Prisionera De Un Magnate romance Capítulo 8

Recuerdo cuando me encontraba en el patio de la casa, jugando con mis muñecas que mis papás me habían traído de su viaje. Mientras mi padre me perseguía con otra muñeca y yo corría para que no lograra atraparnos, pero en el momento que lo hizo ni dudo en hacerme cosquillas por todos lados, mientras yo reía junto a mi papá, y mi mamá cocinaba galletas para la noche.

Así era mi vida diaria cuando mis padres estaban conmigo, pero en las noches siempre escuchaba como discutían y peleaban por cosas que aún no lograba entender. Eran peleas que no duraban mucho y tampoco pasaban a algo más agresivo.

Yo apenas tenía 4 años cuando esas peleas pasaban, era como una rutina, ellos viajaban por un mes o menos pero incluso más, y cuando llegaban era con una maleta llena de cosas para mí, para así sentirme bien y recordar que eran mis padres y después jugar todas las tardes durante algunas semanas en donde las peleas por la noche no faltaban. Toda mi infancia consistió en una rutina que no paraba, yo solo era una niña ingenua que pensaba que su vida era como un cuento de princesas y la princesa era yo.

Pero los años pasaban y esas peleas que yo pensaba que eran inofensivas crecían, algunas veces papá no llegaba a la casa y mi mamá lloraba, otras mi papá dormía en otra habitación que no era la suya, o se iban de viaje por separado.

Cuando yo cumplí los 12 años mis padres no se presentaron a mi cumpleaños como cada año, sus abrazos y beso hicieron falta ese día, a pesar de que lo hacían por quedar bien conmigo yo apreciaba que estuvieran ahí conmigo, pero ese día no asistieron y me dejaron sola, ni siquiera llamaron o recibí algún mensaje de ellos, pues se habían ido de viaje.

Ese día me la pase en los columpios que había en el patio, fue lo único que hice durante una semana, la más larga y triste de todas, hasta que mis padres llegaron con una caja de muñecas como cada año.

Fue entonces cuando me di cuenta que ya había crecido por lo tanto había cambiado de gustos y ellos no lo habían notado, ya no me llamaban la atención las muñecas como antes, pero ellos no lo sabían puesto a que nunca estaban conmigo realmente, siempre estaban fuera de casa.

Desde ese día sentí un rencor en mí y me empecé a portar de una manera que jamás pensé que haría, les contestaba a mis padres de manera grosera, los ignoraba y les hacía groserías, si antes esta era una familia, esa familia había quedado atrás, y yo de alguna manera la extrañaba mucho.

Un día decidí disculparme con ellos y fui hacia su habitación, pero lo que escuche, solo provocó que llorara, ellos se querían deshacer de mi para hacer sus vidas por separado, me querían llevar a un internado en otro país y una vez que ya no estuviera yo, ellos se separarían para hacer sus vidas como siempre quisieron.

Es entonces que comprendí que yo solo era un estorbo en sus vidas, ellos ni me querían y se querían deshacer de mí, esa vez decidí ya ni darles más problemas y traté de portarme lo mejor que podía, pero aun así tenían esa idea de mandarme a un internado para Alemania, cuando tomaron la decisión definitiva, yo sentía que mi corazón se rompía en mil pedazos.

Aún faltaba una semana para irme a ese orfanato y durante esa semana ni volví a hablar con ellos, mientras que por su parte trataban de salir y pasar todo su tiempo conmigo, ellos se encargaban de que me la pasara bien, pero yo no podía más con esta situación, ellos aún no sabían que yo sabía sobre el internado y es por eso que se preocuparon porque no hable durante esa semana y cuando me dijeron yo no hice otra cosa más que alistar mis maletas y subir al auto.

Durante todo el camino no dijimos nada por lo que el ambiente era algo incómodo para ellos, mientras que yo sólo estaba en mi mundo hasta que sonó un teléfono, era una llamada que estaba recibiendo mi papá, pero no contestó y mi madre al ver que él estaba nervioso tomó su teléfono y descolgó la llamada para así escuchar la voz de una mujer, sus palabras fueron fuertes y claras, pero también el final de una familia.

El funeral fue una despedida algo dura para mi, saber que ya no volvería a ver a mis papás me dolía mucho, no sabía que sería de mí ni que pasaría cuando terminara el funeral.

Ahí conocí a la otra familia de mi papá y descubrí que había un joven mayor que yo y una señora mayor que mamá, también había dos niñas de la misma edad, en realidad yo era la hija ilegítima, solo era la otra familia y no la original.

La otra esposa de mi papá era un amor, incluso se ofreció a cuidar de mí, pero sentía que sería algo incómodo y más una obligación que voluntad el cuidarme así que decidí irme a una casa hogar donde conocí a mi superior, ella cuidaría de mí y se encargaría de que mi herencia se me entregara hasta la edad que decía el testamento.

Y esa es la razón del por qué soy así, desde ese día me propuse hacer lo que quisiera, y hasta hoy lo había cumplido, solo que siempre salía herida por mi culpa.

Ahora me encuentro en un parque observando a los niños jugar mientras yo me columpio y me quedo pensando en ¿Qué sería de mi vida si hubiera tenido a otra familia?

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