Ya había oscurecido.
Toda la habitación estaba sumida en la oscuridad, y la cara de Berto se veía aún más sombría.
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Barrio El Magnético.
Evrie bajó las escaleras con el abrigo puesto y enseguida vio aquella silueta familiar sentada en el sofá del salón.
A lo lejos, parecía mucho más demacrada de lo habitual.
No tenía nada de su vivacidad y desparpajo de siempre.
Evrie apresuró el paso y llamó en voz baja: —¿Blanca?—
Al oír la voz, Blanca levantó la cabeza, con el rostro descolorido y los ojos rojos, daba una impresión alarmante.
Evrie sintió un pinchazo de compasión: —¿Qué te pasa?—
Blanca aspiró por la nariz y articuló unos cuantos sonidos apagados.
—Evi, estoy embarazada.—
...
Cinco minutos después.
Blanca estaba sentada en el sofá del apartamento, cubierta con una manta suave, compartiendo con el corazón apesadumbrado las cosas que le habían pasado esos días a Evrie.
No quería preocupar a Evrie.
Pero en Alnorter, ella era su única buena amiga, y todavía no podía contarle a nadie lo de su embarazo.
Solo quería salir de la órbita de Berto y pensar por sí misma.
—Así que por eso vine a buscarte.—
Blanca hablaba con una mirada de desolación en sus ojos.
De repente, se posaron dos vasos de agua sobre la mesa de centro, junto con dos pastillas que parecían calcio.
La voz de Farel resonó con su tono calmado: —Tómate la pastilla y luego seguimos hablando.—
Blanca preguntó sin pensarlo: —¿Qué pastilla es esta?—
—Calcio prenatal.—
Blanca, sorprendida y confundida, replicó: —Señor Haro, gracias por la pastilla, pero con mi situación, creo que aún no es momento para suplementos de calcio, ¿y cómo es que tienen pastillas de calcio en casa?—
En caso de que decida no seguir adelante con el embarazo.
¿Necesitaría realmente tomar calcio prenatal?
Farel la miró de reojo, tomó una de las pastillas y la puso en la mano de Evrie, diciendo con serenidad:
—Mejor no.—
Después de repartir las pastillas, Farel fue a la cocina a cortar frutas. Las mujeres necesitan más nutrientes durante el embarazo y él se esforzaba todos los días en proporcionar alimentos saludables a Evrie.
Las vitaminas de las frutas eran parte de ello.
—Buzzzz—Buzzzz—
El celular sobre el mostrador empezó a vibrar. Él echó un vistazo y vio que era una llamada de Berto.
Farel se lavó y secó las manos antes de deslizar para contestar.
Del otro lado llegó la voz contenida y tensa de Berto: —¿Está Blanca con ustedes?—
Farel echó un vistazo hacia la puerta, donde las dos mujeres seguían cuchicheando.
Había escuchado todos los chismes de Blanca sin perderse una palabra.
Era la típica historia de un ilusionado y la otra indiferente.
Volvió la mirada y respondió con ligereza: —No lo sé.—
Berto entendió al instante y dejó caer una frase apresurada.
—Llegaré en una hora.—
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Receta para robarle el corazón al Dr. Farel
Hola ya no hay más capitulos...
Llevo mucho tiempo revisando dia a dia para ver si actualizaron y nada😪😪...
Muchos dias sin subir capituños y nos vamos a quedar sin saber que pasa con los protagonista. Que pereza....
Para el buen lector es de muy mal gusto esperar por alguien para darle continuidad a una buena e interesante lectura, son muchos días de espera....
Por favor más capitulos😢😢...
Hola por favor que pasa capitulo...
Quiero más capítulos por favor me tiene triste ver como esta berto😔😔...
Hola amiga más capítulos...
Más capitulos vale...
Quiero más capítulos para ver que pasa con la salud de berro...