Un extraño en mi cama romance Capítulo 103

Media hora después, los altos mandos de la Organización Ferreiro estaban reunidos en el salón para una junta. Entonces me di cuenta de lo importante que era tener una posición de autoridad. Con poder y autoridad, podía invocar la lluvia. Aunque no esperaba nada de eso.

Le indiqué a mi secretaria que hiciera copias de la propuesta y las distribuyera.

-Ayer visité la Isla Solar con el señor Lafuente de Empresas Lafuente y el señor Pardo del Grupo Alianza para una inspección. Ambos directores tienen la intención de comprar la isla para futuro desarrollo. Planean construir un parque de diversiones y una villa vacacional en la isla. Esta es la propuesta. Echen un vistazo.

Abril me había enseñado a decir eso. Yo no estaba muy segura de hacerlo. Le expliqué que Roberto me había arrastrado al yate, que no tenía idea de que habían ido ahí para hablar de negocios. Entonces, Abril me dio una buena paliza verbal.

—¿Eres una tonta? —dijo—. ¿Vas a decirles que Roberto te llevó a rastras porque quería tener alguien que le tomara el brazo? Claro que tienes que hacerte parecer extremadamente importante. Se llama hacerse promoción. ¿De verdad crees que todos han estado diciendo la verdad todo este tiempo?

El regaño que Abril me dio había sido como un mazazo en la cabeza, me aclaró la mente y me hizo ver las cosas como eran. El resultado fue esa chorrada sin sentido que había salido de mi boca.

Todos miraron la propuesta y la revisaron con atención. Mi madrastra no estaba presente. Cuando mi padre aún vivía, ella iba a la oficina apenas unas cuantas veces al año. Sus placeres en la vida eran ir de compras y jugar mahjongy lucirse con sus amigas de sociedad. Hace unos días, había descendido a la oficina, como si peor enemigo hubiera invadido sus tierras, porque había sido mi primer día de trabajo. Ahora, había metido a Laura y a Silvia a la Organización Ferreiro.

Laura le echó una ojeada la propuesta y luego la arrojó sobre la mesa.

-Estás planeando invertir mucho dinero en un proyecto después de apenas haber tomado tu puesto. ¿Crees que la Organización Ferreiro es tu árbol de dinero? No estoy de acuerdo con la propuesta.

-Laura, léela por completo -dijo Silvia. Ella la estaba leyendo con mucha atención—. Creo que el proyecto de la isla tiene gran potencial. Empresas Lafuente y el Grupo Alianza son organizaciones enormes. Hacer equipo con ellos beneficiará al desarrollo de nuestra compañía. La inversión de capital inicial es considerable pero las finanzas y los proyectos de la Organización Ferreiro están bien ahora. No debería ser un problema.

-Silvia me miró y dijo-: Isabela, no tengo inconvenientes con esta propuesta, pero tenemos que sentarnos a hablarlo apropiadamente con las dos compañías.

La mayoría de los miembros directivos siguieron a Silvia después de que expresó que estaba de acuerdo. Esta era una oportunidad única y era claro que cosecharíamos grandes ganancias en el futuro. La mayoría de las compañías morirían por trabajar con Empresas Lafuente, pero nunca tenían una oportunidad como nosotros.

No esperaba que la junta saliera sin contratiempos. Silvia me dijo que esperaba comenzar las negociaciones formales con Roberto y Arturo cuando antes. Le dije que yo arreglaría que eso sucediera.

Después de la reunión, llamé a Roberto para informarle sobre la intención de la Organización Ferreiro para trabajar con él y con Arturo. Le pregunté cuándo estarían libres para reunirnos. Roberto estaba ocupado, así que hizo que Santiago me diera su mensaje: «Reunámonos para almorzar». Qué adicto al trabajo. También trabajaba durante su almuerzo. Había alguna razón por la que algunas personas tenían éxito, mientras que otras no.

Santiago dijo que también le avisaría a Arturo. Cuando Abril se enteró de que iba a verlo más tarde, no cabía de la felicidad. Bailó a mi alrededor como una mariposa e hizo que me diera vueltas la cabeza mientras la miraba.

Después de divertirse, se detuvo súbitamente y me jaló el brazo.

-Espera, algo no está bien. ¿Por qué Silvia aceptó el proyecto con tanta facilidad? Algo está pasando. Algo más. Este proyecto parece fantástico, ¿por qué Roberto querría que fueras parte de él? Ni que se llevaran tan bien Además, tampoco es una persona compasiva. Y él puede urbanizar la isla solo. ¿Por qué intenta juntarte? ¿Ese par de adúlteros intenta conspirar contra ti de alguna forma?

Los ojos de Abril no paraban de mirar por todos lados mientras pensaba intensamente. Verla era como estar hipnotizada. Anoche no había dormido mucho. Si seguía mirándola a los ojos, me quedaría dormida.

-¿Tienes un delirio de persecución? -Le apreté las mejillas con las manos—. Esta es una oportunidad única en la vida. Además, Arturo también es parte de esto.

Puedes no confiar el Roberto pero ¿no deberías confiar el Arturo?

—Bueno -dijo mientras se frotaba la barbilla—. Eso es verdad Roberto es un confabulador y un ladino, pero aún podemos confiar en Arturo. Estaré alerta durante el almuerzo. Podré darme cuenta si alguien trama algo.

—¿Qué es?

-Pasteles de ajenjo. Sabía que iba a encontrarme contigo esta tarde, así que los preparé especialmente para ti.

Abrí la caja y me recibió un aroma familiar. Adentro de la caja había cuatro pasteles de ajenjo verdes y redondos. Estaba encantada.

-¿De dónde sacaste tiempo para hacerlos? ¿No estabas en la oficina esta mañana?

-Tengo una cocina en mi oficina. Genial, ¿no? Cuando no estoy ocupado, me gusta prepararme de comer. Es mejor que salir.

-Recuerdo que el ajenjo es una hierba de temporada. No se consigue todo el año.

-Tenía jugo de ajenjo congelado en el refrigerador para poder preparar pasteles cuando se me antojaran.

—Ya veo —dije. Mi estómago había estado rugiendo un rato-. ¿Puedo comerlos?

—Claro, hazlo.

Tomé uno de la caja y le di una mordida. Todavía tenía ese sabor familiar. Sabía igual que los que mi madre preparaba. El sabor era casi el mismo. De repente, me inundó la alegría. Acaba de recibir una pizca de mi infancia. Creí que esa vida se había desvanecido después de que mi padre muriera. Pero Arturo me la había traído de vuelta cuando llegó a mi vida. De repente, no me interesaba hacer una prueba de nuestro ADN. Temía que Arturo no fuera mi padre biológico. Estaría muy decepcionada.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Un extraño en mi cama