Contengo mis ganas mas sucias que me he imaginado.
Sus labios se ven muy apetitosos, quisiera perderme en un beso con él.
Agarra mis caderas y las aprieta sintiendo mi clara excitación, en su mirada veo un brillo de picardía.
-¿Que quieres hacer? - dije explotando la burbuja de sentimientos que se formaba.
-Solo te observo. Tu...¿Qué piensas? - dice, quizás adivina, pero estoy segura de que no lo hará, al menos un 70% de mi estoy segura de que no lo hará. - solo piensas en mi, ¿No?.
Es tan obvio que pensamos en la otra persona mientras la miramos.
-No, … - dije seria - pienso en mi ex.
Me contuve las ganas de reírme, aunque se me salió una que otra risita a lo bajo mientras veía su cara de sorprendido, eso estuvo épico, tenía que hacerlo.
Pero no aguanté y solté mis ganas de reírme, me agarre de su corbata mientras reía, el agarro mi mano intentando ponerme en una postura normal, pues estaba un poco agachada mientras soltaba mis risas, pues en realidad ame esa respuesta, me amo.
-Lo... Siento - dije entre risas.
-¿Puedes comportarte como una chica normal? - ahora si me puse seria.
- ¿Sabes que mi vida dejo de ser normal mientras me obligaron a casarme contigo? - dije con cierto sarcasmo. Crucé mis brazos.
-Si,... Eh - lo veo confundido. Siento que su cabeza da mil vueltas intentando buscar una respuesta a lo dicho, pero no se la pido. El también fue obligado, ¿no?.
Al menos eso dijeron mis padres.
Soltó mis caderas pues ahora su cara se torno de furia.
-Lo siento, al menos a mí me causó gracia - dije mientras me marchaba hacia afuera, me quedé ahí a esperar mientras salía, me recosté en la pared, miro a todos lados, es un poco desolado pero hay casas, no hay gente pero si hay carros
Al menos si me pierdo cosa que no ocurrirá tendré a familias a quien acudir.
Mi respuesta hacia el fue por lo que me dijo, "Solo piensas en mi, ¿no?".
Pues la pregunta era tan obvia, pero igual tengo dudas, ¿Qué me quería hacer? Ya que el hecho que me llevo a una habitación fue extraña, y ¿Por qué se esta comportando de esa manera conmigo? El debe odiarme como yo a él, solo que a veces ya no lo puedo estar, se que el no tiene la culpa de que nos obliguen a casarnos.
- Se está demorando mucho - me susurré, giré para entrar en resultado recibí un golpe en mi nariz, cerré mis ojos por el dolor, era como golpearse el dedo chiquito, lágrimas me salieron por el ardo y dolor, abrí lo ojos y me di cuenta que la puerta estaba cerrada, ¿Y él?, ¿Dónde mierda estaba ese tipo?. Ojalá no haya sido capaz de dejarme sola.
Se acerca un poco hacia mí, hasta llagar a un punto que ya no hay espacio entre nosotros, toca la comisuras de mis labios y me hace estremecerme, aun más, me esta mirando, esa mirada que me hace sentir algo, quizás por él no.
Me comenzó a besar, y pasó algo peor, yo le correspondía, nuestros labios se besaban al mismo ritmo, nuestras lenguas jugaban, el me tomó de mis caderas y seguimos contra la pared.
Mierda, esto no me desagradaba, pero no era nada de él, al menos nosotros sabíamos eso, la gente quizás ya se esta enterando de nuestra "relación".
Seguimos besándonos, quizás sentía algo de atracción por él, el uno por el otro, ya que nadie nos está obligando a besarnos. Ahora su mano recorre mis caderas hasta tocar mi trasero, lo dejé, pues vamos a ver hasta donde llega esto. acaricia y aprieta mi trasero mientras su otra mano me retiene tocando mi espalda.
Nos movemos. Nos dirigimos ¿al baño?, ¿a la cama? no lo sé, solo me deje llevar.
Su tacto, sus dedos, su manera de acariciarme, lo hacía tan bien lo vuelve adicto.
Llagamos a un cuarto pequeño, el baño, nos separamos ya que nos hacía falta aire, nos miramos, ¿Con amor?, ¿Con odio?, ¿Con ganas?. No lo sé, pero se sentía como fuegos artificiales explotando a mi alrededor.
- Desde que te vi quería hacer esto contigo - esas fueron sus palabras, luego chocó con pasión sus labios contras los míos envolviéndonos candentemente.
Fue deshaciéndose de la ropa que traía puesta, y luego la blusa, quedaron a la vista mis pecho, al menos el seguía en toalla.
Sus manos acariciaron mi trasero y luego mis pechos, me dio vergüenza, pero la vergüenza la tengo que dejar a un lado, mi plan es dejarlo con las ganas, mi venganza por lo que me acaba de hacer. Darle una cucharada de su propia medicina era mi objetivo.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Un contrato de amor