Tu no me mandas romance Capítulo 40

Jane

Suspire con alivio cuando salgo a carretera manejando con música a tope y con Raisa que al lado mío comiendo dulces mientras de vez en cuando pone uno en mi boca, por lo mientras ahorita es lo único que necesito, sonrió, estos viajes por carretera tiene años que no lo hacíamos, desde que entramos a la universidad.

-¿Quieres algo?- dice a lo que niego.

- No gracias- digo dejando de ver el camino por un momento para verla, ella sin hacerme caso me da una gomita, me sonríe.

-Sabes necesitaba esto, tiene años que no lo hacíamos, manejar sin rumbo alguno por horas- saca la mano por la ventana.

-Yo igual- le cambia a la música.

-No me vas a contar como te va con mi hermanito- ella sonríe y suelta una risita a lo que ruedo los ojos, quién sabe qué habrán hecho esos pecaminosos.

-Pues bien, tenemos algo así como una relación y siento que da para mucho más, ahora si tengo a ese hombre y tengo la certeza que es solo mío- es una bruja pienso mientras me río pegándole al volante.

-Yo pensaba que Damián iba a terminar soltero, solo como perro callejero y cascarrabias muriendo por exceso que trabajo o estrés y tu y yo nos íbamos a casar para yo tener una vida de pecados a las espaldas del mundo mientras tu adoptaste un bebe y muchos gatos mientras viajamos por el mundo. Lastima mi plan no funciono, lo tuviste que arruinar tu y el senil con defunción eréctil de Damián- me rio a carcajadas limpias mientras que ella se contagia riendo junto a mi, eso es lo que me gusta de Raisa con ella me puedo olvidar siquiera por un segundo de mis problemas y de todo lo malo que he hecho a lo largo de mi vida y lo malo que seguire haciendo .

-De defunción no tiene nada- dice entre risa y yo paro de reír haciendo una mueca, lo arruino.

- Que asco, guárdate esa información para ti- ella se ríe.

- Si te dijera cuanto le- voy a tener arcadas que asco, antes de que diga algo que sí sea traumarte la corto pisando el freno haciendo que el carro se detenga mandándonos al frente lo bueno es que tenemos los cinturones de seguridad, ella me voltea a ver horrorizada.

-Estas loca, ya recordé porque no volvimos a hacer viajes así, ni yo a subirme  a un auto conducido por ti, eres la peor persona conduciendo, casi nos matas pudo venir un auto atrás y tener un coche o fallar el cinturón de seguridad- se pone histérica y parte de lo que dice es verdad cuando éramos más jóvenes puede que hayamos tenido uno o dos accidentes de auto porque yo manejaba pero nadie salió lastimado por cierto, sin contar de otros de los que nos salvamos y siempre le digo lo mismo.

-Todavía no es nuestra hora Raisa además no se si recuerdas que una vez nos estuvieron persiguiendo unos secuestradores y no nos atraparon gracias ¿a quien?- ella se calma y yo sigo conduciendo como si nada, no soy mala conduciendo, hasta podría decir que soy una profesional solo que a veces me enojo y acelero o paro de repente el auto y puede que no respete todas las normas, lo bueno es que ahora no hay nadie en la carretera como las únicas.

-Tu- y así es, uno de los tantos intentos de secuestro o asesinato contra mi fue ese, un día mientras conducía por las calles cuando alguien nos estuvo persiguiendo pero gracias a mis habilidades los perdimos y no paso nada esa vez al menos, así es esta vida como tengo poder también tengo enemigos solo por mi apellido, pero lo que ellos no saben es que a mi me encanta desde pequeña el peligro y me divierte que intenten algo en contra de mi, es como un juego, un juego que me divierte jugar y ganar nunca he perdido, pero lo que no me gusta es que Raisa se vea metida esto, por eso cuando alguien intenta algo en mi contra como fue esa vez me preocupo por su vida mas que nada, yo no tengo piedad por nadie pero solo cuando ella no esta, cuando ella esta solo procuro sacarla del peligro.

-Pero mejor yo conduzco- dice a lo que la miro haciendo una mueca, Raisa casi nunca conduce porque va muy lento o se lo toma muy enserio.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Tu no me mandas