Secretos - La historia de una acompañante romance Capítulo 152

"Siguen las detenciones por el caso de la corporación, cada vez hay más funcionarios públicos involucrados, esté es el mayor escándalo que ha tenido la ciudad desde el 90, hoy la policía hizo posesión de 3 edificios de lujosos apartamentos, en cuál solo uno estaba ocupado por 150 chicas, se presumen que todas ellas eran trabajadoras sexuales, la policía no ha dado mayor información, entre otras noticias se nos informan que el empresario Juan Palacios fue declarado muerto en Uruguay, luego de un enfrentamiento entre un grupo armado del que él era parte y las fuerzas policiales, se estima que murió producto de una explosión que hubo en la casa, su prometida se encuentra desaparecida, al igual que su exesposa"

—Ya sabía yo que este lugar caería tarde o temprano, pero para mí es un gusto poder ver el fin de ese sitio — dije.

—Estoy segura que quién dirigía ese sitio debe ser algún político, por la forma en que trabajaba la policía, los misterios que tiene ese sitio — dijo Alicia.

—Quien sabe, pero yo sé que atendí a alguien importante, realmente en ese tiempo no sabíamos en quien confiar, imagínate que una chica trato de convencer a un cliente para que denunciará el sitio,al final de un cliente falso, terminó con muchos golpes — les conté.

—Pobre chica — dijo Stefany.

Azucena va entrando en ese momento con las comidas.

— ¿Ya le has llevado de cenar a la otra Alicia?— pregunté

—No, aún no, les he traído a ustedes primero —

—Quisiera hablar con ella, déjame verla.

—Sabe que no puedo, ella no debe de saber que ustedes están aquí.

— ¿Que diferencia habrá si se da cuenta que estoy aqui? Al final no podrá escapar.

—No insistas, no te dejaré entrar.

—Puedo hablar con tu jefe y estoy segura que terminará aceptando.

—Mientras no reciba una orden directa, no te dejaré entrar.

Esas fueron sus últimas palabras antes de marcharse.

— ¿Por qué desea entrar? Si ella le ha traicionado a usted.

—Mírala ahí, está sola con su hija, la única persona que mira es a Azucena cuando le da la comida, pero debe estar mal, al menos yo lo estaría en esa situación.

La puerta se abre, Azucena llegó de nuevo.

—Te dejaré entrar, pero debes de convencerla que coma, yo no entregaré malas cuentas.

—Espero que me permita acercar.

Ambas salimos del sitio, llegamos a la habitación 16, al entrar en el baño presionó unos interruptores, se abrió un pasadizo en la ducha.

—Que entrada más inusual.

—Son menos llamativas y por ende más efectivas, tienes 15 minutos con ella.

Al entrar ella estaba de espalda.

—Ya te he dicho que no quiero comer.

—Si tu vida no te importa, al menos debería de importarte la de tu bebé.

— ¿Que haces aquí?

—Estoy huyendo o escondiendo según la perspectiva, pero me encuentro en esta situación por una misma razón al igual que tú, Juan.

—El se quedaría conmigo, se iba a casar,

—Dime algo, de que sirve que se case contigo, si al final tú serías solo de él, en cambio él no sería solo tuyo, al final yo me di cuenta que no quería algo así, pero cometí un error y fue haber creído en sus palabras, mírame ahora, si mi cara sale al público, tendré a un grupo de mercenario tras mí.

—Me arrepiento el día que te pedí me metieras aquí.

—Yo me he arrepentido desde ese mismo día, pero las cosas ya estaban hechas, no podía solamente llamar y decir "Me he arrepentido, por favor devuelvanme a la chica".

—Yo se que no,

— ¿Quieres que te diga algo? Este bebé no es de Juan, cuando termine en sus manos aún no sabía que estaba embarazada, por eso el no sospechó nada, realmente no siento amor por este niño, estaba emocionada porque Juan pensaba que era de él, me daba de todo, pero ahora que no está, no tengo ni un centavo y más bien he perdido la forma de mi cuerpo, no puedo trabajar, además mírame dónde estoy, ya no quiero seguir viviendo.

— ¿Quieres que te dé una razón por la cual vivir?

—Habla.

—Tu has cargado a este bebé por 9 meses en tu vientre, le has dado vida, desee que el se formó en ti, ya te brinda amor, no tiene culpa de lo que te ha pasado, pero el puede darte amor verdadero, mi niña es un poquito más grande que tu bebé, pero cada vez que estoy con ella, no me importa lo que suceda en el mundo o todo lo que yo haya pasado, solo me importa sentir el amor que ella me da.

Ella voltea hacia su niño, lo levanta de su cuna y luego lo abraza.

—Tienes razón, es solo alguien inocente y no se merece mi rechazó.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Secretos - La historia de una acompañante