—¿Por qué has entrado sin tocar? — Alexis estaba furioso y nervioso, él no se imaginaba que Sophie iba aparecer en su habitación, y menos, vestida tan malditamente sexy.
—Yo… yo… ¿Por qué has hecho eso Alexis? — Sophie no pudo evitar que su voz se escuchara dolida, y que de sus ojos salieran lágrimas, la tal Emily, sonreía con malicia desde su posición. Alexis vio dolor en los ojos de su esposa y se sintió miserable.
—Emily, quieres hacer el favor de esperar en el baño — la chica lo miró sorprendida, pero obedientemente hizo caso, y con un andar muy sexy se encaminó al baño, pero antes de entrar se giró a Alexis que no atención le había puesto.
—No tardes amor — Alex la miró enojado y con el ceño fruncido, sabía por dónde iba ella, pero por el momento no le dijo nada, en cuanto entró y cerró la puerta del baño, se giró hacía Sophie quién se limpiaba las lágrimas que salían de sus hermosos ojos, la había lastimado, y eso en lugar de hacerlo sentir bien, era lo contrario, se sentía miserable.
—No quiero que vuelvas a entrar aquí, y si por alguna razón tienes que venir, quiero que toques la puerta, ¿te ha quedado claro? — Sophie no podía dejar de verlo con asombro.
—No has contestado lo que te pregunté. — Alexis no quitaba la mirada de los ojos cafés.
—Lo hago porque me da la gana, Sophie, no voy a pasar mi luna de miel durmiendo. — ella se acercó dolida pero firme.
—Pudiste haber pasado conmigo Alexis, soy tu mujer, ¿Es que acaso vas hacerme infiel? ¿No vas a cumplir tus votos? ¿Me has mentido? — Alexis la miró sin bajar la guardia.
—Igual que tú, así que estamos igual, Russo.
—Ahí te equivocas Black, porque yo dije lo que sentía, lo que dije lo pienso cumplir, el problema eres tú, que te has cegado ante los celos, no me has dejado hablar, no me has dejado explicar nada, pero yo no quise besar a Yael, él me besó a la fuerza, y tú siempre piensas mal de mi, pero no, esto que has hecho hoy a sido muy cruel no lo merecía — Sophie trató de cubrirse, se sentío desnuda, y ridícula, se miró de pies a cabeza y rió amargamente. — soy tan estúpida, mírame he hecho el ridículo, pero no se preocupe señor Black no va a volver a pasar. — Sophie dio unos pasos hacia atrás, y Alexis dio unos pasos hacia delante.
—¿Podemos seguir? — Emily salió del baño, completamente desnuda, pero a Alexis no le movió ni un pelo.
—Quiero que te vistas y te largue de mi casa para que no vuelvas nunca. — ella abrió los ojos como platos sorprendida.
—¡Pero si no hemos hecho nada, apenas veníamos empezando! — dijo frustrada.
—Y no va a pasar nada, ahora vete o te mando a sacar así como estás —Emily recogió sus casos, se vistió en menos de 5 minutos y se fue de ahí, sintiéndose humillada.
Alexis se fue a la habitación de Sophie, ya que algo lo impulsó a ir, pero en cuanto llegó a la puerta se quedó inmóvil, no tenía nada que decir, y si abría la boca le seguiría lastimando, y escucharla llorar con tanto dolor, como lo hacía en ese momento lo hizo sentir tan miserable, regresó a su habitación, y cómo había hecho la última vez que que ella lo había rechazado, lloró, le dolía el corazón, hacer sufrir a Sophie, lo hacía sufrir a él, no sabía hasta cuando iba a soportar, sufrir por amor, era horrible, y el maldito dolor en el pecho cada día se hacía más grande, y nada podía hacer que desapareciera.
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