Secreto. romance Capítulo 20

—no puedo creer que estés aquí después de todo lo que le as hecho —escupió mi hermano con rabia.

—ella me necesita y lo sabes —podía reconocer esa voz en cualquier lugar, Leroy.

Escuche pasos que se acercaban más y más pero después todo fue un silencio.

—no te queremos cerca de ella —Ivonne hablo segura.

—saben que no pueden impedirlo, ella es mi luna —Leroy se controlaba en sus palabras.

—¿te atreves a decirle luna? Después de lo que pasó —dijo Dax entre dientes

Mi cuerpo se sentía muy pesado y no podía hacer ningún tipo de movimiento.

—vine por mi luna y no me iré sin ella, les recuerdo quien soy yo y de lo que soy capaz —dije el con su voz ronca.

Mi madre soltó un suspiro y escuche sus pasos acercarse hacia mí y tomó mi mano con delicadeza.

—Amelie es como una hija para mí Leroy y lo sabes, ¿no? —pregunto ella en hilo de voz.

—si lose —respondió.

—le as hecho mucho daño y es algo que nadie de aquí te va perdonar pero sin embargo, es cierto que son almas gemelas y no podemos impedirlo, Alek esta cada vez más cerca de atacar y no podemos lidiar con dos problemas ala ves, puedes quedarte con Amelie en este lugar si es lo que deseas —hablo mi madre acariciando mi mejía.

Quise decirle a mi madre gracias, por todo lo que había soportado por mi pero no podía decir ni una sola palabra.

La oscuridad se expandía en mi mente nublando mis pensamientos, pequeños susurros se escuchaban por todos lados pero todo estaba oscuro y no sabía de dónde provenían esas voces.

—asesina, eres una loba muy peligrosa.

—déjate llevar por tu loba interior.

Mi loba Esmee me miraba aterrada mientras agachaba su cabeza hacia mi, se acomodo entre mis manos y paso su lengua por todo mi brazo mientras gemia silenciosamente.

—no Amelie, yo no soy peligrosa, no quiero asesinar... —gemia con miedo.

Acaricie su pelaje brillante y le sonríe con ternura.

—no te preocupes todo va estar bien —susurre en su oreja.

Abrí mis ojos de golpe y me levante bruscamente pero algo me detuvo, un ardor se esparcia por todo mi pecho y después a todo mi cuerpo haciéndome caer nuevamente ala cama.

—Amelie —Leroy entró a mi habitación y fijo su vista en mi.

Llevaba puesto una camisa blanca y unos Jeans negros que combinaban perfectamente, su cabello estaba alborotado y en sus ojos podía ver la angustia que sentía al igual que yo.

—que... Que me pasa —jadee desesperada.

Apreté mis manos tratando de controlar el calor que emanaba mi cuerpo.

—nuestro vínculo Amelie, no puedes evitarlo —se acercó lentamente hacia mí y yo me tense en respuesta.

Su aroma me aturdia totalmente y me hacía no pensar con claridad.

—lo lamento tanto Amelie, de verdad lo siento —susurro el con voz rota mientras se acercaba a mi con paso lento.

Acaricio mi mejía y miro fijamente mis labios para después acercarse a mi poco a poco.

—no, no quiero —era mentira, lo deseaba mi alma lo reclamaba al igual que mi loba.

—no puedes controlarlo —susurro.

Me beso ferozmente y yo respondí de igual manera, enredo sus manos en mi cuello y acaricio mi cuerpo como solo el sabía hacerlo, sentí un alivio al sentir su tacto en mi cuerpo y queria más pero sencillamente no podía hacerlo.

—no Leroy, necesito tiempo —dije jadeante mientras me separaba de él.

Sus ojos se habían tornado color amarillo miel, estaban llenos de anhelo y deseo.

—Amelie no me rechazes por favor —me suplico.

—no te estoy rechazando, pero no puedo acceder tan fácilmente a todo lo que digas después de lo que paso —dije con amargura mientras convertí mis manos en puño.

—te lo dije una ves y lo vuelvo a repetir, ella no significa nada para mi, tu eres todo lo que tengo y no puedo... No puedo perderte —sus ojos perdieron su brillo y bajo su mirada a mis manos.

Suspire resignada y tome su mano para después dedicarle una media sonrisa, no podía verlo así, tan vulnerable.

—¿Porque no sólo vamos despacio vale? —dije con cautela.

—si es lo que quieres esta bien Amelie —dijo el tomando mis dos manos apretandolas levemente.

Me jalo de mis brazos haciéndome caer en sus fuertes brazos, hundí mi nariz en su pecho mientras aspiraba su aroma que tanto había extraño, había deseado esto desde el fondo de mi corazón solo que no había querido admitirlo.

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