Secretos - La historia de una acompañante romance Capítulo 30

Paso una semana desde que vi a Alicia y no había tenido cliente en ese tiempo, solo espero que eso no signifique nada malo, yo había continuado con las clases de conducción y cada vez iba mejorando, en una de esas decidí salir a dar una vuelta por la ciudad yo sola, no me fue nada mal, me preguntaba de dónde saldría el pago de este vehículo, porque estaba relativamente nuevo, solo tenía 85 millas recorridas.

Sin percatarme me había alejado de la ciudad, en eso recibo una llamada.

— ¿Dónde crees que vas?

—Lo siento, solo salí a dar una vuelta.

—Tienes prohibido salir de la ciudad al menos que nosotros te digamos.

—Esta bien, daré la vuelta.

Di la vuelta lo más pronto posible, no quería problemas.

—Ya estoy de regreso a la ciudad.

—No debes de pasar los límites de tu GPS.

— ¿GPS?

—Tu vehículo cuenta con un GPS, está en las opciones de tu panel.

Realmente no había revisado el panel, tenía varias opciones y entre ellas estaban el GPS que me decían, en el estaba la ciudad encerrada en un círculo.

—No está de más mencionar que tú vehículo tiene sensor de pasajeros, camara y micrófono integrado.

—No me extraña.

—Tu próxima misión es en tres días, ya conoces a este cliente, en el GPS tendrás la ubicación del hotel y en tu teléfono los detalles del cliente.

Revisó mi teléfono y era el mismo cliente que le gusta ser esposado, solo que ahora está pidiendo llegar de enfermera, tenía la vestimenta así que no sería nada difícil, cuando regresó al teléfono ya la llamada había finalizado.

De algúna forma quería que esto acabará, estaba prisionera Ben una ciudad, no podía decir nada en voz alta, no podía hablar con nadie, no podía llamar ni chatear, tenía dinero, pero prácticamente estaba limitada a gastarlos en pocas cosas, me preguntaba cuánto costaría mi libertad total.

Llegué a un centro comercial, divagaba por todas las tiendas y por alguna extraña razón ninguna me llamaba la atención, en eso por estar distraída viendo una tienda de cosméticos choque contra alguien.

—Disculpe, no me he fijado que venía.

—Yo soy el que se debe de disculpar, tuve que haberme fijado que estaba distraída.

—No se tan modesto.

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