UN ACUERDO romance Capítulo 9

La semana había pasado, demasiado rápido para su gusto, mañana sería el día de su boda y se sentía aterrada, no sabía qué esperar de él, desde el día que Alexis había hablado con sus padres no lo había vuelto a ver, la había llamado unas cuantas veces para saber cómo iban los preparativos de la boda, en su voz no había emoción de nada, siempre le hablaba cortante, frío, y de verdad le estaba doliendo.

Sophie se levantó de su cama, y se dirigió hacia la gran ventana que tenía su habitación, ella no podía dejar de pensar en cómo sería su vida si desde la primera vez que Alexis se le declaró hubiera dicho SI.

Se limpió las lágrimas que salían de sus ojos, últimamente lloraba mucho, y ni siquiera se había casado, tenía tanto miedo de cometer un error, de no poder conquistar de nuevo su corazón. Alex había sido tan lindo con ella, que recordarlo le dolía, en especial, recordar como ella lo rechazó, había sido una tonta en creer que algún día podía olvidarlo, en que Keyla en verdad lo quería. Suspiró frustrada cuando recordó a su hermana, Keyla no le dirigía la palabra, siempre la observaba con odio, y cuando hablaba lo hacía para herirla, deseaba salir de ahí y no volver nunca más, de hecho eso era lo único bueno que tenía casarse con Alex saldría de esa casa y no tendría que soportar las humillaciones de su hermana.

Su celular sonó sacándola de sus pensamientos, cuando vio que era Yael se sintió frustrada, toda la semana le había estado llamando y enviando msjs, pero ella no quería hablar con él, ya se habían dicho lo que tenían que decirse. Le había dolido que dos personas que a las que quería la hubieran traicionado de esa manera.

Su celular siguió sonando, Sophie dejó el teléfono en su mesita de noche, y decidió ir a comer algo, sus padres no estaban, así que cenaría sola, en cuánto llegó se sorprendió al ver a Keyla tomando un trago en la isla de cocina. Sophie trató de ignorarla, pero aún así podía sentir la mirada de su hermana sobre ella.

—Sop, ¿podemos hablar? — Sophie se giró al oír el tono tan dulce en el que le habló su hermana. Por lo que asintió en silencio y se acercó a su hermana. — Quiero pedirte perdón, no me he comportado como he debido hacerlo, sino como una perra egoísta.

—Keyla… — ella levantó una mano y la detuvo.

—Deja que yo termine de hablar, cuando éramos niñas y adolescentes yo sabía el interés que Alexis tenía en ti, sabía que ustedes estaban enamorados, pero en ese momento también tenía sentimientos por él, yo pensé que sí me haría caso podría ser feliz, pero no fue así, de hecho, con el paso del tiempo, lo olvidé, quería enamorarme de alguien que me amara a mi y solamente a mi, luego conocí a Yael, y me enamoré de él, yo lo conocí primero, fue mi amigo primero, hasta que te presenté con el día que nos encontramos el centro comercial, ahí él no dejó de buscar un momento para estar cerca tuyo, Alexis era su mejor amigo en la universidad, y luego dejaron de serlo, al parecer fue por ti, Sophie, yo realmente amo a Yael, no me importa que te cases con Alexis, pero si quiero conquistar de Yael, quiero que me ame a mi, y solamente a mi. — miles de lágrimas caían por sus mejillas y Sophie no puedo evitar sentir lástima por su hermana, por lo que se acercó y la abrazó, quería consolarla.

—Si me hubieras dicho, yo me hubiera alejado, yo acepté a Yael solo para tratar de olvidar a Alexis, a Yael lo aprecio mucho, pero nunca me ha importado como hombre, pero pensé que tú seguías enamorada de Alexis. —Keyla la miró sorprendida

—¿Nunca has amado a Yael? — Sophie negó con la cabeza — ¿Y aún así pensabas casarte con él? — su hermana asintió —Pero eso no es digno de ti Sophie.

—¿No? Porque pensé que yo siempre ponía la felicidad por encima de la mía, por eso renuncié a Alexis, por ti, para que tuvieras tu final feliz, para que luego ya no lo quieras.

—Sí, nosotras aquí, iré por una botella de whisky. — Sophie iba protestar, pero no quería que la buena onda de su hermana se fuera, por lo que solo tomaría uno o dos tragos y luego se iría acostar, mañana sería un día largo. Keyla llegó con una sonrisa, la botella y dos vasos, a los cuales les echó unos cubos de hielo.

—Ahora vamos a brindar por tu nueva vida Sophie. — la mirada de Keyla tuvo un brillo especial que Sophie no pudo identificar, pero agarró su trago de whisky y se lo bebió de un solo trago.

—¿No te importa haber dejado a Yael? — la pregunta de Keyla le sorprendió — ¿No te importó su dolor? realmente está enamorado de ti.

—Keyla… — Sophie sintió dormida su lengua, y empezó a ver todo borroso —No me… siento bien… — justo cuando iba desplomarse y caer, unos brazos fuertes la sostuvieron.

—Buenas noches hermanita — fue lo último que escuchó antes de caer en una profunda oscuridad.

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