-No es nada grave mi rey. La reina está en perfecto estado, el golpe no le ocasionó nada. Ya no tengo por qué revisarla - habló el doctor. Aleckey miraba atentamente al doctor.
-No quiero eso. Seguirá revisándola. Ella necesita cuidados especiales, es su reina - su preocupación desbordaba
-Mi rey, sé que tiene miedo de perderla, pero protegerla a tal punto de no dejarla ver el sol, ya es una locura. Ella está triste, se siente sola y una prisionera - suspiro - todo el reino tiene miedo, sabemos que Yanet volverá. Todo el mundo lo sabe.
-Sígala revisando, es mi última palabra - habló y salió del lugar dejando al doctor confundido y agotado
Aleckey había tomado precauciones con Minesa, no la dejaba salir de su alcoba, ella era revisada diariamente por el doctor Gómez, ella permanecía bajo la oscuridad.
Y Erthe simplemente callaba, entendía el miedo que Aleckey sufría, Erthe sintió lo mismo hace mucho. Cuando su dulce Dánae aún vivía.
-Minesa - susurró Aleckey entrando en la alcoba, Minesa yacía sobre la cama con las piernas cruzadas y un libro sobre ellas. A penas escuchó la voz de Aleckey dirigió su mirada hacia la puerta y ahí lo vio.
Reluciente.
Fantástico.
Único.
Y su corazón palpito fuertemente.
-Dame tu mano - Aleckey tendió la mano esperando a que Minesa la tomé - confía en mi
Minesa delicadamente la tomó para luego caminar junto con él hacia el jardín.
Y ahí estaban los dos.
Ambos se miraban.
-Te gusta observar mucho ¿no? - Yanet dejó de observarla y tocó nuevamente su cabeza - no te preocupes el dolor pasará. Eso te pasa por desmayarte
-¿Desmayarme? - La extraña mujer asintió
-¿Que hago aquí? ¿Quién eres tú? ¡Dime ahora! - la miraba de Yanet se oscureció y nuevamente el humo negro apareció, brotaba de sus manos
-Cálmate Yanet. Es por ahora algo secreto hay que esperar al jefe y sabrás todo lo que pasa. Necesitamos de ti Yanet - susurró y se acercó a Yanet lentamente como un gato acechando a su presa, acechando a un indefenso ratón - necesitamos de tu poder. Juntos Yanet
-¿Juntos? - Yanet escuchaba la voz chillona de la extraña mujer
-Juntos, tú y tu reino - susurró, y sus labios formaron una sonrisa macabra.
Este es acaso el comienzo de otra guerra ¿o el fin de Yanet?
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