Soy más rica que mi exmarido multimillonario romance Capítulo 74

Después de una pelea encarnizada, ninguno de los dos había salido bien, y ambos se habían quedado con moratones por toda la cara y el cuerpo.

Tras desahogar su ira, Andre se calmó paulatinamente y pudo pensar tranquilamente.

«Como Caleb me lanzó tales tonterías, significa que todavía no sabe mi relación verdadera con Alina.»

Pero en lugar de explicar, Andre provocó a Caleb a propósito:

—¿Sabes lo que dijo Alina en mis brazos anoche?

Al oír sus palabras, la ira de Caleb, que acababa de calmarse, ardió nuevamente, con los ojos enrojecidos.

Palabra por palabra, Caleb se mofó:

—¿Parece que te sientes honrado de estar con ella bajo una relación tan indecente?

Ante sus palabras burlonas, Andre realmente quería darle una patada a Caleb de nuevo.

«¡No me extraña que Alina quiera dejarlo a él! ¡Este tipo es demasiado grosero! Bueno, ¡entonces le echaré una mano a Alina para que pueda zafarse de este cabrón cuanto antes!»

—En mis abrazos, ¡Alina dijo que eras un puro bestia por haber intentado matarla para salvar a Emma hace tres años y que no merecías estar con ella!

En ese momento, la puerta del despacho se abrió por una rendija y varios empleados se apretaron cautelosamente contra la puerta con la intención de oír lo que ocurría dentro. Cuando escucharon a los dos hombres peleándose, se quedaron bastante sorprendidos.

¡Su jefe, que había estado muy serio en el trabajo, estaba discutiendo con el otro hombre, como un niño infantil de tres años!

***

En el avión, Alina sintió de repente un escalofrío que le recorría la espalda.

La azafata se acercó y preguntó cordialmente:

—Señorita Hughes, ¿quiere algo de café?

—Por favor, gracias.

Alina viajaba en el lujoso avión privado de la familia Lawson y se podía decir que este avión podría llevarla a cualquier parte del mundo si ella quisiera. La azafata trabajaba exclusivamente para los viajes de la familia Lawson, y Alina ya se había encontrado con ella varias veces, por lo que ahora la azafata conocía bien sus preferencias.

Muy pronto, la azafata le sirvió a Alina una taza de café caliente.

Después de beber unos cuantos sorbos, Alina sintió un poco menos de frío. Estando en una altura de 10000 metros, ella no sabía que la pelea en el despacho de Andre estaba en su punto álgido. Y al final, dominando por la ira, Andre y Caleb terminaron su conflicto con otra pelea feroz.

Nada más llegar a Ingford, Alina encendió su teléfono móvil. Su coche estaba estacionado en el aparcamiento del aeropuerto, así que pensaba volver a casa conduciendo ella misma.

Sin embargo, en cuanto encendió el teléfono, recibió varios mensajes sobre infracciones de tráfico:

«El automóvil de usted ha violado el semáforo en rojo siete veces seguidas el 17 de diciembre, desde la Avenida K hasta la X, y la velocidad ha excedido severamente. Como resultado, usted tiene que pagar una multa de 1,000 euros y su carnet de conducir está ahora suspendida. Si tiene alguna pregunta, ¡por favor consulte a la Oficina de Tráfico!»

Cuando vio este mensaje, Alina se enfadó al instante, porque, según la fecha, Alina supo que fue Caleb quien había conducido su coche aquel día.

Al pensar que ella misma tenía que cargar con la culpa de la infracción del hombre, Alina dio un pisotón de rabia y maldijo:

—¡Caleb, eres un cabrón total!

Al final, Alina no tuvo más remedio que tomar un taxi de vuelta a la Mansión Mulherd.

Ya estaba cansada después de tantos días de viaje y ahora solo quería dormir.

Lucy le preparó arroz con leche y dijo:

—Alina, come algo antes de irte a la cama.

—Gracias, Lucy. Ay, es arroz con leche. Recuerdo que le gustaba mucho a mi mamá.

—Sí.

Lucy se puso una cara penosa cuando oyó a Alina hablar de su madre, y un fuerte sentimiento de tristeza le surgió.

Realmente fue una lástima que la madre de Alina hubiera muerto en un accidente a una edad tan joven.

Después de terminar de comer, Alina se metió en la cama cómodamente descansando, sin tener ni la idea de lo que había ocurrido a Shirling.

Alina se quedó perpleja:

—¿Qué?

Aunque despierta, no entendía de qué hablaba este tipo.

Caleb puso una cara fea, se levantó de repente y se acercó a ella.

Alina se dejó sentar en el sofá y se encogió inconscientemente hacia atrás. Al momento siguiente ella sintió que el mundo se le daba revés y, antes de que pudiera reaccionar, el hombre la inmovilizó contra el sofá.

—¿Es así como te tocó ese tipo? ¿O como así...? —los actos de Caleb se volvían cada vez más excesivos.

Alina se quedó ansiosa y levantó la mano con la intención de abofetear a Caleb en la cara.

Sin embargo, este la agarró de la muñeca y le dijo en voz grave:

—¿Así es como golpeaste a Andre?

Alina gritó con rabia:

—¡Suéltame!

—¿Soy un cabrón y no merezco estar contigo?

Las palabras de Caleb confundían cada vez más a Alina. Ella no tenía ni idea de lo que este hombre estaba hablando.

Alina regañó:

—¡Estás loco!

—¿Se lo dijiste todo estando en sus brazos? —continuó Caleb.

Al pensar en las palabras que Andre le había dicho y en las imágenes de Alina en abrazos de este, Caleb se enfureció tanto que quería estrangular directamente a la mujer.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Soy más rica que mi exmarido multimillonario