Secretos - La historia de una acompañante romance Capítulo 154

En la habitación 12 se instalo una oficina para el coronel a mando, aún no se daban cuenta que existían las cámaras, vimos que unos soldados llevaron a otros hombres.

—Señor, en un edificio cercano a este, encontramos a estos sujetos, tenían estás armas y estos equipos, aparentemente estaban vigilando algún punto aquí.

—Dime muchacho ¿Que es lo que vigilas?

El hombre no contestó nada.

— ¿Crees que no puedo tocarte? estamos en ley marcial, aquí mandamos los soldados por lo tanto puedo hacer esto con total libertad.

Solo saco su arma y le disparó a los pies.

—Dime que era lo que vigilaba.

—No le diré nada, Cerdo — el hombre solo le escupió en la cara.

El coronel solo se limpio su rostro, saco una navaja y le hizo un corte en los costados de su boca.

—Si te quieres hacer el hombrecito y no decir nada, está bien, haré que pidas piedad y te mate de una vez.

Le hizo otros cortes en su cuerpo.

—Vigilaba el hotel, tengo información que la traicionera se encuentra escondida en alguna parte del hotel.

—Entonces tu esperabas que ella apareciera para matarla, hay muchacho, eres un cobarde, si vas a matar a alguien lo mejor es mirarle a la cara, mientras lo ves a los ojos y miras como el brillo de estos se apaga.

Acto seguido le ensartó la navaja en el corazón, todas queríamos gritar, lo mató de una forma tan fría y no le tembló la mano en hacerlo, el cuerpo de ese hombre cayó inmediatamente.

—Quiero que llamen a la administradora y que se lleven a este sujeto, déjame el arma, podría ser útil.

Entre dos soldados llevaron el cuerpo a la piscina y ahí lo tiraron, momento después llevaron a Azucena.

— Quiero que me digas algo ¿Es cierto que aquí tú escondes a alguien importante en el caso de la corporación?

—Lo siento señor, quiero respetar su opinión, pero es un asunto que solo debo discutir con los oficiales que iniciaron todo esto.

— ¿Acaso no entiendes mi rango?

—Claro que entiendo su rango, pero debe saber que la vida de esa joven corre peligro, por el simple hecho de haber dado información valiosa, igual mi vida y las vidas que estoy protegiendo v.

El le tira un teléfono a ella.

—Quiero que llames a tu Oficial y le pongas el altavoz.

Azucena empezó a marcar el número y luego puso el teléfono en la mesa.

—Habla el coronel que está a cargo del operativo militar, tengo información que están ocultando a personas claves en este sitio, la señora se rehúsa a cooperar sin su autorización, no queremos recurrir a la violencia con ella.

—Azucena, nosotros no tenemos ya jurisdicción en la ciudad, así que entregué a todas las chicas.

—De acuerdo.

El oficial tomo su teléfono.

—Tienes 2 minutos para entregarme a las chicas.

—No se preocupe, ellas vendrán en un momento.

Esa fue una señal para nosotros, salimos lo más pronto posible, para evitar que lastimen a Azucena, pero a penas abrimos la puerta habían varias armas apuntando.

—Su coronel nos está esperando.

Nos llevaron a las 3 a la habitación.

—Señor, estás mujeres venían saliendo del sauna, anteriormente lo habíamos revisado y no había nadie — dijo un soldado.

—Revisa bien y si es posible, destruye el sitio.

—No es necesario, es un buen escondite, se lo diré, pero ¿Que pasará con ellas? — dijo Azucena

—Si dicen que son de vital importancia y envían a alguien para buscarla, entonces lo mejor es que permanezcan acá, pero necesito saber todo lo que saben.

—Al momento hemos dicho todo lo que sabemos, es por eso que la ciudad se encuentra así, todo esto ha Sido por mi, ellas solo han sido víctimas por estar conmigo en el momento menos oportuno — dije, sentía que ya no éramos útiles para ellos.

El coronel solo me quedo viendo, no sé si es que trataba de intimidar.

— ¿Ustedes tienen que ver con lo sucedido en Uruguay?

—No directamente, estábamos siendo perseguidas por Juan Palacios, fuimos atacadas por el personal de la corporación, pero mi personal de seguridad siempre nos mantuvieron a salvó, ya lo sucedido en esa casa es ajeno a mi persona.

—En todo caso, ahora a ustedes las responsabilizan por lo sucedido, así que si quieren mi protección, me enseñaran dónde están escondidas y se quedarán ahí, la única que podrá movilizarse es ella — señalando a Azucena — pero de ahí no quiero a nadie afuera.

—Coronel, hay otra chica escondida, pero esta prácticamente se encuentra contra su voluntad, pero a la vez le estamos salvando su vida — dijo Azucena.

— ¿Es que acaso este sitio era una fachada? Ve y traela.

Azucena salió, yo me tuve que sentar en la cama, tener a la bebé en brazo me estaba rindiendo, a los minutos regresó Azucena con Alison y su bebé.

— ¿Solamente ustedes 5 con sus bebés?

—Si — respondimos todas.

— ¿Que tienes que ver en todo esto? — le pregunto a Alison.

—Era la prometida de Juan palacios, estuve en la corporación al igual que ella — me señaló — Juan pago una alta suma de dinero por mi y luego me volví su prometida, la corporación sospecha que Juan me dió información crucial sobre ellos, pero realmente no es así.

—Entonces ¿Te quieren matar para que no hables?

—Así es.

—Quiero que se las lleven, las quiero lejos de esta basé, no puedo mantener a muchos civiles aquí.

—Nos estará exponiendo al peligro, por eso permanecimos escondidas aqui, además no tenemos a dónde ir.

—No creo que no tengan un sitio a dónde ir, si la corporación las vendía como las mejores, debieron haber hecho dinero y al menos comprado una casa.

—Yo no tengo una casa, pero puedo comprar una, no es problema eso, pero necesito que nos aseguren que estaremos bien.

El coronel solo me quedo viendo.

—No puedo destinar recursos para cuidarlas solo a ustedes, pero les aseguro que mis soldados están en toda la ciudad, así que busquen una casa y aumentaré la seguridad en la zona, pero no tendrán un personal fijo.

—Es más que suficiente, si gusta puede dejarnos en algún hotel para mientras, eso sí que no sea tan llamativo.

El coronel dió la orden que nos llevarán a otro sitio, fuimos a recoger nuestras cosas y nos fuimos, Alison venía con nosotras, Azucena se tuvo que quedar.

Nos llevaron a un motel, el lugar era un asco, quería irme lo más pronto de ahí, pero aún no tenía dónde, ahora deberíamos de buscar algo más fijo, son dos bebés que andan con nosotras.

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