¡¡Dos malditas rayas!!
¡¡Dos malditas y estúpidas rayas!!
Esto no puede estar pasando, no puede estar pasando, yo no quiero un hijo, sería pésima como mamá.
«Deja tu ser pésima mamá, lo peor sería que tu hijo estuviera igual de estúpido que tu»
¡¡¡Pobre bebé!!!
No se que voy a hacer ni cómo le diré a Rohan, pero estoy segura que tendré problemas, muchos problemas.
─Felicidades ─dicen los dos en un tono medio feliz pero a la vez como de pésame.
Ni que se hubiera muerto alguien, bueno la que estará muerta seré yo así que un gran pesame para mi está perfecto.
─Nadie se enterara de esto, ¿Entendido par de idiotas? ─los señalo con el dedo de manera amenazadora.
─Que agresiva mujer ─dice Alejandra fingiendo terror.
─Es enserio, ni siquiera Rohan se debe enterar...
─¿De qué no me debo enterar? ─la voz de Rohan se escucha detrás de nosotros.
¡Maldita suerte tengo!
Estoy a punto de tener un colapso mental de todas las veces en las que siempre me descubren.
─De nada que te interese ─le digo enojada, estoy muy enojada con él y no le voy a contar nada, absolutamente nada, y me vale un cacahuete que él sea el padre, Rohan no se va a enterar hasta que me pida perdón de rodillas y con un ramo de rosas.
«Que dramática, ni que te quisiera tanto para hacer eso»
─Por favor, no empieces con tus tonterías.
─La única tontería eres tú, aparte no crees que si no te quería decir es por algo, así que no seas metiche.
Me despido de mis amigos y me subo a mi habitación, estoy muy cansada y ya no se que hacer en este lugar, estoy un poco harta de esta situación, ni siquiera se la razón por la que estoy aquí, no se cual es el motivo por el cual él me quiere aquí y como tengo la curiosidad peor que un gato voy a la oficina de Rohan para hablar con él.
Bajo las escaleras casi corrigiendo y empiezo a caminar hasta llegar a la oficina de Rohan, la puerta se encuentra medio abierta así que me asomo un poco para ver si está ahí, y si está ahí pero no sólo y al parecer muy bien acompañado, ya que un esqueleto con peluca rubia se encuentra con él en sus piernas besándose.
De la nada me dieron ganas de entrar y romper a ese esqueleto para darle de comer a los perros de la calle, pero después me doy cuenta de que los perritos no tienen la culpa de nada para que yo les de un hueso sin sabor.
El enojo pudo más conmigo y decidí hacer algo que estoy segura que a él no le gustará, pero se tendrá que aguantar, y no, no haré el ridículo de quitarle la peluca a ese esqueleto, sino que empiezo a hacer llamadas a todos mis amigos hombres que tengo y alguna que otra mujer que me caiga bien, está claro que Ariana, Alejandra, Christopher y Tadeo también están invitados.
El timbre de la casa empieza a sonar repetidas veces mientras que las personas empiezan a llegar, y para no tener problemas en la entrada yo misma di la autorización de que dejaran pasar a los que fueran llegando.
Todos me saludaron y yo los dirijo a un salón de fiesta, ya que esta era una mansión a lo grande, mientras que algunos empezaban con la fiesta yo recibía a todos los invitados con la indicación de que no hicieran ruido hasta que yo diera la señal.
Cuando ya todos estaban en el salón, me acerco a mis amigos los cuales tenían cara de miedo. Me subí a una mesa y los miré a todos.
─¡¡Que empiece la fiesta!! ─grito y todos empiezan a hacer ruido y gritar, si Rohan puede hacer lo que quiera, pues yo también y estoy segura de que no le importará mucho si hago una fiesta con muchos hombres y una que otra mujer.
La música está a un volumen bastante alto y el ruido de las personas hacen que esta fiesta tenga vida, pero para darle el toque perfecto entran dos chicos con barriles de cerveza
Es bueno tener amigos universitarios que puedan conseguir eso a la hora que sea.
Tadeo empieza a manejar hacia la casa de Christopher ya que él también es rico y su familia nos dejó quedar en su casa un tiempo, o por lo menos a mi por toda la vida.
En el camino recuerdo lo que pasó después de verlo con la esqueleto, mi venganza sólo era quemar su ropa pero para mi sorpresa encontré muchos papeles sobre la mesa, todos esos papeles trataban sobre mi vida, cosas que ni yo sabia, entre más leía los papeles más enojo entraba en mi, pero un contrato desató todos mis sentimientos.
Era un contrato donde decía que Rohan tendría una heredero de la fortuna de su familia en menos de un año, el contrato estaba perfectamente redactado, tenía tres líneas para firmar,en una estaba la firma de Rohan, una que supongo era la de su padre y otra línea donde mi firma se encontraba.
Yo había firmado un contrato donde decía que sería la incubadora del heredero, solo servia para eso al parecer.
Sin poder evitarlo algunas lágrimas traicioneras salieron de mi, pues no se como pero de alguna manera me apegue un poco a Rohan, pues pensé que me estaba apoyando después de quedar en la calle.
Pero al descubrir cuál era su propósito en mí, algo dentro de mí se rompió y no, no estoy enamorada de él, solo que sera el padre de mi hijo, eso esta mal.
Justo ahora me sentía usada, pues en tan sólo una vez él ya había logrado su objetivo, pero yo no permitiría que él supiera tal cosa, ese hijo en caso de que naciera sería sólo mío y no de su familia.
No me importa que Rohan mueva cielo y tierra, pero ese niño no sería parte de su juego como yo lo fui.
Narra Rohan
Miro detenidamente los papeles que tengo frente a mi, se que todo esto es una locura, pero no me queda otra opción.
Se que fui un idiota por aprovecharme de que ella estaba en ese estado, pero Agustin y yo sabiamos que esto iba a pasar, y si, pude cambiar de plan y dejar que Tamara saliera libre de todo esto, pero mi padre ya sabe de ella, necesito protejerla y tenerla a mi lado es la mejor opcion.
Mi obligación es cuidar de ella y al bebe que posiblemente tiene en su vientre, después de todo, esto fue un error mío y debo solucionarlo.
Lo siento Tamara, pero ahora formarás parte de mi plan.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Prisionera De Un Magnate
Me gustó mucho la historia, un poco diferente a las demás. Pero me hubiera gustado poder leer un poquito más, darle unas letras a la felicidad de descubrir que ya recuerda...