Secretos - La historia de una acompañante romance Capítulo 110

— ¿Cómo que lanzarán una caja? ¿Por qué no baja y la dejan adentro? — dijo Alicia.

—Es que tienen miedo que violez de nuevo al piloto — respondió Stefany.

—Cualquier papasito que se me ponga de frente me lo cojo, no perdonaré nada, ando suelta.

—Nada de eso, imagino que es para no llamar la atención, recuerde que estamos como prófugas y se vería raro que estén viniendo aviones aquí a cada momento — dije.

—Eso si.

En eso suena el teléfono.

—Ya la carga está descendiendo.

Stefany y Alicia subieron, yo no podía dejar a la bebé sola, así que la fui a buscar y luego subí, la caja era algo grande y si no es que tiene rueda, hubiera Sido imposible para las chicas jalar.

—Es que acaso nos enviaron provisión para un ejército — dijo Alicia.

—Mejor que sobre a qué falte — dijo Stefany.

Al tener la caja en la cocina, empezaron a revisar y habían varías cajas de cereal, frutas, verduras, en un termo venían varias carnes, leche, sodas entre otras cosas.

—Este señor es más atento al Señor Juan — dijo Stefany.

—No te confíes, comienzan con cosas bonitas y luego sacan lo que verdaderamente son — conteste — Juan fue todo un misterio al comienzo y me dió acceso a una gran cantidad de dinero, viajes y libertades, pero mira ahora, soy una prófuga por él.

— ¿Cree que pueda pasar lo mismo con este señor?

—No, a él lo veo muy cambiado, cuando lo conocí era muy amenazante, allá era tenido por todas las chicas, de hecho dicen que más de alguna ha muerto tratando de pasar este desierto.

—Pero mire, no pareciera el hombre que usted describe — dijo Stefany.

—Al parecer su salud y la familia le ha marcado, porque si estuviera bien aquí estuviera y ustedes de rodillas con su pene en la boca.

—Que me de todo lo que yo quiera y no importa como me use — dijo Stefany.

—Muchas veces el dinero es lo de menos, mírame cuánto dinero tengo aquí, pero no puedo hacer nada, no soy de la persona que les gusta gastar en tonterías, gasto si es necesario, pero ayudo cuando veo la oportunidad, no sé que sorpresa nos tiene el destino, pero si ustedes están ahí yo estaré contenta, si en algún momento deciden tomar su propio rumbo, no se preocupen por mi.

Stefany se levantó y Vi que entro al cuarto donde estaban los juguetes, esperé un momento y luego le dije a Alicia que no hiciera ruido, al entrar la sorprendimos con un consolador en la mano, talvez podía medir unos 25 cm.

—No me digas que te metas esa cosa en tí — dije.

—En dónde me va alcanzar tanto, lo más que he podido es con una de 21 y eso que no logro toda y este dice que es de 28.

—¡Que! 28 cm, eso no puede ser.

—Tengo una idea, veamos entre tu y yo, quien puede meterse más, claro primero vamos a humedecer lo necesario.

En eso vi unos consoladores con mando a distancia.

—Bueno, yo me encargaré de calentarlas, pero antes necesito que se bañen.

— ¿Que hará señorita Lucy? — preguntan ambas.

Stefany estaba saliendo de la habitación, ví que no traía a la niña, cuando en eso activó el aparato, ella medio se agacho y cerró las piernas.

—Usted y su nuevo Juguete — dijo Alicia.

—Eso será muy entretenido.

Después de eso las dejé tranquila, cuando se estaban sentando, activé los consoladores, pero estás vez les di más potencia, ellas se agarraron de lo que pudieron para no caerse.

—No me acostumbro a esto — dijo Alicia.

—Es que no tienes porque hacerlo, dime ¿Quieres ganarle a Stefany? Entonces tengo que prepararte bien.

Me acerque y pongo mi mano en su coño.

—Parece que te está funcionando, porque estás que chorreas, Stefany ya no se diga, solo mira esa licra como se mira esa gran mancha en medio de ella.

—Como no estaré así, me ha hecho correr, no soy de piedra para no disfrutar esto, pero no creo que pueda andar así.

—Como ya le he dicho a Alicia, ustedes quisieron andar así, ahora tendrán que aguantar, para que vean que soy buena las dejaré cocinar tranquilas, tampoco queremos un accidente por imprudencia.

—Me parece bien, pero déjeme ir a limpiarme, me siento incómoda andar con la licra húmeda.

—Esta bien, vayan, se limpian y les dejaré usar calzon, pero es lo único.

Las dos salieron disparadas hacia el cuarto, se miraban que realmente lo necesitaban.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Secretos - La historia de una acompañante