UN BEBÉ PARA NAVIDAD romance Capítulo 4

El rostro de Trembley enrojeció visiblemente y la dureza de sus ojos se mantuvo.

—¿Esperando a Andrea? —gruñó—. ¿Te estás haciendo el gracioso o acabas de llegar y no sabes que las relaciones interpersonales están prohibidas en esta empresa?

—Pues soy de lento aprendizaje pero tiendo a la imitación —replicó Zack con sorna—. Quizás me confundí cuando vi que usted se le está trepando como una iguana con falta de sol.

El viejo apretó los dientes y soltó a Andrea con brusquedad antes de caminar hasta él.

—No te atravieses en mi camino, niño, solo eres un recién aparecido y puedo...

—¿Qué? ¿Despedirme? —lo interrumpió Zack con voz gélida—. Bueno... puede intentarlo, pero verá que mi trabajo aquí no depende de usted. Pertenezco al equipo del sueño de esta compañía y solo él puede despedirme. Estoy seguro de que no vería con buenos ojos que el gerente de turno intentara despedirme sin causa justificada.

Trembley apretó los puños y lo miró con una expresión malvada y desafiante.

—Pues quizás tu trabajo esté seguro —escupió—, pero el de ella deja mucho que desear. Quizás porque anda zorreando con los nuevos en lugar de ponerse a trabajar.

Zack dio un paso hacia él y lo miró desde su altura.

—Para empezar, le recomiendo amablemente que cuide la forma en que se dirige a su personal, esa no es forma de tratar a nadie, y para terminar, le recomiendo que me haga caso mientras todavía soy amable —gruñó Zack con evidente molestia—. Tiene razón, soy el nuevo, y como tengo mucho que aprender, a partir de hoy voy a trabajar pegado a las faldas de su asistente para asegurarme de que nada se me escape. ¡Ah! ¡Y asegúrese de poner en su nómina estas horas extras!

Trembley lo miró con una mezcla de asco y odio y salió del cuarto de copias con paso rápido. Había estado meses trabajando en Andrea, buscando la forma de minimizarla y someterla sin escándalo, y ahora venía el imbécil del nuevo a defenderla. ¡Tenía que buscar una forma de deshacerse de él!

Andrea respiró profundo, no supo si aliviada o aterrada. Sabía que Zack había intentado protegerla, pero tenía aquella sensación de que solo había logrado provocar al monstruo que había en Peter Trembley.

—Muy bien. Ahora, a trabajar —sentenció Zack como si nada hubiera pasado y los dos se pusieron a trabajar rápidamente para terminar la impresión de aquellos reportes.

Zack no solo ayudaba con las copias, sino que aprovechaba la oportunidad para sumergirse en los libros y examinar cada transacción. Pero no podía ser meticuloso y minucioso, asegurándose de que todas las finanzas estuvieran en orden, a menos que lo hiciera con tranquilidad.

Media hora después por fin habían logrado imprimirlo todo trabajando juntos, y Zack descubrió que las finanzas eran tan malas como habían temido.

—No lo entiendo —murmuró Zack—. Creía que Unike Sport venía con mejores números. La verdad es que no representan malos deportistas... aunque no a los mejores.

Andrea asintió mostrándole una carpeta especial.

—Bueno... hay varios factores ahí —le comentó—. Los deportistas son buenos, pero el jefe se concentra en lo que pueden lograr y no en lo que pueden vender.

Zack arrugó el ceño y vio los contratos que Andrea le mostraba.

—Les consigue competiciones y eventos a los deportistas. Eso no es malo —murmuró Zack.

—Lo sé. Pero esto es Canadá —replicó Andrea—. Los juegos de invierno son una vez al año, mientras tanto solo pueden entrenar y ¿de qué viven? ¿Cómo ahorran?

—Sé cómo funcionan los Juegos de Invierno —replicó Zack, que había sido campeón de unos cuantos.

—Entonces sabes que no se gana mucho en ellos —replicó Andrea—. Muchos de nuestros deportistas son jóvenes, tienen fans, miles de seguidores en redes sociales, ¡podrían vender hielo si quisieran! Pero Trembley se niega a conseguirles contratos con las agencias de publicidad.

Zack se quedó pensando en aquello, Nexa Sport Representation tenía un convenio con el grupo KHC, la mayor empresa de publicidad en Estados Unidos y le conseguía contratos espectaculares para sus deportistas. Zack era muy consciente de que con ser ganador en un deporte no era suficiente para tener dinero.

—Se necesita mucho más para convertir a un gran deportista en una figura relevante —recordó.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: UN BEBÉ PARA NAVIDAD