Ezequiel
Me sacan de la sala de quirófano y la enfermera se me acerca para preguntar los nombres de mis hijos.
—Romina Esther Harrison Walker y Jacob De Jesús Harrison Walker —le digo y ella anota.
Se va y yo voy a quitarme el traje azul. Regreso a la sala de espera y los chicos al verme se ponen de pie. La madre de Claire camina hacía a mí.
—¿Ya nacieron? —pregunta y yo asiento.
—Sí, son hermosos —digo, todos sonríen.
—¿Y mi hija? —la miro seria.
—Alejandro ya está realizando el proceso con el medicamento. Yo la vi muy pálida, pero sé que estará bien —les informo mientras hago una mueca.
Mi suegra derrama una lágrima y se sienta al lado de su marido. Nora llega a mi lado y me abraza.
—Todo va a salir bien. Ella va a estar bien —asiento.
Sonrío y beso su frente.
—Quiero ver a mis sobrinos —dice Marina mirándome.
—Yo también —la sigue Hazel.
Isaac dice lo mismo y yo los llevo. Llegamos al área de los cuneros y les señalo a mis bebés. Están juntos. Jacob tiene los ojos abiertos y su hermana al parecer está durmiendo.
—Tiene tus ojos, Ezequiel —dice Hazel y yo asiento.
Me alegra mucho ver a mis bebés con vida. Mi felicidad sería completa si mi esposa no se estuviera debatiendo entre la vida y la muerte en un quirófano. Marina se me acerca.
—Felicidades, Ezequiel —me dice y sonrío tenue.
—Gracias —respondo.
—Mi amiga va a salir de esta, ella... Ella va a luchar para volver con nosotros. Tiene que conocer a sus hijos y pasar tiempo con ellos —yo asiento.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: My Last Sigh