No era alguien que llorara con facilidad, pero mis emociones salieron a flor de piel en cuanto la oportunidad se presentó y no me fue fácil contenerlas. Era como una manguera descompuesta, no pude contener las lágrimas. Mi hermana mayor llegó después de un rato, Ella y mi madrastra bajaron las escaleras, fue entonces cuando por fin paré de llorar.
Su llanto era como si estuviese actuando, mi hermana mayor emitió unos cuantos gemidos y respiró profundo de forma rítmica, la actuación de mi madrastra era más sutil, dio unos cuantos sollozos y después se desmayó. Hubo un caos en la sala, nuestras empleadas domésticas, la señora Agustina y la señora Rosa, llamaron de manera frenética al doctor mientras que Roberto y la mayor de mis cuñadas llevaban a mi madrastra de regreso a su habitación.
Mi llanto silencioso no era nada comparado con lo que ellas habían demostrado. Lloré al punto de deshidratarme, mi abue tomó mi mano, Su voz se oía más ronca que hace unos instantes.
-Perdiste mucho peso en tan solo una noche ¿Por qué fuiste tú la que se encargó de la primera noche de la vigilia? Tú no eres la mayor de la familia. ¿Acaso no eres tú la mayor? —La abuela señaló a mi hermana mayor—. Tú eres la mayor ¿no es verdad?
—Abue, papá falleció de forma repentina, Nadie de nosotros lo tomó muy bien. Para nada estábamos en condiciones de hacerlo —dijo Laura.
-¿Estás diciendo que nuestra Isa no estaba afectada en lo absoluto y es por eso por lo que estuvo dispuesta a quedarse despierta para la vigilia de la primera noche?
La abuela me trataba con mucha gentileza, pero era muy dura con todos los demás. Laura se asustó de inmediato y nos miró sorprendida.
—Abue, eso no es lo que quise decir.
-Esta noche -dijo la abuela mientras me daba unas palmaditas en la mano-. Isa descansará en el piso de arriba. Beto, quédate a hacerle compañía. El funeral es mañana, Las dos hijas mayores de la familia deberían hacer su parte y quedarse despiertas toda la noche en vigilia o de lo contrario su papá podría aparecérseles en sus sueños y decirles algo al respecto.
Silvia estaba de pie en una esquina mirando al piso, esperó a que la abuela terminara de hablar para poder contestarle.
—Abue, toma asiento por favor. Tengo algunos asuntos que atender en la empresa. Discúlpenme. —Se giró y le susurró a Roberto—: Vámonos.
Antes de que Roberto pudiera dar un paso, la anciana le dio un golpecito en la pierna con su bastón.
—¿A dónde vas?
-A la oficina.
—Tu suegro va a ser cremado mañana. No irás a ningún lado el día de hoy, la empresa no se irá a la ruina sin ti cerca.
La anciana blandía sus palabras como si fueran una fina espada, Roberto no tenía una respuesta contra ellas, ella era la única que podía hacer que se comportara. Recordé el espantoso tazón de fideos que había comido la noche anterior, ella me acababa de ayudar a vengarme.
La mejor cualidad de Roberto era que nunca discutía con su abuela, tomó asiento junto a mí. Silvia no insistió en que la acompañara, se despidió de todos y se marchó. Siempre actuaba con mucha compostura y gracia, era la soltera más codiciada de la ciudad, muy pocas se le equiparaban en compostura, belleza, conocimientos y capacidad.
Muchas personas vinieron a mostrar sus respetos, había ejecutivos y empleados de la empresa de mi padre, sus socios y sus amigos, todos habían venido. Todo el día estuve confundida, estaba aturdida por permanecer despierta toda la noche de ayer, no sabía con claridad a quién estaba viendo, Abril me dijo que fuera arriba a
dormir un poco.
-Mañana cromarán a tu padre, si no descansas lo suficiente esta noche, podrías desmayarte durante el funeral. Tu padre no podrá descansar en paz si te ve así.
Ella tenía razón, Puede que no estuviera dormitando en este momento, pero aun así debería ir arriba a dormir un poco. Pasé junto al dormitorio de mi madrastra mientras me dirigía al mío, su puerta estaba abierta y podía escuchar su voz.
-Silvia, se nota que Roberto aun siente algo por ti. En aquel entonces fuiste muy terca pero aun así él no te odia, ustedes dos todavía tienen esperanzas. Además, con la repentina muerte de tu padre, no estamos preparadas para tomar las riendas del manejo de la empresa. Las cosas serían mejor si lo tuviéramos cerca para que nos ayude.
No tenía la intensión de escucharla a hurtadillas, Pero no lo pude evitar una vez que escuché que mencionaron a Roberto.
—Mamá, deja de tratar de usar mi matrimonio de forma oportunista, Roberto ya está casado con Isabela.
-A él en realidad no le interesa ella, solo tenemos que esperar a los resultados de la prueba de ADN. ¿En verdad crees que habrá un lugar para esa bastarda dentro de la familia Lafuente si el resultado indica que ella no tiene parentesco con la familia Ferreiro?
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Un extraño en mi cama