Soy más rica que mi exmarido multimillonario romance Capítulo 21

Por aquel entonces, los padres de Alina habían contratado a una niñera para que cuidara de su hija porque estaban muy ocupados en el trabajo y no tenían mucho tiempo para hacerle compañía.

La niñera se llamaba Zoe Morris, era una persona muy agradable y cocinaba muy bien. Una vez la madre de Alina, Leyla Cook, se enteró por casualidad de que las dos hijas de Zoe estudiaban en el mismo colegio que Alina y que Zoe y su marido trabajaban duro en la ciudad por sus dos hijas.

La madre de Alina simpatizaba con Zoe, que trabajaba de madrugada hasta noche cada día y ni siquiera tenía tiempo para cocinar para sus propias hijas, así que pidió a su marido que llevara a las dos hijas de Zoe a casa cuando iba a recoger a Alina cada día.

Emma era una de las hijas de Zoe.

De esa manera, Hope, la otra hija de Zoe, Emma y Alina, se divirtieron, hicieron los deberes y cenaron juntas durante muchos años.

Hope Bell era introvertida, pero muy trabajadora en los estudios. Emma, por su parte, era tan activa y divertida como Alina, por lo que las dos se llevaban muy bien.

Los padres de Alina dedicaban mucho tiempo y recursos a la educación de su hija, por lo tanto, Alina siempre se había destacado desde niña y a menudo participaba en actividades culturales. Y como Emma y Alina estaban tan unidas, Emma siempre le hacía compañía a Alina cada vez que esta acudía a alguna actividad o concurso.

Sin embargo, ¡cuanto más unidas estaban ellas entonces, más irónica era la realidad de hoy ahora!

Después de tantas cosas a lo largo de estos años, Alina se dio cuenta de que lo ingenua e incluso estúpida que ella había sido por aquel entonces. Esa Emma sinvergüenza, aprovechándose de su intimidad con Alina, ¡¿cuántos trabajos de esta había plagiado desde pequeña?!

—¿No tienes nada que decirme? —preguntó Caleb en tono interrogante al ver que Alina se levantaba de la cama.

Alina fue directa al guardarropa como si no lo hubiera oído.

Caleb entró siguiendo a ella.

—Necesito cambiarme. ¡Fuera!

—¡Alina!

Al ver que este no se movió, Alina, ignorándolo, empezó a quitarse el pijama.

En el momento de que Alina dejó caer el pijama, se vio una cicatriz en la parte inferior de su vientre, que capturó al instante la atención de Caleb.

Antes de que Alina pudiera reaccionar, Caleb se abalanzó sobre ella, la sujetó por los hombros y la inmovilizó contra el armario.

Alina arqueó las cejas y gritó con rabia:

—¡¿Estás enfermo?!

Sin hacerle caso, Caleb, con sus dedos cálidos, rozó la cicatriz que ella tenía en el vientre.

Alina se quedó atónita y chilló:

—¡Loco, no me toques!

—¿A qué se debe esta cicatriz? —interrogó Caleb, con su cálido aliento rociando la oreja de Alina.

Alina luchó violentamente por soltarse del agarre del hombre, pero este la apretó con más fuerza y gritó en voz alta:

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