Un chico especial (COMPLETO) (BL) romance Capítulo 42

Obviamente no me escuchó, al principio todo fue suave y silencioso, los besos humedecían cada centímetro de nuestros cuerpos, yo me sentía muy excitado, sobre todo cuando me hablaba al oído para mantener un perfil bajo, no quería llamar la atención de las otras habitaciones, pero cuando llegó la mejor parte en donde debía entrar en mí, olvidó todo lo que antes le había dicho, ya que, comenzó a embestirme con fuerza, creí que me correría en la primera embestida, había extrañado la forma en la cual su pene rozaba en mi interior, no obstante, me estaba haciendo gemir demasiado, por otro lado, la cama chocaba con la pared y aquello parecía divertirle a Thomas.

Yo estaba boca abajo en la cama, para callar mis gemidos envueltos en jadeos me obligué a morder la almohada, mientras que Thomas me embestía cada vez más profundo logrando que quisiera más y más, pero no puedo dejarme llevar, seguramente nuestros vecinos nos están escuchando y me da mucha vergüenza la idea.

–mmh... bebé...– decía buscando mis labios– extrañaba tocar este delicioso punto...–continuaba diciendo mientras saboreaba mis labios– se vuelve cada vez más apretado cuando te embisto con más profundidad...– me besó de forma dulce– ¿podrías ponerte en cuatro?

–No... e-eres muy malo, nos pueden escuchar si...– me embistió– ¡ah...!

–Entonces gírate– me pidió saliendo de mi interior por lo que obedecí con cierto miedo, Thomas abrió mis piernas de par en par antes de meterse entremedio buscando penetrarme con fuerza, aquello me hacía gemir en un tono muy elevado, por ello cubrí mi boca sintiendo sus fuertes y profundas embestidas que me hacían desear estar en casa, de todas formas, allí no había restricciones. (En Nueva York)

–mmmh... ¡nnnghh! –gemía a medida que cubría mi boca– T-Thomas... más l-lento...– le pedí excitado.

–Pero mi amor, te gusta que te lo haga fuerte...– suspiré deseoso tras ser verdad– te encanta que golpee con profundidad tu mojadito... –lo interrumpí tras abrazarlo con mis piernas cerrando mis ojos con fuerza tratando de controlar mi acelerada respiración para no sonar tan fuerte– ¿no te gusta que te toque aquí...? –preguntó embistiendo aquel punto de mi cuerpo que lograba erizar mi piel, sus ojos me observaban con deseo y de forma obvia me dejé llevar olvidándome del resto, aquel punto era mi perdición, me encantaba que me embistiera en aquel lugar, por lo cual pronto comencé a pedir más y más.

Thomas se divertía con mi cambio de pensamiento, él disfrutaba de cada embestida que podía darme, además aprovechaba cada descuido para hacerme gritar de placer, estaba muy excitado, la habitación ardía en llamas, allí dentro solamente había sonidos de placer, aún más cuando me puso en cuatro y con fuerza me embestía, era delicioso, yo sólo decía cosas obscenas que lo incentivaban a hacerme más cosas, así que perdimos el control hasta que nos corrimos.

–¡Ngh! –moví mis caderas hacia atrás recibiendo de golpe su corrida– m...mi amor...–decía con dificultad– quiero más...– lo busqué con mis caderas moviendo mi trasero auto embistiéndome–.

–¿Dónde quedó eso de guardar silencio? –apretó mis nalgas– agh... joder...lo mueves tan rico...– suspiraba– móntame... –me giré rápidamente, amo montarlo, por ello cuando se sentó en la cama apoyando su espalda en el respaldar de la cama, yo rápidamente comencé a moverme haciéndolo sentir increíblemente bien, sobre todo porque crecía dentro de mí y aquello me aseguraba que le encantaba, además nos besábamos con tonos muy excitantes, se sentía increíble– te amo...– me dijo abrazándome con fuerza buscando que no sacara su pene de mi interior, ya que, ambos estábamos por corrernos otra vez.

–Y-Yo t-también... ¡ah...! Te... ¡oh cielos! –lo apreté con fuerza– dentro bebé... lléname de ti...–Thomas apretó mis nalgas con ambas manos antes de correrse con una fuerte embestida que nos hizo gemir a ambos– te amo... te amo...– fui diciendo muchas veces a medida que deslizaba su corrida dentro de mí y él por otro lado llevó su mano derecha a mi entrepierna sacando hasta la última gota, aunque casi todo terminó en su abdomen...

Y así es como al ducharnos caímos completamente exhaustos a la cama y nos dormimos muy apegados llenos de felicidad por estar otra vez cerca del otro, me encantaba estar con él otra vez, me sentía tan lleno, lo que siento es indescriptible, pero digamos que me sentía completo con él abrazándome por la espalda.

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