Soy la esposa del tío de mi ex romance Capítulo 59

Evana lanzó la prueba al cesto de basura, limpió sus lágrimas, respiró profundo.

«Pronto sé que tendré un bebé, pronto será el día, no debo entristecerme», pensó.

Empresa Ford.

La mayoría de los empleados estaban muy felices de ver a Marcus Ford de vuelta, excepto por los tres socios aliados de Álvaro, pero a Marcus poco le importaba.

Estaba por entrar al despacho, cuando sintió el abrazo de Pilar, fue inútil resistirse porque la mujer se abrazó a él como si fuera un salvavidas, aferrándose con fuerzas.

Fue una situación incómoda, todos pudieron verlo.

Él se alejó un poco.

—Controla tu frenesí, Pilar, estoy bien, gracias por alegrarte.

—¡Es que estaba tan triste! Sentí que me volvería loca.

Él la miró con incredulidad, el señor Swift lo miró, luego Marcus solo sonrió y entró en la oficina, seguido por Swift.

—¿Ves ahora a lo que me refería sobre Pilar?

—Sí, señor Ford, ahora puedo verlo, no la despedí antes, porque sucedieron tantas cosas.

—Lo sé, me encargaré yo mismo, le cederé un puesto en la filial que tenemos en la Malvarrosa, ella es de ahí, así que le convendría.

Swift asintió.

Él salió de ahí, pero antes de irse, le pidió a Pilar que entrara en la oficina.

Ella sonrió, emocionada de ver a Marcus.

—¿Me llamó, señor?

—Sí, toma asiento, Pilar, debemos hablar.

Ella obedeció, se sentó frente a él.

—Pilar, lo que pasó en la boda de mi hermana, no estuvo bien.

Pilar lo había olvidado, hundió la mirada sintiéndose avergonzada.

—Señor, yo…

—Sé que estabas ebria, pero sé que hay algo de verdad en eso, lo he querido pasar por alto, pero no puedo hacerlo más, creo que es perjudicial para los dos, seguir laborando juntos.

Ella abrió ojos enormes ante sus palabras.

—¡¿Está despidiéndome?! —exclamó con ojos llenos de lágrimas

—No, estoy reubicándote en la oficina que tenemos en la Malvarrosa, quizas un cambio de aire, te sirva. Por supuesto que te daré dinero…

—¡No quiero dinero, ni reubicarme, solo quiero estar cerca de ti! —exclamó con desespero, él no lo esperaba

—Lo siento, Pilar, quiero todo lo contrario, te quiero lejos de mí.

Ella sollozó, y él hundió la mirada, no le gustaba ver a una mujer llorar, tomó un pañuelo y se lo tendió.

—Yo puedo hacerlo feliz más que ella, ¡Ella fue la mujer de su sobrino! No te das cuenta de que…

—¡No te atrevas a hablar mal de mi mujer! Pilar, hasta aquí podemos quedarnos en los buenos recuerdos, por favor, no pases la línea.

Ella asintió en silencio, se levantó, salió de ahí.

La vieron irse tan desesperada, llorando que los empleados pensaron que fue despedida, o que algo malo había ocurrido, luego recibieron un memorándum, Pilar ya no laboraba más en la empresa.

Pilar vagó por las calles, estaba tan triste, como enojada, se detuvo e hizo una llamada.

—¿Puede ayudarme? —exclamó

El hombre le dio una dirección para que fuera a hablar con él, ella no quería, pero al final cedió.

Cuando Pilar llegó a ese lugar, no la recibió Álvaro, si no Stella y Nicol.

—Pasa, Pilar, así que mi querido cuñado te corrió, ¡Es un desgraciado!

ÉL pudo ver en su rostro una actitud melancólica.

—¿Qué pasa, cariño?

—Me hice una prueba de embarazo, no estoy embarazada aún.

Marcus alzó las cejas, acunó su rostro.

—Oye, ya habrá tiempo, cariño, en cuánto menos lo pienses, estaremos esperando a nuestro bebé.

Ella sonrió, él besó sus labios con ardor y pasión, el teléfono de Evana resonó, ella detuvo el beso, respondió

—Hola.

—Hola, querida tía.

—¡¿Qué quieres, Álvaro?

Los ojos de Marcus se abrieron enormes, estaba furioso de que la llamara.

Lo pusieron en altavoz.

—¡¿Qué demonios quieres, Álvaro?!

—Tío, querido, lo siento, llamo para avisar que han manchado tu reputación, tío, eso de acosar mujeres en este siglo, no es nada cool.

Álvaro se echó a reír y colgó la llamada.

—¡¿De que demonios habla este imbécil?! —exclamó Marcus enfurecido.

Evana tomó el teléfono y abrió la red social, lo que vio la dejó helada, reprodujo un video de Pilar.

«La mujer estaba sentada en una silla, frente a la cámara, con lágrimas en el ojo, el maquillaje corrido y una voz temblorosa.

—Fui acosada por el presidente de la empresa Ford, Marcus Ford, él me exigió que tuviéramos relaciones sexuales y que fuera su amante, a espaldas de su esposa Evana, de lo contrario me despediría, me negué, hoy ese hombre me despidió, me siento tan triste, abusada, necesito ayuda, porque él es tan poderoso que lo negará y me querrá lastimar»

Marcus se quedó congelado, ¿Quién era esa mujer? No la misma que conoció en estos años laborando por él, ella era una traidora descubierta, una histérica perversa.

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