Un contrato de amor romance Capítulo 57

Estábamos a unas cuantas calles de llegar a la empresa, Phil era un conductor muy abusador: Se pasaba los rojos, rebasa a carros donde no se podía y solo iba conversando sobre su vida, el era un chico sociable y alegre.

- Entonces... Que me cuentas tu, ¿Cómo te va con mi hermano?.

- Eh,... El está algo disgustado - dije nerviosa, no sé como reaccionara sobre la verdad, el y yo fuimos obligados a casarnos, pero nos enamoramos, y a pesar de eso, a veces dudo sobre nuestro futuro, no se si él esté de verdad enamorado de mi como yo lo estoy con él, llegué al punto de confesarle mi peor tragedia.

- ¿Cómo? No te creo, el está muy embobado contigo, imposible que esté enojado, el solo pasaba en el país de las maravillas hablando de ti, el... Cambió mucho después de conocerte, cambió para bien, le hiciste bien.

- ¿Cambió? - pregunté, ¿De qué manera? Me dio curiosidad, mucha curiosidad.

- Si,... El era frío, cortante, distante, por razones personales, pero cuando lo note ya más alegre, sabía que algo estaba pasando, y te descubrí... Vi fotos tuyas en su oficina, ya te estaba conociendo... Pensé: mi hermano es un completo cerdo... Pues pensé mal, pero al momento en que mis padres me lo dijeron, que Drake se iba a casar uní las cuerdas sueltas y entonces reaccioné, mi hermano se había enamorado - lo dice muy sonriente, en verdad le causa felicidad que yo haya provocado eso en Drake. Lo cambié para bien.

Me quedé en silencio con una sonrisa boba, el debió pasar por mucho para que haya sido así de frío, entonces ¡Pum! Llegué yo y lo cambié,... Más bien, él llegó a mi, y es cierto que ambos nos mostramos honestos siempre, al estar el uno con el otro no usamos filtros ni otras identidades, somos completamente nosotros mismo.

Me di cuenta que también estaba enamorada, pues mi estómago se sentía como si las malditas (nótese el sarcasmo) mariposas revoloteaban de felicidad y complicidad.

Ya no quería que nada nos distanciara, solo me gustaba más por esos actos que no sabía.

Phil siguió hablando de su vida y sus viajes en yates con su grupo de la facultad.

- La chica se moría por mí,... Pero no le di chance, Es Laura que me enloquece - dijo con tono de todo un enamorado.

- Creo que Laura tiene suerte de tenerte en tu vida - agrande su notable ego - pero siempre debes saber darle su lugar y tratala como es, una dama.

- Si,... Creo que así como cambiaste a Drake, ella me está cambiando,... Para bien, claro.

Ya habíamos llegado al aparcamiento de la empresa, me estaba preparando mentalmente para decirle las cuatro verdades a esa bruja, cuerpo de plástico.

- Bien,... Veré otra vez a mi hermano - sonó adorable que no pude evitar sonreír.

Caminamos hasta llegar a la entrada de la empresa.

Esta vez el cielo estaba claro, el gran sol nos acariciaba con su calentura en nuestra delicada piel.

- ¿Te puedo hacer una pregunta? - tenía dudas.

- Ya me hiciste una - reímos por su broma - si, dale.

- Por algún motivo estas mujeres tiene lindo cuerpo, y ropa atrevida,... ¿Debería saber algo al respecto - el negó.

- Creo que hace nunca he venido a esta empresa - ¿Jamás?.

- ¿Por qué? - pregunte extrañada.

- Pues mi papá solo quiere que me concentre con mis estudios, poder darle ese orgullo de ser hijo de un gran hombre que aporta cosas buenas a esta ciudad.

- Ah - fue un corto "Ahh".

Entramos a la empresa y mis ojos buscaron directo a la mujer falsa.

Desconcertada no deje de mirar con atención a cada persona, cada vez veía a las mujeres con menos ropas y más piel. No encontraba a la víbora rubia tetona.

- Maldita sea - dije recordando el mal rato que me hizo pasar hace rato.

- ¿Ocurre algo?, ¿Te molesta que estén así? - dijo refiriéndose a las mujeres.

- No - pues, si el problema es eso, ¿Por qué le miento?.

- ¿Segura? - volvió a preguntar no muy convencido de mi repuesta.

- No - fue un débil no.

- Tranquila, esto se va a arreglar.

No respondí, tan solo me dio mucha curiosidad saber el porqué estás mujeres estaban así.

Y todas parecían mujerzuelas calientes.

Por así decirles.

Caminamos, todos los trabajadores que habían nos quedaban viendo.

Debo añadir que hay más mujeres que hombres, bien jugado señor Benedict. Muchas mujeres solo se reían al verme. ¿Qué estarán pensando?. O mejor dicho, ¿Que clase de burla estarán usando conmigo?

Las ignoré, no tenía caso discutir con esas mujeres.

Llegamos a un elevador, estos me parecían muy incómodos, el que esté con otras personas encerrada por segundos en cuatro paredes mientras compartimos las mismas bacterias y aire, no suena muy agradable para mi, aún más sin tema de conversación.

Al entrar el espacio era suficiente para mantener una distancia apreciable, Phil presionó unos botones. No tuvimos ninguna pausa en otro piso.

- Este elevador es personal, de mi hermano - dijo metiéndose las manos a sus bolsillos.

La verdad es que Phil es un chico muy apuesto, tiene su gracia, literalmente. Sus ojos son marrón claro, su nariz bien perfilada, sus labios son finos pero bien definidos, su cutis es casi perfecto, a excepción por algunas espinilla casi no notables, es casi de mi tamaño, solo es 10 centímetros más alto que yo. Si lo se, soy chaparra.

Segundos después llegamos al primer piso, se ve un gran pasillo, esto parece un lugar muy personal, a mi derecha hay escaleras, en caso de que no funcione el elevador, hay plantas decoradas, unas cuantas velas, el ambiente está fresco.

- Que lujos que se tira mi hermano - comentó Phil.

Lo mismo pienso.

- Entonces... ¿Tocamos?.

- No, eres su futura esposa, yo su hermano, ¿Por qué tocar? - dijo todo fresco.

Si, pero todos necesitamos nuestra privacidad.

Quise decir, pero me contuve. No es que ya tenga la confianza suficiente para hablar de mi vida con Phil.

Caminamos hasta casi llegar a su despacho, cuando la puerta fue abierta por la persona menos esperada en mi vida.

La mujer de la recepción, la mujer falsa y operada seguramente.

Salió con la cara por los suelos con una carpeta.

Al alzar la cabeza para ver quienes son las personas que se les aproxima su cara cambia de expresión a una más dura y odiosa. Se notaba a leguas su enojo.

Si esta así, Drake debió haberle dicho algo. De seguro la regaño por lo cometido del día anterior.

Al pasar a su lado mi mirada penetra la suya, ella sabe que en mi mente la insulto y la maldigo sin parar.

Su mirada roza con la mía, ella también ha de estar pensando lo mismo que yo, pero ella se lo merece más y con más razón.

Phil no se ha dado cuenta de aquello. Y me alegro, no es bueno que sepa que soy.

Al entrar Phil va directo a un asiento de cuero que se encuentra cerca del gran ventanal.

- Hola, hermano... - dijo mientras lo miraba dirigirse al mueble.

Parece que no ha notado mi presencia. Como no, el es tan notable, su belleza es resplandeciente al igual que sus dientes.

- Hola hermanito - dice, agarró una botella de alcohol a su izquierda en una mesa.

Camine unos pocos pasos para después ser vista por Drake.

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