Al día siguiente me sorprendió Juan, desde que habíamos llegado el no se había aparecido, pero esa mañana llegó desde temprano.
—Hola Juan, ese milagro por estos rumbos.
— ¿Quien era el tipo que vino anoche a la casa?
—Imagino que tus gorilas te debieron de haber notificado, no es que solo estaban por seguridad.
—Solo dime quién era.
En eso Alicia venía bajando.
—Fue solo un aventura que tuve, ayer salí de fiesta y tenía ganas de acción, así que venimos a la casa y disfruté un rato con él, pero las cosas no salieron a como quería — dijo Alicia.
— ¿Contentó?
—No tanto aún, este no es motel para venir y traer ligues.
— ¿Desde cuándo tú das órdenes en mi casa?
—Recuerda al final que está casa yo la he comprado, puede estar a tu nombre, pero al final fui yo quien la compro.
Ese fue lo último que pudo hacerme.
—Bien, si tanto dices que está es tu casa, entonces creo que no habrá problema que tú esposa sepa de la existencia de esta casa.
El se quedó un poco congelado, pero luego reaccionó.
— ¿Cuál esposa? ¿Que cosas estás diciendo?
—No te hagas el tonto ahora, no me salgas que es falso que estás casada con una Claudia Alonso.
— ¿Cómo te has dado cuenta de eso?
—Bueno si no quieres que diga más, lo mejor es que te vayas de mi casa inmediatamente.
—Esto no se quedará así, me la pagarás.
—Escucha bien, tu eres quien me la vas a pagar y cuidadito se te ocurre cortarme la tarjeta, no vaya ser en mi locura me decida por buscarla.
El se quería regresar, pero al final se arrepintió, entro a su camioneta y se fue.
—No me arrepiento de nada de lo que he hecho, pero tengo que pensar cuál será mi objetivo final.
—Señorita Lucy, solo le pido que piense bien lo que hará, recuerde que lleva a una criatura en su vientre.
—No lo he olvidado Alicia, pero el me ha prometido los cielos y las estrellas, me ha pedido que sea la única madre de sus hijo, míralo ahora teniendo una aventura con Alison.
—Pensé que se llamaba igual que yo.
—Su nombre es Alison, tu eres la única Alicia para mi.
Llegó la señora de servicio y se quedó asustada.
—Buenos días señorita, es un milagro encontrarlas despierta.
—Alguien vino y nos despertó, nos ha arruinado la mañana.
—Es feo cuando alguien nos arruina el día tan temprano, solo por eso le haré su comida favorita.
—Tu si que sabes contentarme.
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