Sophie caminaba agarrada de su padre, quién se sentía muy orgulloso al llevar a su amada princesa al altar con el hombre que amaba, sería muy feliz en especial cuando formará su propia familia.
—Serás muy feliz cariño — le dijo en un susurro mientras caminaban hacia el altar.
Sophie lo deseaba, ser la mujer más feliz sobre la faz de la tierra, en especial porque se casaba con él hombre que amaba. En el camino hasta dónde se encontraba su futuro esposo, no pudo evitar mirarlo, se encontraba tan guapo, su cabello brillaba con el sol, su mirada parecía feliz, y deseaba que en verdad estuviera feliz, pero podría ser una farsa, como era este matrimonio.
Alex la miraba embobado, para que negarlo, ella se veía increíblemente hermosa, con un vestido sencillo pero hermoso, un maquillaje suave, pero que resaltaba sus hermosos ojos, su cabello estaba suelto y en ondas, llevaba pequeñas flores en el cabello, era la novia más hermosa que había visto en su vida.
—Alexis te entrego lo más valioso que tengo, por favor cuídala y hazla muy feliz. — Alex la agarró con gran posesión temiendo que ella huyera con el imbécil de Yael.
—Así será Oliver, prometo hacerla muy feliz y voy a cuidarla con mi vida — por un momento Alexis dejó ese rencor de lado, por un momento quiso pensar que se casaban por amor, y le sonrió con tanto amor que Sophie se sintió morir de la felicidad, ella conocía esa sonrisa, él más de una vez el pasado se la había dado.
La ceremonia empezó y Alexis no pudo evitar dejar de mirarla.
—Te ves increíblemente hermosa. — le dijo en un susurro, ella no pudo evitar sorprenderse — Por favor Sophie, por hoy olvidemos toda la mierda que nos envuelve — Sophie sintió como sus ojos se llenaron de lágrimas y asintió.
—Me alegra escuchar eso, — le dijo sonriendo — también te ves muy guapo. — Ellos se encerraron en una burbuja donde no había nadie más que ellos, por primera vez en mucho tiempo, se sintieron muy felices, porque a pesar de que ninguno sabía los sentimientos del otro, ellos se amaban, cuando llegó la hora de los votos, ambos temblaban, sentía miles de emociones.
Todos se acercaron a saludar a los recién casados, Yael se acercó a Alexis y su mirada era arrogante.
—Disfruta de tu momento Black, porque ella tarde o temprano volverá a mí — Alexis lo miró con odio y se giró a ver a Sophie, quién era abrazada por la madre de él, y no se había dado cuenta de la presencia de Yael.
—Sigue soñando eso Yael, porque sólo eso puedes hacer, Sophie ya es mi esposa y lo será para toda la vida.
—Eso lo veremos, en especial cuando te obstines de ser un cornudo. — Alexis deseo matarlo, juraba que si seguía hablando le arrancaría la lengua, pero cuando sintió el toque de su esposa, se tranquilizó, la tenía a ella y nadie se la iba a quitar, así tuviera que encerrarla toda la vida
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