Secretos - La historia de una acompañante romance Capítulo 29

Abro la puerta para notificar que no había pedido nada, cuando en eso entra sin esperar la autorización, deja el carrito y me voltea. aver fijamente, yo no la había reconocido, hasta que se soltó el cabello.

—Hola ¿Me extrañabas?

—Alison ¿Que haces tú acá?

—Decidete como me llamaras, sabes que me gusta más Alicia.

—Como sea, pero ¿Que haces vestida así?

—Eso es lo de menos, ayer te fuiste y ni adiós dijiste.

—Tu madre y abuela me sacaron nuevamente de la casa y más que te Vi muy entretenida.

—Como siempre esas dos, pero hoy yo mando así que ven y besame.

—No entiendo.

—Yo llamé a tu agencia y te he escogido directamente a tí, no ha sido nada barato, te tienen como select de las más caras, no quiero imaginarme porque.

Nunca me imaginé ésto.

—Ven aquí Lucy, hoy serás mi esclava y para demostrar quien manda, ponte este collar y quítate la ropa.

Levantó la tapa del plato que traía, sacando el collar que me había mencionado y en la parte baja de la carretilla del hotel traía otros artilugios, yo no tenía opción, sabía que debía de seguir sus órdenes, me quite la ropa y me puse el collar.

—Bien hecho perra, ahora camina en cuatro patas por toda la habitación.

Tal como ella ordenó lo hice, pero no me movía tan rápido y en eso siento una nalgada.

—Mas rápido perra.

— ¡Auch! Eso dolió.

En eso vino otro.

—Yo no te he dado permiso de hablar, anda camina para tu amo.

Continúe caminando, ya me estaban doliendo las rodillas.

—Bien hecho perra, te mereces una recompensa.

En eso saco un consolador pequeño y lo introdujo en mi vagina.

—Súbete a la cama y acuéstate abierta.

Espero que me subiera y luego sacó varias esposas y no sé cómo consiguió ponerla, porque en cuestión de segundos yo estaba inmovilizada.

—No entiendo cómo llegaste a ser lo que eres ahorita, pero tú sabes un gran secreto de mi familia y necesito asegurarme que no se lo dirás a nadie.

—Ten por seguro que eso es lo menos que deseo hacer, no debes de preocuparte.

—Dime, cómo has llegado a ser una prostituta de nivel.

—Lo siento Alison, no puedo hablar de mi trabajo.

En eso se acerca a mi con unas pinzas y me los pone en mis pezones.

—Te he dicho que soy Alicia, siempre me ha gustado ese nombre.

—Me estás lastimando.

—Entonces contesta la pregunta.

—Ya te lo he dicho, tengo prohibido hablar de mi trabajo, podría traerme grandes consecuencias si te lo cuento, lo único que te puedo decir es que lo hice por culpa de mi madre, ella fue la primera persona que me vendió.

—Ella retira las pinzas.

—Lo que tu madre dijo es que solo te fuiste de la casa sin explicación alguna.

—No fue así, una noche llegó bastante drogada, llega acompañada, cuando baje ella estaba teniendo sexo con ese hombre y fui directo a reclamarle, pero el hombre le ofreció bastante dinero para acostarse conmigo, ella le dijo que aún era virgen y no era tan barata, el termino pagando $1,500 y me violó en esa misma sala, yo había s intentado huir, pero me fue imposible y mamá solo se quedaba viendo y cuando llegó el momento de meterla, ella se sentó sobre mi para evitar que me moviera.

—Tu madre está atrapada en el mundo de las drogas, es cierto tu te vendes, pero estás mucho mejor que ella.

—Lo se, ayer la Vi y se miraba fatal, no quise hablar con ella, la quiero pero también la odio y no me importa lo que le pase, así como a ella no le importó lo que me pasó.

—Si eso paso ¿Por qué no la denunciaste?

— ¿Para que? Ya no me devolvería mi inocencia y ya lo que pasó después no importa, terminé trabajando en esto y por dicha no me ha ido nada mal o bueno no como a otras.

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