Soy la esposa del tío de mi ex romance Capítulo 47

Marcus salió al jardín, lucía desesperado, frustrado, su madre se acercó y tocó su hombro

—¿Hijo? ¿Qué pasa?

—Nada —dijo bebiendo una copa de vino

—¿Problemas con Evana?

Marcus no pudo decir nada.

—¿Por qué no van de luna de miel?

Marcus la miró con rareza

—¿Qué dices?

—Mira tú querida hermana me dejó estos pasajes a Noruega, yo que tan mala dicen que soy, compré boletos pagué todo para una luna de miel a Noruega para ella y su marido, mira como me pagó, no quisieron ir, que porque es un viaje largo, y ella podía enfermarse.

—Bueno, comprende que Sabrina tuvo una amenaza de aborto peligrosa, pero… yo puedo aceptártelos, aunque la empresa.

Fátima sonrió y tomó su mano

—Hijo, si algo aprendimos tu padre y yo, es que, en la vida, la prioridad es la familia, si supieras todas las veces que tu padre y yo estuvimos a punto de sucumbir, por favor, no lo hagas tú, no ahora que por primera vez te veo enamorado.

Él sonrió.

—Está bien, iré de luna de miel, la empresa puede esperar por una semana no se detendrá el mundo.

Fátima sonrió

—Tal vez, así, me traigas pronto un heredero.

Fátima fue a la biblioteca, y volvió de inmediato, dándole los boletos.

—Están fechados para salir mañana a las ocho de la mañana, les toca madrugar.

Marcus los tomó, asintió.

—Iré con mi esposa.

Marcus entró en la habitación, Evana limpió sus lágrimas para no ser vistas.

—Marcus… por favor…

ÉL siseó.

—No quiero discutir, Evana, ¿Quieres venir a un viaje conmigo?

—¿Un viaje laboral?

—Algo así.

Ella asintió.

—Si quiero.

—También puedes quedarte.

—¡No! Quiero ir contigo, ¿Irá Pilar?

—Solo tú y yo.

Ella sonrió, asintió.

—Bueno el vuelo sale a las ocho, debemos estar listos a las seis, ¿Puedes llevar ropa de frío?

Ella se emocionó.

—¿A dónde iremos?

—Oslo Noruega, pero, recorreremos muchos lugares de ahí.

Ella sonrió, estaba emocionada.

Él fue al cuarto de baño.

«Me perdonará, sí, en el viaje haré que vuelva a confiar en mí», pensó.

Andrés se acercó y acunó su rostro.

—Por favor, Fátima, déjame ser justo, no desampararé a Álvaro, pero, lo justo es que Marcus y Sabrina reciban la mayor parte de mi dinero, no olvides que ellos son mis hijos de sangre, además, Álvaro me tiene tan decepcionado.

Stella retrocedió, sintió una rabia y un temor, salió rápido.

Encontró a Álvaro en el jardín, bebiendo.

—¡Deja tu m*****a bebida! Marcus y Evana se irán de viaje de luna de miel a Noruega.

—¡¿Qué?! —exclamó Álvaro frustrado

—Se irán, pero no volverán, tu tío no debe volver jamás, solo en un ataúd.

—¡¿Qué dices, madre?!

—Escuché a tu abuelo, planea dejar la mayor parte de su herencia a Marcus y Sabrina.

—¡¿Qué?! ¡Eso jamás! —exclamó Álvaro con rabia —. Todo ese dinero me pertenece, no les dejaré nada ni al imbécil de mi tío, ni a la bastarda de Sabrina.

—Escuché algo, Álvaro.

Él frunció el ceño, confuso, curioso

—¡¿Qué?! —vio a su madre titubear—. ¡Dime lo que sea!

—Tu abuela dijo… ¡Qué tu padre no era hijo de Andrés!

—¡¿Qué dices?! —exclamó Álvaro incrédulo de esas palabras

—¿Sabes lo que significa? —preguntó su madre

Álvaro bajó la mirada, no quería saberlo, claro que sabía que significa eso.

—Hijo, tú no eres un Ford. —exclamó Stella, mientras Álvaro abrió ojso enormes al escucharla

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