Soy más rica que mi exmarido multimillonario romance Capítulo 76

«Je. ¿Qué es lo que quiero?»

—Quiero todo de ti —dijo Alina con firmeza.

Lanzadas las palabras, toda la sala se quedó en un silencio sepulcral.

Tras un buen rato, Caleb soltó una risotada y dijo:

—Eres bastante codiciosa.

—Caleb, aunque no me importa nada lo que tienes, este es el precio que tienes que pagar.

Todos los traidores debían pagar las maldades que había hecho. Al principio, Alina ya no había querido ajustar cuentas con Caleb y Emma, pero la actitud de Caleb de hoy la cabreó tanto que esta vez ella se lo iba a hacer pagar y le iba a dar una dura lección. —¿Eres capaz de hacerlo? —Caleb se mofó.

Alina replicó:

—Caleb, ¡no me casé contigo por dinero! Pero hoy has sido tú quien me ha obligado a tomar una medida así.

La sonrisa burlona del hombre se hizo más notable en los labios y en sus ojos profundos brilló un atisbo de disgusto.

Todos estos años, en la mente de Caleb, Alina había sido diferente de esas mujeres esnobs, teniendo un alma pura y noble y que no aspiraba al dinero, pero ahora él pensaba que no era diferente de esas mujeres codiciosas.

Hoy la intención de la visita de Caleb fue para preguntarle a Alina por la noche anterior que Andre había pasado con ella en Shepford Aparments, pero él no esperó que la situación llegara a este punto.

Cada palabra que Alina había dicho era hiriente y malsonante, sin ninguna ternura y suavidad de tres años atrás.

Caleb se dio la vuelta para marcharse, pero Alina le impidió:

—¡Espera!

Caleb se detuvo en seco. Y Alina se le acercó y metió una mano en el bolsillo del traje de este.

—¡¿Qué estás haciendo?!

Antes de que Caleb pudiera reaccionar, Alina le sacó la licencia de conducir del bolsillo y la agitó a su frente con la mano.

—El otro día te saltaste semáforos en rojo conduciendo mi coche a toda velocidad. Por tu culpa, me suspendieron el carné de conducir. Naturalmente, tienes que pagar por ello.

Tras decir esto, Alina se marchó con la licencia de Caleb.

«¡Esa maldita mujer! ¡¿Desde cuándo se ha vuelto tan vengativa?!»

Caleb también se fue, molesto.

***

Esa misma noche, Andre se apresuró a acudir a la empresa para una reunión de urgencia tras recibir una llamada de la oficina.

—¡¿Caleb está loco o qué?! —Andre maldijo por lo bajo.

Sin duda alguna, la reunión urgente tenía algo que ver con Caleb.

Andre había querido ir a Ingford a hacerle compañía a Alina después de terminar su trabajo, pero Caleb se comportaba como un lunático, echándole toda la culpa a él y provocando problemas a su empresa cada vez que tenía conflictos con Alina.

***

A la mañana siguiente, Alina, con la licencia de conducir de Caleb, acudió a la Oficina de Tráfico para tramitar la infracción.

Caleb, que se encontraba en una sala de reuniones, recibió varios mensajes a primera hora de la mañana:

«Notificación: Usted tiene que pagar una multa de 500 euros por haber violado repetidamente semáforos en rojo. Para más información, por favor consulte a la Oficina de Tráfico.»

Tras lanzar tales palabras, sin esperar a que Caleb hablara, Alina se limitó a colgar el teléfono.

Después, Alina se dirigió feliz al bufete en el coche que Andre le había dejado.

Hoy por la mañana, Alina había llamado a Andre diciéndole que quería seguir el proceso legal para divorciarse de Caleb, por lo que Andre le había recomendado una abogada prestigiosa. Se decía que esta abogada era tan profesional que no tuvo ningún fracaso en la litigación de divorcio.

En el camino hacia el bufete, le sonó el móvil a Alina.

—¿Hola? —contestó Alina.

—¿Está hecho? —la voz un poco cansada de Andre llegó desde el otro lado de teléfono. Obviamente, fue porque había trasnochado por la reunión.

Alina respondió:

—Sí, ya está hecho. Ahora estoy conduciendo al bufete de abogado.

—Genial.

Andre parecía que Alina era cada vez más organizada y más decidida en arreglar su relación con Caleb y se alegraba mucho por ella.

Antes, cuando Alina le había dicho que quería renunciar a todos los bienes matrimoniales para deshacerse de Caleb, Andre expresó su apoyo de inmediato, porque él no quería que ella se involucrara más con Caleb.

Pero ahora, después de haber sido intimidada por Emma y Caleb varias veces, Alina cambió de opinión y decidió defender sus derechos y hacer pagar a Caleb y a Emma. Y Andre la apoyó sin preguntar nada como la última vez. Andre era una persona así, comprensiva y sensata, que siempre podía pensar en el lugar de Alina y estaba dispuesta a apoyarla y ayudarla.

Después de tantas lecciones duras de la vida, Alina entendía que no podía ser cobarde cuando necesitaba ser fuerte y dura, y que a veces, cuanto más cobarde era, más le acosaban.

Tras un buen rato de charla casual, Alina colgó y se dirigió al bufete que Andre le había recomendado.

En la llamada, Andre no le había dicho a ella que Caleb estaba tomando medidas contra VIG de nuevo, causando muchos líos a la empresa, porque no quería que Alina se preocupara demasiado. Él solo quería que ella pudiera terminar lo antes posible los asuntos en Ingford y volviera a Shirling sana y salva.

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