Secretos - La historia de una acompañante romance Capítulo 97

—Señorita Lucy, no me diga que piensa aguantarle más al Sr. Juan.

—Quiero que analices ésto, si me voy así por así, quedaré sin dinero porque lo primero que el hará es cortar la tarjeta, adicional más adelante podría negar a la niña.

— ¿Ya sabe que es niña?

—Si, hoy de confirmo en el ultrasonido cuando yo escuché eso solo pensé que mi niña puede pasarle lo mismo, no quiero eso, buscaré como salir de la ciudad, pero debo de tener paciencia, cuando termine el embarazo buscaré como hacerle la prueba de paternidad y con eso podré conseguir algo de dinero y alejarme, aprovecharé y voy a vender esta casa, eso me permitirá conseguir más efectivo, mi objetivo es no depender de él.

—Usted sabrá lo que hace.

Tuve que relajarme un poco, la bebé se estaba moviendo demasiado, imagino que debió haber sido todo el alboroto.

—Alicia ¿Puedes hacerme un te? Por favor, siento los nervios de punta.

—Claro, ya se lo hago.

Subí a mi habitación, quería descansar, pero sentía que en cualquier momento el se me podía meter a la casa, en eso llega Alicia con el té.

—Siento que ya no podré dormir tranquila aquí.

— ¿A dónde piensa ir? Si va a un hotel los gastos tendrá que asumirlo por su cuenta, lo único que le queda es Alquilar una casa.

—Tengo otra opción y creo que me ayudará bastante.

— ¿Cuál?

—Regresar a casa.

Alicia solo me quedo viendo.

—Pero señorita Lucy, usted misma se ha expresado mal de su madre ¿Cómo puede solamente regresar?

—Desde hace rato he querido hablar con ella, quiero saber si realmente está arrepentida de lo que hizo.

—No la dejaré ir sóla.

—Es que no pensaba ir sola, por supuesto que tú irás conmigo.

Llamamos a un taxi, llego en 30 minutos, le di la dirección, cuando estábamos de camino empecé a ver qué un vehículo nos perseguía.

—Nos están siguiendo — le dije a Alicia.

— ¿Pasa algo malo señorita? — pregunta el taxista.

—Ese vehículo negro de atrás nos ha seguido por un largo tiempo.

—No se preocupe, los perderemos, pero le advirtió que tendré que hacer algunas maniobras bruscas.

—Si logra perderlos le pagaré el doblé.

En eso el taxista acelera el vehículo, el vehículo igualmente acelera, el taxista empezó a meterse por una serie de callejones, pero luego le llamó a alguien le dió unas indicaciones.

—Muy bien prepárese porque ahorita iremos bastante rápido.

Yo no podía usar el cinturón de seguridad, podía lastimar al bebé, el siguió conduciendo por los callejones, en eso recibió una confirmación.

—Ha llegado nuestro momento, pasaremos este callejón, un camión les bloqueará el paso por unos segundos, al llegar a la calle principal cambiarán de taxi, ese taxista las llevará a su destino.

Yo empecé a buscar el dinero para pagarle, tenía bien merecido su pago, al pasar por un callejón, seguido un camión retrocedió, salimos a la principal, le pagué antes de bajarme y me señaló el taxista que nos llevaría, cuando arranco ví como la camioneta salía del callejón, vio al taxi y lo siguió persiguiendo, nosotros nos fuimos tranquilas, llegamos a mi vieja casa, no llegue a la puerta cuando veo que se abre.

— ¿Mónica eres tú?

—Si mamá soy yo.

Ella salió y me dió un abrazo.

—Entremos mamá, no es tan seguro estar aquí afuera.

—Por supuesto hija, pasen pasen.

Al llegar a la casa la vi amueblada, se veía muy distinta a como la vi varios meses atrás.

—Hija antes de cualquier cosa, hay algo que te quiero pedir, quiero que me perdones por no haberte defendido en aquella ocasión, pero tú madre estaba bien perdida, las drogas me tenían totalmente fuera de si, pero con la rehabilitación siento que soy una mujer distinta.

—Me alegra escuchar eso mamá, está es la mujer que yo esperaba que fueras después de la muerte de papá, te perdonó, no quiero tener ningún resentimiento hacia ti.

—Hija soy yo o ¿Estas embarazada?

—Si lo estoy, llevo 5 meses, me arrepiento de haber quedado embarazada de este hombre, pero no me arrepiento de mi bebé, mamá si he venido aquí es porque necesito un lugar donde vivir, el mismo tipo que te tenía presa, fue el que te envío a rehabilitación, sino fuera por mi aún seguirías ahí, pero el me quiere tener encerrada en una casa, no puedo hacer nada sin que él se de cuenta.

—Tienes mi apoyo hija, no te preocupes por eso, está es tu casa, pero ¿Cómo has sobrevivido todo estos años?

—No sé si conoces algo que se llama la corporación.

—Si, la conozco, yo estuve ahí un tiempo, pase por varios proxenetas hasta que tú padre me compró por unos Miles de dólares, por eso yo siempre fui muy entregada a él.

—Pues después de irme de casa, llegue dónde una señora, ella me tuvo unos meses y luego me vendió a la corporación, ahí subí rápidamente, fui una de las select, pero luego llegó este hombre y pago medio millón por mi, al inicio todo era color rosa, pero ahora es una tormenta todo esto.

—Hay hija, todo lo que has tenido que pasar por mi culpa, dese ahora me encargaré de protegerte, pero ¿Ella quien es?

—Ella es trabajadora mía, es mi confidente, la traje desde chile, irá donde yo voy.

—De acuerdo, te prepararé tu habitación y a ella la de huéspedes.

A pesar que sentía que mi madre había cambiado, sentía demasiada gentileza de su parte.

—No mamá, Alicia se quedara conmigo en mi cuarto, bien alcanzamos las dos en mi cama.

Solo me quedo viendo, pero no se atrevió a reprocharme.

—Esta bien, lo que digas iré a preparar la habitación, imagino que estarás cansada.

—Si lo estoy, Alicia ve a ayudarle por favor.

Mama ya estaba subiendo, en eso detengo a Alicia.

—No quiero que hables de ella de nuestros planes, siento que algo no anda bien.

—No se preocupe, no pensaba hacerlo.

Alicia subió y mi madre la estaba esperando, ambas entraron a la habitación.

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