Un contrato de amor romance Capítulo 3

Me suelta la mano repentinamente, ¿Qué se supone que esta haciendo?

- Vamos Helka, no tengo todo tu tiempo, abre esos malditos ojos - dice algo enojado.

Finjo no escucharlo, y, ahora estos malditos ojos quieren llorar. Me trató mal. Estaba enojada y desconsolada o solo sentía una mezcla de emociones.

- Abres o te los abro yo, decide tú, deja de ser inmadura - me amenaza.

- A mí no me obligas a hacer nada - le dije sin abrir los ojos, sentí que me estaba mirando enfurecido. El pensará que soy muy, pero muy dramática.

- Esta bien, como tu quieras,.... - saca su celular y marca a algún contacto que tiene agregado, espera unos segundos hasta que contesten su llamada - Hola, si señorita Lorens, - le hablaron unos segundos - necesito que le quite la vivienda a los señores.

- ¡Espera! - le grité, no lo dejé hablar, sabía que era a mi familia, abrí los ojos de inmediato, él no me puede manipular de esa manera pero le permití hacerlo, tuvo ventaja nada más.

- Entonces deja de hacer eso, deja de actuar como una niña pequeña, madura - me dice, y se larga, tan solo quería verme abrir los ojos, y se largaba, hubiera hecho eso desde el principio.

No lo conozco pero no lo soporto.

Me había sentado en la camilla, sentía el suero y era molesto, me lo quería quitar, además ¿De qué me sirve esto? Me lo fui sacando poco a poco, sentí un poco de dolor, pero era eso o tener que aguantar más en éste hospital.

Me dirigí a la ventana, tenía una vista maravillosa ya que era exclusiva, tendría que mudarme aquí a pesar del olor que me causa preocupación, el resto es agradable.

- Señorita - dice perpleja - ¿Usted que hace ahí parada? Usted debería estar recostada, descansando y con el suero puesto, son vitaminas y las necesita, por favor, vuelva - se lleva las manos a la boca, por favor como si hubiera hecho lo peor del mundo, solo es una enfermera exagerando. 

- Lo siento, es que me estaba cansando de estar sentada y no necesito ese suero, me siento perfectamente, necesito ver a mis padres e irme de aquí - dije frescamente, volví mi mirada hacia el exterior.

- Debo llamar a su novio - dice preocupada intentando salir de aquí.

- Señorita la dejo en sus manos, póngale el suero nuevamente, gracias... me retiro, adiós cariño - dice saliendo del cuarto... Que asco, me limpio la frente precipitadamente.

- Tiene un novio atento - me dice sin saber lo que en realidad pasa - que suerte e incluso es atractivo.

Me quede callada, intentar razonar con la enfermera, solo se fija en su bello rostro.

Después de que me haya puesto el suero nuevamente, me recuesta en la cama a meditar todo de mi vida, todo esta estupidez que quisiera que fuera un mal sueño. Aún no creo que esto pase, solo quiero despertar y reír de la situación.

Me dormí, no quería pensar en esto.

Mi vida era perfecta hasta que el llegó, hasta esta desgracia

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