UN ACUERDO romance Capítulo 29

Había pasado un mes desde que Sophie había llegado a su nueva casa, todo había sido un caos, la noticia del embarazo y de su separación, les había caído como un balde de agua fría tanto a la familia Black como a la Russo, pero Alexis se encargó de dejar muy en claro que nadie tenía derecho a meterse, y que no quería que molestaran a Sophie y la que la estresaran

Sophie los primeros días lloró, porque a pesar de que no dormía con Alex lo extrañaba, esa casa era enorme, tenía dos mujeres de limpieza, pero no era lo mismo, además Teresa la visitaba, ella amaba a su aún esposo, y en este mes, se había dado cuenta que no podría vivir sin él.

Alexis había cambiado bastante, no la hostigaba, estaba cumpliendo con su palabra, la llamaba 3 veces al día para saber cómo estaba y si necesitaba algo o tenía un antojo, pero ella siempre le contestaba que estaban bien y que no tenía antojo de nada, no lo había visto desde que fue la primera cita, y eso había sido dos días después de que había salido del hospital y de eso hacía casi un mes, un mes sin ver esos hermosos ojos, pero no dejaba de sorprenderla con detalles, le enviaba un ramo de rosas todos los días, junto con algo dulce, la nota, nunca decía nada especial, por eso tenía miedo, miedo de que hubiera otra, miedo que dejara de quererla, miedo a perderlo, pero no iba dar su brazo a torcer, aún no.

Terminó de alistarse y se miró en el espejo, aún su vientre se notaba plano, ya que apenas tenía dos meses y medio, e iba para su segunda cita, por lo que Alexis no tardaba en llegar, por eso se esmeró más en su apariencia física.

Llevaba unos zapatos con un pequeño tacón, unos jeans talle alto y una blusa algo holgada, su cabello lo dejo suelto, se maquilló suavemente para luego usar perfume, el timbre sonó y ella supo que su esposo había llegado, por lo que respiró profundo antes de bajar.

Alexis miraba la casa con melancolía, él deseaba vivir ahí con Anastasia, la casa era realmente hermosa, pero lo era aún más porque su familia vivía ahí.

Ir al psicólogo le había sentado muy bien, todo era una etapa, pero al menos iba progresando bastante, tenía asuntos pendientes con el pasado antes de cerrarlo y ver para el futuro y eso era Keyla y Yael, él no se quedaría con los brazos cruzados, pagarían todo lo que habían hecho, se esforzaba por hacer lo correcto y lo que Sophie le había dicho, esperaba que pudiera controlar más los celos, trataba de no molestarla, sólo esperaba que al final ella le diera una oportunidad.

—Estoy lista — se giró hacia la voz de Sophie y la miró de pies a cabeza, ella era simplemente hermosa.

—Estás muy linda, toma — le dio un arreglo de flores blancas y rosada.

—Gracias — dijo suavemente, aunque estaba feliz de verlo, ella no bajaba la guardia.

—¿Nos vamos? No quiero llegar tarde, además no podré traerte de vuelta, tengo algo importante que hacer, Daniel te traerá de vuelta, ¿te parece?

—Por supuesto — dijo Sophie con voz fría, Alexis suspiró, ya no sabía cómo poder acercarse a ella.

De camino al hospital ninguno decía nada, pero Sophie quería saber como le iba con el psicólogo, ya que cuando la llamaba, eran unos pocos minutos.

—Lo siento, no debí frenar de ese modo — volvió a conducir — la verdad me sorprendí, ya que Ethan no me había comentado nada.

—Él no tiene porque decirte nada mío — su voz era muy fría y eso lo molestó.

—Sophie — suspiró antes de seguir hablando — sé que debo meterme en tu vida, pero no deberías trabajar, al menos que nazca el bebé.

—Necesito trabajar, necesito dinero — vio que Alexis iba hablar y ella lo detuvo levantando una mano — no voy a depender de tu dinero Black, tengo mis ahorros, puedo vivir dos tres años sin complicaciones, pero no quiero eso, quiero una vida independiente, tener mis cosas no depender de mi padre ni de ti. Para ser sincera Alex, tu deber es nada más preocuparte por tu hijo, y mientras él esté bien, no tienes porque meterte en lo que yo hago. — Alexis se puso muy molesto, pero no podía explotar, porque si lo hacía, todo el mes de proceso, se iría a la mierda.

—No tienes que recordármelo cada dos segundos Sophie, sé que no debo meterme en tu vida, solo quiero que mi hijo nazca sano y nada malo le pase, pero ahora que veamos a la doctora, le vas a preguntar y si ella dice que no hay riesgo, puedes hacer lo que quieras. — aunque se lo dijo tranquilo, su voz sonó dura, el camino de la reconciliación sería largo y muy difícil, pero sabía que no se daría por vencido.

—De acuerdo y si me da un visto bueno, entró el lunes — Sophie solo asintió, al parecer ya tenían todo planeado, y él ni por enterado, definitivamente ya no era nada en la vida de Sophie y eso le dolió.

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