Secretos - La historia de una acompañante romance Capítulo 91

Tal como habíamos planeado Alicia una noche se fue de fiesta, ella iba vestida muy sensual, la idea es que ella se divierta un rato y como a las 11 ella estaría de regreso, mientras tanto yo estába en mi habitación y luego ví como un vehículo se estacionó afuera de la casa.

Empecé a calentar agua caliente, ya cuando la tenía lista, me puse una bata, agarré una taza y salí a la calle, ví como se hacían señas que yo me acercaba, les golpeó la puerta.

—Hola muchachos ¿Quieren un taza de café?

Ellos se quedaron viendo, hasta que el chófer se atrevió a contestar.

—Que esto no se de cuenta el jefe por favor.

—Tranquilos.

Empecé a hechar el agua caliente en la taza y luego la deje caer sobre él, grito fuertemente.

—Si no quieren que les heche toda esta agua, lo mejor es que se vayan.

Los ví como que solo se subieron al auto y subieron el vidrio. Fui a buscar una piedra y me puse frente a ellos, llame a Juan.

—Que fue lo que yo te dije de mandar a tus gorilas a vigilarme, sino quieres que en éstos momentos les quiebre el vidrio de su auto, lo mejor es que se vayan.

Corte la llamada sin que tuviera oportunidad de decir algo, a los segundos ellos recibieron una llamada ví todos los gestos, seguramente se estarán quejando de mi, pero no me importa, encendieron el auto y luego se fueron, el me llama inmediatamente.

— ¿Que es lo que te pasa a ti? Me dijeron que lo has quemado con agua.

—Que te pasa a ti, me estás tratando como una criminal, acaso te he hecho yo algo para que tengas tanta seguridad sobre mí.

—Estas llegando a tus límites.

Le corté la llamada, en eso se acercó un auto, yo busqué la casa, el vehículo se parqueo frente a la casa y luego apareció Alicia.

—Señora Lucy ¿Que está haciendo aquí?

—Estaba corriendo a un par de gorilas ¿Todo bien con el plan?

—Si,le dije que me esperara adentro, no sabía si había pasado algo.

—Bien, que deje el auto en la cochera, no quiero que lo vean parqueado afuera, yo iré adentro.

Alicia regreso al vehículo, yo entre y fui directo a mi cuarto, quería que él entrará en confianza con Alicia, ella lo llevo directamente a su cuarto, dejo la puerta entre abierta, parece que el estaba desesperado porque cuando abrí la puerta de mi cuarto, que quedaba de frente al de Alicia, pude ver qué ya se estaba desvistiendo

— ¿Segura que podremos hacerlo bien?

—Si, no te preocupes, ella no se molestará, además la juventud es para disfrutar.

El tipo le termino de quitar el calzón y se arrodilló, le empezo a dar oral, Alicia estaba disfrutando, cuando terminó se levantó y le puso su pene en la boca, yo me sentía orgullosa de ella, yo le enseñe a dar placer aún hombre y al momento podía ver qué lo disfrutaba, seguido solamente la dejo en cuatro y le empezo a dar por atrás, ella gritaba como loca, no sé si estaba exagerando o si de verdad lo disfrutaba.

—Bájale un poquito el volumen, nos puede escuchar.

—Que tiene que me escuché gemir, que sepa cómo estoy gozando.

—Solo no quiero que me corran tan pronto.

Era momento de actuar, Alicia ya me había dado la señal.

— ¿Porque te correría? ¿Solo por cogerla? No veo el problema, además se puede ver qué ella está disfrutando.

El se quedó paralizado al verme, intuitivamente se tapó su pene, yo me acerque a Alicia.

— ¿Lo disfrutabas?

—No se imagina cuánto.

El chico no sabía que hacer, yo me quite la bata, solo tenía el calzón puesto y mis pechos estaban bastante firmes aún.

—Dime ¿No te gustaría hacer un trío?

— ¿Es en serio? ¿Acaso Ustedes son parejas o algo?

Yo vine y bese a Alicia, ella correspondió mi besó.

—Si así fuera ¿Hay algún problema?

—No para nada, solo que aveces es muy difícil encontrar a un par de lesbianas que compartan hombre.

—No lo arruines y ven, necesito un pene dentro de mi.

El no la pensó tanto y la metió de golpe, yo estaba lo suficientemente mojado para que no se le dificultará, empezó a bombearme sin piedad algúna, Alicia me empezó a besar, pero se puso sobre mi, así que el en ocasiones se pasaba de un coño a otro.

— ¿Que le ha parecido? — me pregunta Alicia.

—Es bueno, pero necesito que me dé más, solo espero no me deje con ganas.

En eso el estaba adentro de Alicia cuando empezó a terminar adentro de ella.

—Eso estuvo buenísimo — dijo él.

— ¿Eso es todo? — pregunté.

—Pues si, que más quieres me han caído las dos, estuvo buenísimo.

—Una nada has tardado.

—Lo siento, pero ya no les puedo dar más.

Vine agarré su ropa y se la tiré.

—Ponte tu ropa y lárgate, si ya no puedes dar más entonces ya no nos sirve.

—Que, me corren solo así — exclamó él.

—Que más quieres te has cogido a dos mujeres y tú no puedes dar más,

El empezó a vestirse, nosotras nos pusimos las batas, bajó enojado, Alicia le abrió el garage y antes de irse grito.

—Ni que fueran el mejor culo, me he cogido a mejores chicas y nunca se han quejado.

Arranco el auto y se fue, entramos en la casa y yo fui directo al sillón.

—Lo siento señorita Lucy, no sabía que sucedería esto.

—Tranquila Alicia, nadie es adivinó en todo lo mejor es ir a descansar

—Estoy segura si que se ha quedado alborotada.

—Ese es un hecho, pero más no se puede hacer, lo que mi cuerpo pide es una buena cogida, otro día lo volveremos a intentar, creo que al final los que nos arruinó fue la visita de esos hombres, vamos a descansar, quédate conmigo nuevamente.

Subimos a la habitación y Alicia se quedó conmigo, me hacía bien sentirla en la noche.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Secretos - La historia de una acompañante