My Last Sigh romance Capítulo 53

Hoy se cumplen 15 años de la muerte de mi esposa. Pero también es el cumpleaños número 15 de nuestros hijos. Cumplen quince años y debo darles el regalo de su mamá. Entro a su cuarto y comienzo a cantar.

—Estas son las mañanitas que cantaba el rey David, para los muchachitos bonitos se las canto así… —canto y ellos despiertan sonriendo.

Ambos apagan la vela del pastel que estoy sosteniendo en mis manos, lo dejo en la mesa de noche para abrazar a mis hijos.

— Feliz cumpleaños, chicos, que Dios los bendiga y sigan cumpliendo muchos años más.

—Gracias, papá —responden a unísono.

Mis hijos son hermosos, se parecen mucho a su madre. Diría que son una copia de ella. Romina es idéntica a su mamá, a diferencia de sus ojos y el color de su cabello. Al igual que Jacob, ellos son como la versión mujer y hombre del otro. Ambos tienen los ojos turquesa y el cabello rojizo. Lo único que los diferencia de su madre es eso, su cabello y color de ojos. Me hubiera encantado que sacaran los ojos de su madre.

—Lo malo es que hoy mi mamá cumple quince años de muerta —dice Romi algo triste y se sienta en la cama. Jake la abraza—. Me hubiera encantado conocerla —derrama una lágrima y yo intento no llorar frente a ellos.

—A mí también me hubiera encantado conocer a mi mamá, sé que ella nos quería Romi, ¿verdad papá? —pregunta Jake y yo sonrío asintiendo.

—Los amaba, los adoraba. Ustedes eran y son la adoración de su mamá donde quiera que esté. Ella estaba muy ilusionada con cuidarlos y verlos crecer —Romina derrama lágrimas al igual que Jake —. No, no lloren, ella no hubiera querido eso. Además, les tengo un regalo de parte de ella —me miran con un brillo es sus ojos.

—¿Cómo? —preguntan sorprendidos y los guío a la sala.

Los dejo allí y busco el CD que me dio Minerva dos días después de la muerte de Claire. Yo nunca lo he visto, porque ella me dijo que Claire quería que lo viéramos juntos los tres. Vuelvo con el CD en las manos y lo pongo. Jacob y Romina se ponen uno a mi derecha y el otro a mi izquierda.

En el televisor se ve la imagen de Claire muy pálida sonriendo a la cámara.

—Mira Jake, es mamá —dice Romina sonriendo.

—Ya lo sé, hermanita —responde mi hijo.

Prestamos atención al vídeo. Es hermoso, mis hijos terminaron llorando, al igual que yo. Pero siento un alivio ahora que sé cómo se sentía.

—¿Ella sabía que no iba a estar con nosotros? —pregunta Jake al terminar el vídeo.

—Supongo que lo intuía, pero ya les queda una prueba más del amor tan grande que ella les tenía —asienten con la cabeza y me abrazan.

—No cabe duda que nuestra madre era genial —dice mi pequeña y yo asiento.

—Era única —respondo suspirando.

A pesar del tiempo no te he olvidado mi amor y nunca lo haré.

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