Secretos - La historia de una acompañante romance Capítulo 39

Sentía frustración por lo que había sucedido, en eso golpean la puerta.

— ¿Quieres que te acompañe?

Era Azucena, quien había traído consigo un consolador, me había prometido que no ocuparía nuevamente eso, pero en ese momento necesitaba sentirlo, sin pensarlo dos veces la jale hacia mi, le quite la ropa lo más rápido que pude y me lance hacia sus pechos.

—Si que te ha dejado caliente.

—Si no quieres que me detenga, cállate y disfruta conmigo.

Ella se lanzó a besarme y nuestras manos no paraban de recorrer cada parte de nuestros cuerpos, se lanzó a comerme los pechos, lo hacía de una forma tierna, pero a la vez me daba cierto mordisco, ella ya me conocia y sabía que me volvía loca, se fue a mi coño y sin pensarlo me introdujo el consolador hasta la más profundo, lo había accionado al máximo y me estaba retorciendo del placer, pero no se detuvo ahí, con su boca empezó a jugar con mi clítoris y en cuestiones de segundos me estaba llevando al primer orgasmo, no se detuvo ahí, empezó un mete y saca con el consolador y en poco tiempo alcance un según orgasmo, ella limpio el consolador con su lengua y luego fue por su premio, pasaba su lengua por cada parte de mi coño hasta desaparecer todo el fluido que había sacado hace poco.

—Eso estuvo genial, lo necesitaba.

—Lo se e imaginaba que sucedería eso.

— ¿Cómo?

—Ese tipo es trabajador de la corporación.

— ¿Queee?

—Pero si se hizo pasar por dueño de negocio, hasta estuve en su casa afuera de la ciudad.

—El taller si es de él, pero está en ruina, la casa que estuviste probablemente sea de su jefe.

—Que mentiroso y yo pensaba que el había pagado por mi.

— ¿Cómo así?

— ¿No te ha llegado la noticia? Alguien pago por mi y ya no estoy en la corporación.

—Realmente no lo había escuchado, hasta ahorita que tú lo mencionas, pero comunmente las dos veces que ha pasado eso, terminan en manos de personas adineradas, pero las explotan de otra manera ¿Porque tú estabas con ese perdedor?

—Como te dije yo pensé que el era mi comprador, ya que se hizo pasar por millonario y cuando le pedí ayuda a mi comprador, el llegó supuestamente en su nombre.

— ¿Quiere decir que tú no conoces a tu comprador?

—No, solamente me he comunicado por teléfono, si supiera quién es creo que no hubiera hecho nada con ese.

— ¿En la corporación que te dijeron?

—Me quitaron el localizador, quitaron camara y GPS del auto, reiniciaron mi celular desde 0 e indicaron que la casa me la darán en 2 meses.

— ¿Casa?

—Si, casa.

—Mi hija, tú tienes suerte, quien sabe a qué hombre has hechizado que lo tienes loco y te trata como una reina, solo faltaría que te mantenga.

—Pues yo tenía como $4,900 y al final retire un poco más de $15,000.

—Cuando sepas quién es, me lo presentas talvez me quiera como una segunda esposa

Ambas nos lanzamos a reir.

—Bueno le diré que si me quiere a mi, también tendrá que pagar por tí.

—Asi se hablá, bueno espero que no te pierdas mucho, aquí eres bienvenida.

—Siempre y cuando no me des una habitación con cámara, he descubierto la de ese cuarto.

—Esta bien, te reservaré siempre la 4, ¿porque no te quedas hoy aqui?

—Me gustaría, pero tengo que ir por mi auto, lo he dejado parqueado por venir rápido con él.

—Bueno ve por tu auto y luego regresas, tengo ganas de sentir tu lengua en mi y quiero presentarte un nuevo juguete.

Nos besamos apasionadamente y luego nos vestimos, salí del hotel y luego pedí un taxi, empecé a llamar a Javier, pero mis llamadas caían a buzón, en eso recibo una llamada de mi comprador.

—Niña traviesa, pudiste haber estado con cualquier hombre, pero preferiste con ese.

—Lo siento, no sabía, pensé que el eras tú.

— ¿Cómo sabías que estaba con él?

—No sabía que estabas con el, pero he revisado las cámaras de seguridad de mi casa y me he percatado de tu presencia.

— ¿Cómo? Esa era tu casa.

—Javier ¿que es?

—El ya es historia, no te volverá a ver.

— ¿Lo has matado?

—No soy inhumano para hacer eso, pero el ya no podrá acercarse a ti y también me he encargado del detective, encontró una anomalía en tus datos, pero ahora sí ya tienes una identidad más creíble, en la corporación no hicieron bien el trabajo y por eso casi te atrapan.

— ¿Que quieres que haga con tu madre?

—Solo quiero que ya no me moleste, estoy feliz sin ella.

—Bueno, la enviaré lejos de aquí en todo caso, la casa te pertenece, ella la puso a la venta y la he comprado para tí, el dinero de la otra casa que te darían en la corporación fue depositado a tu cuenta, espero que seas sabía.

—Pero quien eres tú, por qué haces todo esto conmigo, que he hecho yo para merecerlo.

—Te aseguro que mereces más que esto, pero necesito que tú te valores primero, yo siempre estaré cuidándote, ahora sal de ese apartamento y regresa a lo que siempre fue tuyo.

—Es muy doloroso volver a esa casa.

—Pero solo así comenzarás a sanar heridas, no dejes que eso te atormente por toda una vida

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Secretos - La historia de una acompañante