Un contrato de amor romance Capítulo 33

Y, como me temía, no pude dormir, escuché su respiración en mi cabeza.

- Helka, sabes que también te amo y aunque no lo creas,... No sabía si podría volver a amar - dijo serio - tuve un pasado terrible entre el alcohol y mujeres,... - suspiró.

Hice una mueca.

- No me lo cuentes si no estas listo - dije acariciando su pecho con mis dedos.

- No,... Creo que es hora que sepas porque te trataba así desde un principio cuando te conocí - me obligué a mirarlo, me alcé hasta su altura en la cama, no dejó de abrazarme.

- Te escucho - bese su mejilla en forma de apoyo.

- Yo,... Siempre he tenido rivalidad entre un primo,... Él fue como mi mejor amigo, tenía una novia,... Un día los presente - se detuvo, tragó saliva, sabía que se le hacía difícil hablar, rocé mis dedos en su mejilla.

- Si no puedes, no es el momento - negó.

- Tuvieron un romance a mis espaldas,... Y cuando me enteré,... - apretó sus dientes, cerró sus ojos - estaba embarazada de Jerry - abrió sus ojos, una lagrima rodó por su mejilla.

Me sentí con el corazón roto.

- Ya, eso pasó, ahora somos solo los dos - junté nuestras frentes.

- Ella lo abortó - se sentó en la cama, me coloqué a su lado - Y un día que me la volví a encontrar,... Ella me confesó que era mi hijo,... Al que ella había decidido abortar.

Abrí mi boca y mis ojos tanto como pude, tuve que moderarme, no era un casi sencillo.

- Ella ¿Lo hizo? - pregunte con un poco de rencor.

- Si - bajo la mirada - ella aborto a mi hijo - varias lágrimas rodaron por las mejillas de Drake, esto fue algo que jamás pensé que vería.

Pensé que Drake era un hombre fuerte, que no lloraría por nada, y es que no lo conocía bien para poder juzgar o pensar algo de él, y solo fue entonces que extrañamente, quería tener algo sumamente serio con el, algo más que un contrato, algo más que solo secretos, algo más que solo sexo o besos, una relación de tres, Dios, el y yo.

- Te amo Drake, eso nunca lo olvides, y sabes que estaré contigo más que nunca.

- Mis padres no lo saben - siguió.

- Todos tenemos secretos que a veces nadie necesita saber para nuestra lástima, Drake, y tu y yo lo sabemos más que nadie en el mundo.

Me abrazó y a mi también me apetecía hacerlo, sentí su cuerpo musculoso entre mis delgados y frágiles brazos.

- Creo que tienes razón - besó mi cuello.

- Y creo que nos merecemos al menos un día de descanso..

- ¿Podemos ir a mi casa? - preguntó.

Asentí - Contigo hasta la puerta del infierno.

Sonreímos, salimos de la habitación con las manos entrelazadas, cargó mi maleta, nos despedimos de la recepcionista ofreciendo una sonrisa amable.

- Entonces...

- ¿Entonces?... - pregunte.

- ¿Ya elegiste el vestido de novia? - preguntó y mi estómago se revolvió.

Y una felicidad que jamás creí que volvería a sentir apareció, sonreí de oreja a oreja, negué.

- No,... Quisiera escogerlo con mi mamá o la tuya, pero creo que estas circunstancias es imposible... Ahora se que tengo que hablar con ella... Porque, así como hay secretos que no es necesario que otros no sepan, también hay secretos que si se deben saber - asintió.

Nos pusimos uno frente al otro, en frente del hotel de carretera.

- Bien, entonces querrás ver lo que tengo para ti - se arrodilló, sabía lo que iba a hacer, las pocas personas que pasaban demoraban en caminar, observando lo que hacíamos, la felicidad también fue contagiada, tanto ellos como nosotros sonreíamos - Señorita Helka Adensson,...¿Me haría el honor de ser mi esposa, a quién le juraré lealtad y mi más puro amor? - abrió una caja roja, la que jamás creí que vería en frente mio en la realidad, era pequeña, de terciopelo, y cuando la abrió, había un anillo, y todo era hermoso, el momento, las circunstancias, y todo a nuestro alrededor. Era lo más hermoso.

- Drake, claro que sí, ya lo estamos, pero siempre te quise decir que si acepto ser tu esposa para la eternidad - el estando agachado y yo parada, lo besé, sus manos se posaron en mis caderas, mientras que las mías en sus mejillas.

- Está hermoso - dije observando el anillo en mi mano, varias lágrimas salieron, me las seque enseguida.

Escuche el aplauso de las personas a mi alrededor.

Por alguna tonta razón, varios hombres vestidos de negro comenzaron a grabar, se juntaron con camarógrafos, entrevistadores, los flashes aparecieron.

- Creo que me encontraron - dijo tapándome.

- Vayámonos - dejé que me cubriera, si estos eran de una revista famosa, no quería ser conocida.

Salimos del lugar, con mis maletas, decidimos parar en mi casa, en la de mis padres. Ellos no estaban.

Entré hasta mi habitación... Y el recuerdo del día que me dijeron que tendría que casarme apareció, cuando Drake entro a por mi.

- Tengo que ir por ropa.

- Lleva lo necesario - dijo mientras observaba la casa.

- Me llevaré todas mis cosas a tu casa - dije inocente.

- ¿Enserio? - giró hacia mi emocionado.

- Espero no sea muy pronto - me tomo de las caderas.

- ¿BROMEAS?... Esto es lo mejor noticia - me alzó y me dió un giro en el aire.

- Ya - dije y me bajó de inmediato.

Me sentía emocionada y contenta, de todo por irme a vivir con Drake.

Pero la tristeza me invadía cada vez que miraba un lugar de la casa, tanto recuerdos aquí, y ahora los tengo que abandonar para hacer nuevos con Drake.

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