Secretos - La historia de una acompañante romance Capítulo 117

Cuando íbamos de camino recordé que había visto un motel.

— ¿La ha pasado bien? — me preguntó el taxista.

—Si, ha sido una noche agradable.

En eso vi el motel.

—Entra ahí.

El se sorprendió al escuchar eso.

—Disculpe.

—Si, entra a ese lugar conmigo.

Abrí mi cartera.

—Esto es por tus servicios — le di $100 — y esto si entras ahí conmigo, pero no te lo volveré a repetir — le enseño $100 más.

El sin pensarlo entro al motel, pague la habitación.

—Tu si que eres difícil.

—Lo siento, nunca pensé que usted quería ésto.

El vino y me intento besar.

—No, nada de besos en la boca, en el cuerpo si.

Me empezó a besar el cuello, se mostraba desesperado, me empezó a pasar sus manos sobre mis nalgas, yo puse mi mano sobre su paquete, ya se sentía duro, me había puesto un vestido para que no se me dificultará, el levantó todo el vestido y me dejó en ropa interior.

—No me quites el sostén, estoy dando de amamantar y ahorita solo son de mi niña.

Me acostó en la cama y me quito el calzon, se fue directo a mi coño, no es lo mismo sentir una lengua de hombre a una de mujer, las mujeres solemos ser más cariñosas, hacemos a como nos gustaría que nos traten el hombre solo piensa en su placer, pero este no lo hacía nada mal, pero si continuaba así me correría en su boca y no quería aún éso, me levanté y senté en la cama, le empecé a quitar el pantalón, al ver su miembro, era pequeño, pero no importa en este momento quería algo adentro, le empecé a dar una mamada y le acariciaba los testículos.

—Tu si que sabes tratar a un hombre.

—Me alegra que te guste, te has portado bien conmigo que mereces una recompensa.

Pensé que el quería seguir así, pero me empujó hacia adelante y empezaron las embestidas, para ser pequeña sabe moverse bien, claro que yo no me quede atrás, cuando vi que se estaba cansando lo empuje y me senté sobre el, empecé a moverme yo, lo hacía de arriba abajo y en círculos, mi cuerpo necesitaba esto desde hace mucho.

—Si sigues así me voy a correr rápido.

Cómo sabia que no estaba protegida, lo saqué le puse el condón y me volteo, ahora el podía ver todo el espectáculo de como me lo mete, solo en esta posición pude disfrutar más, cuando en eso sentí los espasmos de él y al parecer nos corrimos al mismo tiempo.

—Ve y lávate.

—Estoy exhausto, realmente no creo que pueda hacerlo de nuevo.

—Es que tú me estás dando un servicio, aún no estoy satisfecha, ve y lávate, casi no me gusta sentir la sensación de lubricante.

El se fue a lavar, pero cuando regreso, era más grande mi pulgar que mi pene, al ver eso me quedé descepcionada, me empecé a vestir, el hizo lo mismo, en vez de darle $100 solo le di $40.

—Oiga, pero esto no fue lo prometido.

—Tus servicios fueron pésimos, no estoy satisfecha.

Parece que eso no le agradó a el, vino me empujó contra la pared, usted no se va de aquí sin pagarme lo acordado, me volteo y no sé con qué habilidad me bajo el calzon y en eso sentí como su pene entraba en mí.

—Esto es lo que quieres perra, pues esto de daré.

Las embestidas eran más fuerte que la primera vez, no se si es la posición pero ahora lo siento más profundo, después vino me agarró del pelo y me llevo nuevamente a la cama, me puso en cuatro y no paraba de darme fuerte, yo no paraba de gemir.

—Te gusta que te traten así perra, eres una zorra que se coge al primero que se le cruza.

Las palabras en vez de enojarme más bien me excitaban, lo sentía tan profundo que alcance mi segundo orgasmo, pero al parecer el no terminaba todavía, me terminó de acostar totalmente, me seguía dando de espalda, sentía como la metía, en eso nuevamente sentí los espasmos de él, me levanté rápido y me la puse en la cara, le di una mamada y todo terminó en mi boca.

—Hasta que por fin has sacado el macho que llevas por dentro.

—Tu si que eres una zorra.

Terminé de sacar el dinero restante.

—Ahora si llévame a casa.

Nos terminamos de acomodar la ropa, subimos al auto y me llevo.

— ¿Habrá una segunda ocasión?

—Que quedé como un lindo recuerdo.

Baje del taxi y en eso abrieron la puerta de la casa, al parecer estás me estuvieron esperando toda la noche.

—Soy yo o a regresado en el mismo taxi — dijo Alicia.

—Que observadora eres, si ha Sido en el mismo taxi, he pasado con el toda la noche.

— ¿Se acostó con un taxista? — dijo Stefany.

—Si quieres sácalo por todos los medios, vayamos adentro que está helado aquí

Cuando entramos comenzó el interrogatorio.

—Solo les diré una cosa, el se mostró amable conmigo, así que decidí darle una oportunidad, fuimos a cenar, bailamos y por último fuimos a un motel.

—La cena y el baile no importa ¿Que tal estuvo en la cama? — dijo Stefany

—Les cuento que casi me venía molesta porque solo se corrió y ya se desánimo, pero como me vio molesta, me trató con más fuerza, al parecer no le gusto que le haya dicho lo que le dije, ahí me trató como la más zorra de todas, pero al final terminé contenta, eso sí era algo pequeña, me ha preguntado si habrá una segunda vez, pero no me convenció ese tamaño.

—Claro si usted está acostumbrada a solo 18 cm, por eso mira pequeño cualquier cosa que no superé eso — dijo Alicia.

—Miren quienes hablan, las que querían meterse 28 cm, yo sé que yo no puedo tanto, lo más que ha entrado en mi son como 24.

—Eso porque no se lo ha propuesto, pero usted bien puede alcanzar más — añadió Alicia.

—Ya dejemos esto aquí ¿Que tal se portó mi niña?

—Ella es un ángel, no se porta mal, las que aquí se portan mal somos nosotras.

Subí a la recamara, ellas vinieron detrás de mi, yo le di un beso a mi niña para que sepa que mami ya había llegado.

—Ustedes dos a su habitación, está noche ha llegado a su fin, yo necesito descansar.

Ellas se fueron de malas ganas, pero realmente si necesitaba descansar, solo me quite la ropa y el maquillaje, me acosté, esa noche me había sentido viva de nuevo, había olvidado lo que se sentía que la traten como una puta, no tardó mucho para que me quedara dormida.

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