Un contrato de amor romance Capítulo 60

Recorrimos muchas tiendas, encontrado el vestido perfecto, los zapatos perfectos y accesorios perfectos.

- Mira Helka, esta tienda tienes buenos vestidos - Agnes señala una tienda que se veía exótica.

- No es necesario comprar uno muy caro - la tienda se veía cara.

- No seas modesta, Drake tiene millones en una de sus cuentas bancarias - no demostré mi asombro en mis rostro.

El tiene su vida arreglada, sin preocupaciones.

Entramos a la tienda, ningún vestido me llamaba verdaderamente la atención.

- ¿No encuentras el perfecto? - dijo Agnes agotada de buscar y buscar.

- En realidad, no, tienes que quejarte, tu quisiste venir conmigo, ahora te aguantas.

- ¿Donde está Phil?

- Creo que afuera - caminé hasta la entrada de la tienda.

- Gracias, no encontramos el que queríamos.

- Bueno, gracias - dijo la señorita detrás del mostrador.

- Ey, chicas, miren - la voz de Phil apareció detrás de nosotras, el estaba aún en la tienda.

Al voltear, vi un bello vestido color rojo con brillos dorados que lo hacían ver como fuego y una hermosa cola al terminar la parte baja.

- Wow - mis ojos brillaron al ver tal belleza.

- Está hermoso - dijo Agnes volviendo a entrar - lo llevamos.

Reí por el atrevimiento de Agnes.

Me probé el vestido, escogimos unos zapatos rojos y accesorios dorados que hacían un juego perfecto con todo.

Al llegar a la casa de Drake, Phil nos acompaño.

- Hoy no tengo nada que hacer, así que estaré en la sala de juegos por si me necesitan.

- Bien, gracias Phil - dije emotiva. Lo abracé. 

- No hay que dar gracias - se separó - espero estés aun más guapa de lo que ya eres para mi hermano.

Sonreí.

- Bien, gracias Phil - dijo Agnes - disfrutamos más que una película.

- Ey, eso es para la próxima, el tiempo no nos alcanzó. Les quedo debiendo.

Llevé a Agnes por la escaleras conmigo y las bolsas de compra. Llegamos a la habitación.

- Huele a Drake y Helka - bromeó.

La mire pícara.

- ¿Aún no?

- No - sabía a qué me refería, pero ella no sabía el porqué aún no.

- ¿Qué? No te creo.

- Enserio te digo.

Entré al baño. Me desvesti.

- ¿Y por qué? Osea, yo no me resistiría, es decir, no me resistí con Hugo, el no está mal, y Drake tampoco, no comprendo, explicame.

Abrí la ducha y el agua cayó empapando todo mi cuerpo.

- No ha llegado el momento.

- ¿Y él?, ¿Se aguanta?, ¿O ya han habido insinuaciones?

- Eh, en realidad... solo no aún, no sé, espero el momento perfecto con él, quiero que sea algo que nunca olvidaré y no por alguna mala razón, no, claro que no.

- Aún no puedo creer que ambos se van a casar.

Nota importante: Agnes no sabe del contrato, y no pienso decirle por ahora.

Me duele mentirle, pero esto es confidencial.

- Si, yo tampoco - y a pesar de que si lo amo, no puedo creer como este hombre me ha cambiado, me ha hecho madurar en parte, y entre los dos, hemos creado un amor que lo creo indestructible.

Mi adicción de verlo es irreversible, de tocarlo, de besarlo... Por eso decidí que seré suya en una próxima ocasión.

Salí de la ducha. Las horas se pasaron rápida desde que me comencé a maquillar, Agnes me ayudó con el peinado, y por último, el vestido.

- Estás preciosa - dijo cuando me subió el cierre por detrás, y nos mirábamos por el espejo.

- Gracias - Agnes se alejo con su teléfono en la mano.

Suspiré, voltee para verme por detrás.

Cuando al fin tomé en cuenta un detalle.

- ¿Como carajos iré hasta la empresa?.

Agnes volteo con una sonrisa, se puso el celular en la boca tapandola.

- ¡Agnes! - dije seria.

- ¿Estás lista? - de pronto, Drake entra con una sonrisa junto a su traje que le queda perfecto, su mano extendiendola hacía mi.

- Te ves perfecta.

Tomé su mano, me hizo dar una vuelta para luego juntar nuestros cuerpos.

- Creo que me iré, Hugo me está esperando.

- Adiós Agnes, gracias - le brindé mi más gentil sonrisa.

- Ah, por cierto, Hugo me dijo que te diera esto, ábrelo antes de verlo - Drake le dio una caja envuelta con papel blanco y un lazo dorado.

- Eh, gracias, adiós - Agnes tomó la caja, se fue con una sonrisa de oreja a oreja.

Volví con Drake.

- ¿Qué era?

- Eres curiosa.

- No, sólo quiero saber - sus manos me rodearon por mí cintura.

- ¿Acaso quieres uno?

- ¿Querer qué?

- Entonces tendrás una - comenzó a rebuscar en su saco algo.

- ¿Drake acaso me estás escuchando?

En verdad no me escuchaba, seguí rebuscando hasta que antes de sacar su mano me dió una sonrisa pícara. Vi su mano, había una caja más pequeña que la de Agnes, no me quejaba, solo quería saber que era.

- Ábrelo, es para ti - tomé la caja con cuidado.

Miré a Drake, me hace una seña que lo abra.

Abrí la caja. Cuando la luz pega contra un diminuto diamante hace que mis ojos se abran del asombro.

- Drake, está bellísimo - saqué el collar de diamantes - se ve caro... No debiste hacerlo.

- Pero ya está, vale la pena, cuando lo vi pensé en ti - agarro el collar.

Por instinto me giré y alcé mi cabello.

Drake paso el collar por mi garganta, su leve tacto en mi piel me agradaba. Cerré mis ojos, se sentía tan linda esta sensación. Me giré hacia el y solté mi cabello.

Sus labios se juntaron a los míos sorpresivamente.

Cerré mis ojos disfrutando de su sabor mentolado. Disfruté cómo se sentía el juntarnos. Sus manos y las mías merodeando al otro.

- ¿Estás lista? - preguntó al separarnos.

Lamí mis labios - Contigo siempre.

Pegamos nuestras frentes.

- Recuerda - su tono de voz había cambiado.

- Lo sé, nos amamos,... No veo porque me lo recuerdas si en verdad nos amamos.

- No es eso, es el como comenzó todo...

- Si, ¿Cómo nos conocimos?

- Tu padre trabaja con el mío, hubo una presentación de familia y nos conectamos.

- Esa es tu mentira

- Pero vale la pena mentir por ti - sonreí tontamente.

- Vamos galán - acaricié su mejilla.

Salimos de la habitación agarrados de las manos.

Mientras mi mente reproducía el momento cuando Drake me obsequió el collar, mis labios sentían esa necesidad de volverlo a besar, y mi decisión de estar con él aún estaba esperando a que el destino de él primer paso.

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