Secretos - La historia de una acompañante romance Capítulo 32

Los días fueron pasando y me estaba preparando para mi siguiente cliente, cuando en eso golpean la puerta de mi habitación, era una de las supervisoras.

—Hola Lucy ¿Cómo estás?

—Alistándome para el cliente de hoy.

— ¿Cliente? ¿No te notificaron que se canceló esa cita?

—No lo hicieron.

—Bueno, ya lo hice, dime Lucy ¿Cuánto tiempo has estado con nosotros?

—Un par de meses creo.

—Y en ese tiempo mírate dónde estás, cualquier chica a tu corta edad desearía estar en este punto, sino mira a tu amiga Alicia, con tal de llegar lejos se coje hasta el perro de ser posible, pero al ser tu amiga hablaré con ella, si sigue así no llegará tan lejos como tú.

— ¿Porque tú visita? No creo haya Sido por el cliente sino me hubieran llamado.

—Estoy aquí por otra razón, esto no es algo que ocurre ocasionalmente, de hecho solo ha pasado dos veces, pero nunca por alguien tan joven.

— ¿Que cosa?

—Alguien ha pagado una suma importante por ti y te ha liberado de las obligaciones con la corporación.

—Es decir que ahora le trabajaré a alguien más.

—No lo se, al momento tengo que hacer algo, acerca tu brazo con el localizador.

Lo hice y me acercó un aparato, pensé que me dolería pero no fue así.

—Esto destruyó el localizador, esto daño los componentes del GPS quedando inhabilitado, sino Compruébalo aquí.

—Pero no entiendo qué pasará ahora conmigo.

—Estarás aquí por dos meses, luego te entregarán las llaves de tu casa.

— ¿Mi casa?

—Si, tu casa, está venta nos permitió brindarte una casa propia, creeme, muchas chicas solo viven el momento y nunca piensan en futuro, pero bien antes necesito saber una cosa.

— ¿Cuál?

— ¿Quieres hacerlo con tu verdadero nombre o con tu identidad actual?

—Me gusta Lucy, lo demás no importa.

—Ok, ahorita unos técnicos están retirando las cámaras y micrófonos de tu vehículo, solo resta tu teléfono, necesito que me lo des.

Vino, sacó el simcard y lo quebró, luego borró todo el teléfono y me lo dió como nuevo.

—Listo, definitivamente eres una ciudadana libre de la corporación, pero debes de llamar a este número cuando te sientas lista, te aconsejo no tardes demasiado.

— ¿Cuál cosa?

—Hacer dinero con tu cuerpo.

—No se que más hacer.

—Eres joven y lista, algo se te ocurrirá.

— ¿Como puedo darte las gracias?

—Solo dilo y ya

—Quisiera que fuera en persona.

—Eso no será posible tu te darás cuenta quién soy en su respectivo momento, pero estoy seguro que cuando lo hagas es porque ya sabes realmente lo que deseas.

—Gracias por todo lo que has hecho por mí, espero algún día poder pagarte.

—Yo no te he pedido que lo hagas, yo solamente quiero que te des cuenta que vales más de lo que pagaban esos hombres o mujeres, porque me han dicho que tuviste una clienta, en fin eso ya pasó, Olvida tu pasado, vive tu presente y construye tu futuro.

Se corta la llamada.

Olvida tu pasado, vive tu presente y construye tu futuro, que frase más profunda, ahora sí más decidida empecé a botar toda la ropa que tenía ya que cada una de las prendas me recordaba lo que había pasado en la corporación, al igual que los juguetes y calzado, lo único que no empaque fue el vestido que había usado para ir a traer el auto al taller, me encantaba y me hacía sentir una niña de nuevo.

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