde de la cama –La voy a buscar a su casa y la invito a que hablemos de lo que me quiere decir en un lugar más cómodo– ambas hijas asienten con la cabeza –cuando acepte la llevo al lugar que ustedes prepararon y del cual no sé nada, solo la ubicación que Nahomi me envió— las niñas vuelves y a asentir –la llave esta debajo de la alfombra que está en el porche— dice.

—Siiiiiii, ahora vete o se te ahora tarde y Anika cancelara, no olvides el ramo de rosas blancas– le indica.

Arthur besa las mejillas de sus hijas y les indica –No se acuesten tarde y escuchen a Lourdes— dice, Lissy acomoda su corbata y Lili peina su cabello.

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