Evana esperaba afuera de la comisaria cuando vio llegar a Swift y a Jonathan
—¡Evana! ¿Qué es lo que pasó? —exclamó Jonathan al verla ahí,
La mujer les mostró la grabación que había tomado con su teléfono móvil.
Ellos se quedaron petrificados al escuchar como Álvaro Ford se incriminaba así mismo, sonrieron.
Llamaron a los abogados, y ellos estaban satisfechos, lo usarían como prueba de su confesión del crimen, además de que las pruebas de polígrafo estaban listas, donde se dictaminaba que las firmas de Marcus Ford para tener a esos proveedores eran falsas, por lo tanto, estaban trabajando a escondidas de el presidente de la empresa Ford y de sus socios principales, él único que tenía nexos con ellos era Álvaro Ford.
Evana pudo entrar a ver a Marcus. Él estaba ahí, se sentía desamparado, le habían indicado lo que pasó, nunca se sintió tan triste como ahora, además, de que tenía el miedo de que su padre ya no estaba en ese mundo para ayudarlo, ahora dependía de abogados, amigos, de su cuñado. Además, Evana estaba embarazada de su hijo, y si algo malo le sucedía, no sabía que haría, tan lejos de ella.
Alzó la mirada, y al verla, sus ojos se iluminaron, se levantó, y se puso contra los barrotes.
—¡Mi amor! —exclamó al verla
—Pronto saldrás, lo juro, pronto serás un hombre libre, amor, todo se arregló, confía en mí —dijo ella con voz tierna, tratando de darle apoyo y fe.
Él tocó su mano, no tenía la certeza de si Evana decía la verdad, pero verla ahí, animándolo, era lo que necesitaba para no darse por vencido.
—Te amo, Evana, no lo olvides, cuida a nuestro hijo, pase lo pase, mi corazón, mi mente, siempre está contigo.
Ella besó su mano, su mano tocó su rostro, quería que se sintiera fuerte, que no perdiera su esperanza.
—No te angusties, amor, serás libre, nunca dejaría que el hombre que amo estuviera en este lugar, siendo inocente.
El guardia entró y dijo que la visita acabó, Evana asintió, miró a su esposo con dolor por dejarlo ahí, pero se fue.
Marcus tragó saliva, las lágrimas querían asomarse a sus ojos, luchó por calmarse, por dominar su mente, y hacerse fuerte.
Evana salió y Jonathan le dijo que pronto iban a liberar a Marcus, que él esperaría ahí.
—Lo que hiciste fue valiente, Evana, Álvaro se quedará impactado cuando lo sepa, pronto irán a detenerlo.
Ella sonrió.
—Quiero ver cuando lo detengan, pagaría mucho por verlo arrestado, él es un delincuente, ojalá que al fin obtenga su merecido.
—Ve a descansar a casa, estoy casi seguro de que en un par de horas Marcus saldrá libre. Pero, piensa en tu bebé ve y descansa.
Evana condujo su auto rumbo a casa.
Álvaro miró a su madre, titubeó al ver que no se levantaba
—Madre… ¿Madre? —exclamó
Se acercó y giró su cuerpo que estaba tirado boca abajo, cuando la miró, se asustó terrible.
—¡Madre! —gritó al ver la sangre correr por su sien, ella se había golpeado duro la cabeza, había muerto al instante, sus ojos estaban abiertos.
Álvaro chilló, la abrazó a su cuerpo, habái matado a su propia madre.
—Gracias a tu, querido sobrino, tú revelaste toda la verdad a mí, ¿no esperabas que te grabara? ¿verdad?
Álvaro lanzó un grito, intentó ir contra Evana, pero Marcus lo detuvo, lo empujó al suelo, reteniéndolo, junto con sus guardias, el hombre gritaba, maldecía, chillaba, pero solo una certeza tenía, estaba perdido.
Los policías llegaron, se acercaron al hombre y lo apresaron, poniendo las esposas en las manos.
—Álvaro Ford, queda detenido por el delito de lavado de dinero, y asesinato de la señora Stella Ford —dijo el policía.
Marcus y Evana se quedaron perplejos.
—¡Yo no maté a mi madre! ¡Yo no maté a mi madre! —gritó
—Se encontró a la mujer con un golpe en el rostro, y un golpe en la cabeza, según sus vecinos, escucharon sus gritos de pelea.
Álvaro gritó.
—¡Tío, ayúdame! Soy tu sobrino, piensa en papá, él no querría ver eso —suplicó con la voz rota por el llanto
Marcus bajó la mirada, no quiso verlo, ni sentir lástima por alguien que era malvado y que le había hecho tanto daño.
—Ismael solo querría una cosa, justicia —dijo y Álvaro fue llevado.
—¡Lo pagarán! Nunca serán felices, lo juro, ¡Evana, lo pagarás con tu hijo! Lo pagarás caro —gritó con rabia y odio
Marcus abrazó a Evana, y vieron al hombre ser llevado a su cruel destino.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Soy la esposa del tío de mi ex
Buenas tardes: espero esten bien, cuando suben mas capitulos......