Al llegar a la empresa mi teléfono comenzó a vibrar.
- ¿Puedes apagarlo? - pidió Drake - debes estar concentrada.
- Si, claro.
Apagué el celular.
Muchas mujeres con vestidos elegantes, hombres con sus trajes elegantes me rodeaban por toda la empresa.
- Carajo - expresé asombrada intentando mantener mi compostura.
Habían muchos hombres guapos, pero ninguno como el mío.
Muchas me vieron, pero sus miradas se detuvieron en Drake.
Me sentí extraña. Fuera de este mundo.
Drake me llevó hasta una mesa de banquete donde había comida suficiente para una semana.
- Come algo, de seguro estás con hambre - si, mi estómago rugía, pero estos diminutos aperitivos no me iban a saciar. Tendría que llevarme todo para dejar de tener hambre.
- Claro - agarré una plato pequeño donde coloqué piqueos pequeños.
La mastiqué, estaba delicioso, pronto podría haber un asalto en esta mesa.
Comencé a comer pedazo por pedazo para intentar saciarme.
Escuché unas risitas por detrás.
Voltee a ver, eran unas chicas con sus vestidos todos atrevidos. "En busca de chicos" veía en sus miradas.
- Ey, Helka - Drake llamó mi atención.
- ¿Si?.
- Iré con unos ejecutivos, necesitan mi presencia para una noticia, en unos minutos viene una familia a la cual debemos conocer, me llamas en cuanto los veas.
- Pero - quise decirle algo pero unos hombres se lo llevaron por cosas más importantes.
Alcé las cejas.
Me rodeé por el lugar, ahora solo quería ir al baño, solo por escapatoria.
- Disculpe - toqué la espalda de un señor
- ¿Si? - este tenía unos ojos negros profundos, su ceballo de un lado color negro, con su gel, una sonrisa deslumbrante por sus blancos dientes.
- ¿Dónde...? - no podría preguntarle eso a él - esta el señor Drake?.
Miró en todas partes - Creo que no ha llegado mi jefe- asentí apretando mis labios - ¿Tu quien eres?.
- Eh - no iba a mentir,.. No, claro que no - una amiga.
- Mucho gusto, soy Dostin - extendió su mano.
- Soy Helka - tomé su mano, estaba frío.
- ¿Y de dónde eres Helka?.
- De - mi casa - bueno - En casa de tu jefe - vivo con mi futuro esposo.
- Ah, eres chica comprometida - asentí.
- Si, si.
- Pero te ves joven.
Bien, estaba entablando una conversación mientras lo único que quería era ir al baño. Genial.
- Si, pero, es amor, como no te lo puedes imaginar - sonreí.
- Entonces felicidades.
- Gracias.
- ¿Y quién es el afortunado?, ¿Lo conozco?
Justo cuando creí que era imposible, la vida, el destino, me hacen pensar lo contrario.
- Cariño - la voz de Drake apareció detrás mío, y sus manos me envolvieron.
- Señor, buenas noches - dijo el a Drake, vio sus manos como viajaban por mi cintura indebidamente.
- Hola Forbes - respondió Drake.
Mierda.
- Te presento a mi futura esposa - el abrió sus ojos mientras parpadeaba.
- Si, ya nos estábamos conociendo.
- ¿Si? - me preguntó Drake. Asentí.
- Si, pero, creo que debemos hablar un momento.
Me llevé a Drake.
- Gusto en conocerte Dostin - grite alejándome.
Varias personas nos quedaron viendo.
- ¿Que pasó? - preguntó Drake una vez ya alejándonos de la multitud.
- Em, yo, solo... Quería ir al baño, tengo que ver si mi cabello... Eh, esta... Mal - sonreí por nervios.
- Em, ok, vamos al baño de mi oficina, está mas limpio y es el único en el que confío.
¿Me lleva a su oficina?. Esto tomará otro rumbo.
Drake me lleva impaciente por los pasillos hasta llegar al elevador personal.
Nos quedamos en silencio, entrelacé mis dedos por detrás.
Observé de reojo como Drake aflojaba su corbata.
Mi mente viaja a las escenas de la película 50 sombras de grey. El no es Grey, el es mi Drake.
- ¿Quedaste con hambre?
- No - si.
- Tenía pensado en ir a comer después de que acabe esto, o antes...
- Mm, claro, si me gustaría.
- Bien, porque ya tengo el lugar.
- ¿Así?, ¿Dónde?
Volví a besarlo con la misma intensidad que el usaba en mi.
Escuché el crujido de una plástico. Entonces tomé en cuenta, nadie quiere bendiciones ahora. Apreté mis labios mientras observé hacia abajo.
Se estaba colocando el condón.
- Helka - lo miré a los ojos - mis ojos están acá arriba.
Sentí que me ruboricé.
- Tranquila.
Me tomó del mentón y unió nuestros labios.
Sus manos bajaron hasta mi trasero apretandolo. Solté un leve gemido entre el beso. Me subió al escritorio mientras nuestras frentes chocan.
- Dolerá un poco - vi el tamaño, claro que dolerá.
Abrí mis piernas y Drake lo acarició con su mano de pronto me penetro de una sola. emboscada. Solté un grito ahogado el sentir. Lo abracé aún más fuerte.
- Lo siento - dijo en susurro sin parar un pequeño movimiento que hacía.
Su torso estaba desnudo, pude sentir la calentura de su piel.
- Solo sigue - dije calmada.
- Estás apretada.
Salió y volvió a entrar varias veces. Primero con delicadeza, después, subió la intensidad haciéndome doler pocas veces, pronto el dolor se convirtió en placer unas embestidas después.
Cada vez sentí las ganas de no separarme de él nunca. Esto era tan diferente, sentí que me estaba volviendo adicta de él, a estar con él, y solo es una de las primeras veces.
- No te vengas - dijo agitado en orden, una gota de sudor cayó de su frente en mi rostro.
Nuestros cuerpos al pegarse provocaban un ruido por el sudor que nos cubría.
- Drake - apenas pude decir por el agotamiento.
- No te vengas - ordenó gruñendo.
- No... Aguanto - sentí que mi cuerpo iba a explotar.
Escuché un gruñido de parte de él, ese sonido fue excitante.
Nuestros cuerpo se sincronizan una vez más, para ambos poder llegar al orgasmo.
Ese momento en el que tu cuerpo siente una electrificación.
Me retorcí mientras el me sostenía con una mano en mi espalda. Nuestras respiraciones eran irregulares.
Sentí los labios de Drake es mi abdomen, daba besos húmedos.
- Te amo Helka - susurró contra mi piel.
- Se sintió tan bien... te amo Drake - acerqué su cara a la mía, miré directo a sus ojos.
- Te ves preciosa y vulnerable - su respiración está mas regular.
- ¿Segundo round?
Dije para que nuevamente nuestros labios se junten y seguir con el segundo round.
Y así, perdí mi miedo de estar con él, y solo las ganas hicieron superar este trauma, o solo una parte de él.
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